vitoria - Cuando el joven noruego Anders Behring Breivik, blanco, rubio, de ojos azules y extrema derecha, asesinó a 76 personas, a nadie se le ocurrió decir que no todos los caucásicos son fanáticos. Pero con las personas de origen musulmán que creen en Alá la cosa es diferente. Desde la masacre de París, una parte de la sociedad civil e institucional se afana por recordar que no es lo mismo formar parte de ese grupo étnico y profesar esa religión que ser terrorista, mientras que otra hace oídos sordos y equipara realidades completamente distintas. Y luego están los que han decidido pasar a la acción para demostrar con insultos su convencimiento. Gente de un montón de sitios. También de Vitoria. La capital alavesa ha registrado esta semana dos sucesos con tintes xenófobos. Primero aparecieron unas pintadas en una asociación afroamericana que ya sufrió otros ataques en la pasada legislatura, en plena polémica de las ayudas sociales, y luego fue un mensaje en la mezquita de Ariznabarra, según ha desvelado su imán.
“Cerdos. Moros no”. Con esa advertencia amaneció la sede de la Asociación de Residentes Africanos (Afro) el martes. No era la primera. Hace unos meses, en la turbia recta final del mandato de Javier Maroto, embarcado en el desafío de hacer creer que los magrebíes vienen a Vitoria a vivir del cuento, ya habían aparecido pegatinas con símbolos nazis y amenazas a los inmigrantes. Lo que no se supo hasta ayer es que esa misma mañana, en otra parte de la ciudad, había aparecido otra amenaza. O, al menos, así se lo ha contado el imán de la mezquita de Ariznabarra a eldiarionorte.es. Él asegura que cuando se disponía a abrir las puertas del templo -que desde los atentados de Francia permanecen cerradas con llave durante el día- encontró un mensaje escrito a máquina que decía, con faltas de ortografía, “Marchaos a vuestro país, asesinos”.
El Ararteko, sin conocer aún el caso de la mezquita, sí se pronunció ayer a cuenta de las pintadas xenófobas aparecidas en la sede de la asociación africana. Manu Lezertua denunció que ataques así “atentan contra la dignidad de las personas” que acuden a este lugar y afectan “gravemente” a la labor que realizan en defensa de los derechos y de la convivencia intercultural. Por eso, reclamó la puesta en marcha de medidas que fomenten la tolerancia y pidió a la gente que trate de diferenciar entre quienes llevan a cabo actos violentos y quienes sólo son musulmanes. “Este tipo de amalgamas en una sociedad que siempre ha sido respetuosa con la diversidad es profundamente injusta y pone en peligro la convivencia en paz”, sentenció el defensor del pueblo vasco.