gasteiz - En muy breve plazo de tiempo, los alumnos del colegio Ramón Bajo del Casco Medieval vitoriano podrán utilizar las aulas y equipamientos de las plantas primera y tercera del centro, que el Ayuntamiento vitoriano ha recepcionado esta misma semana. Se trata de las clases para niños de seis a nueve años o del aula de teatro de la primera planta, que cuentan además con una renovada carpintería exterior; y del comedor y otras instalaciones de la planta tercera, donde también se ha renovado la carpintería.

Con esta actuación ya sólo resta actuar en la segunda planta, donde se habilitarán las aulas para niños de diez a once años, espacios para talleres, idiomas e informática, y otros equipamientos. También en este caso se renovarán las carpinterías exteriores, en una obra que comenzará inmediatamente y se prolongará durante un par de meses. Las obras ejecutadas este año han costado 466.921 euros, una cantidad ligeramente inferior a la invertida en la fase 1, realizada en 2013. Entonces se actuó en la zona de patio, los accesos y los vestuarios; y se renovaron además el área de administración y el aula de niños de dos a cinco años.

Se buscaban espacios luminosos, abiertos e inspirados en el modelo pedagógico escandinavo, que estimula la convivencia de alumnos de distintas edades y favorece su desarrollo personal y psicomotriz. Este modelo de distribución arquitectónica es absolutamente novedoso en la red pública educativa vasca, y de hecho tan sólo un par de centros privados de la CAV han construido sus instalaciones siguiendo estos parámetros.

Otra de las características de esta obra es que se hizo con la participación de los vecinos y la comunidad escolar, que al fin y al cabo son quienes mejor conocen cuáles son las necesidades de sus hijos. Con la obra se puso fin a muchos años de enfrentamiento entre el Consistorio y el barrio por la necesidad de renovar el centro escolar.

“proyecto integrador” “Desde hace años, uno de nuestros empeños es que desde el Ayuntamiento se dé una respuesta digna a las necesidades de mantenimiento y renovación de los centros en los que estudian nuestras hijas y nuestros hijos. En el caso de Ramón Bajo, especialmente, hablamos de un proyecto educativo integrado e integrador en materia de educación en el corazón de Vitoria”, señalaba ayer el concejal de Educación, Iñaki Prusilla, con respecto a la reforma. Efectivamente, Ramón Bajo ha supuesto todo un ejemplo de convivencia en tiempos difíciles como los que ha vivido la capital alavesa en el último año en materia de tolerancia. Menores de más de cuarenta nacionalidades diferentes estudian juntos sin ningún problema reseñable, más allá de las broncas de patio que se dan en todos centros escolares del mundo. Por otro lado, se trata de un centro escolar muy ligado al barrio, pues como resaltan la comunidad educativa en su página web, es frecuente la colaboración con asociaciones del barrio como Goian o Amanda, y además los menores se sirven de los talleres de la catedral de Santa María, del museo Artium, de Montehermoso, o de los centros cívicos del barrio para realizar sus actividades educativas.

Las clases se desarrollan principalmente en euskera, pero el objetivo del centro escolar es que los menores salgan del colegio desenvolviéndose perfectamente tanto en lengua vasca como en castellano, y que además manejen el inglés con solvencia.

dos edificios conectados El colegio Ramón Bajo se compone de dos edificios conectados entre sí, uno más viejo que otro, de ahí que la finalidad de estas obras sea conseguir proporcionar espacios diáfanos para los alumnos y profesores. Durante el tiempo que se han prolongado los trabajos los alumnos han tenido que convivir con los operarios, aunque también se han aprovechado los meses de verano para interrumpir lo menos posible las clases.

Tras la remodelación total, el colegio dispondrá de nuevos espacios que antes no existían como las salas de música y teatro; aulas de apoyo y aseos en el edificio nuevo, y un aula de psicomotricidad con baños en el edificio antiguo. Habrá además laboratorio, zona de biblioteca, aula de apoyo y baños, en el edificio nuevo, mientras que en el antiguo estará la zona para los profesores. Las fachadas, eso sí, se mantienen como estaban, pues tan sólo se está renovando la carpintería para mejorar el aislamiento del edificio.

La obra se ha financiado en buena medida con los fondos Urban, un paquete de 15,5 millones de euros del que disponía el Ayuntamiento vitoriano para invertir en el Casco Medieval y que ha caducado con 4,8 millones de euros sin ejecutar, lo que se ha traducido en la pérdida de 2,5 millones de euros de subvenciones europeas. En todo caso, gracias a esos fondos se ha podido ejecutar, además de la obra de Ramón Bajo, la reforma de la plaza de Santa María, la primera fase del Gasteiz Antzokia, la remodelación del polideportivo de El Campillo, las escaleras mecánicas del cantón del Seminario o la mejora de la iluminación en el Casco Medieval.

Primera fase. Se desarrolló en 2013 y consistió en la reforma de la zona de patio, accesos y vestuarios. En la planta baja se construyó el área de administración y el aula para niños de 2 a 5 años.

Segunda fase. En la planta primera se han construido aulas para niños de 6 a 9 años y un aula de teatro. En la tercera, el comedor. Quedan pendientes las aulas para niños de 10 a 11 años, la zona de talleres y las aulas de idiomas e informática. También se han renovado las carpinterías exteriores del colegio.