El Congreso Denominación y Origen: Identidad y Diferenciación, celebrado el sábado en Laguardia, ha puesto en evidencia que “los diferentes actores del sector vitivinícola están preocupados por la situación en que se encuentra su actividad en la actualidad”, según recogió en las conclusiones el catedrático de Derecho Administrativo de la UPV Iñaki Lasagabaster.
Tras la intensa jornada que se vivió en el Palacio Samaniego, espacio al que acudieron los agentes económicos y sociales de Rioja Alavesa y numerosos invitados de otras regiones y áreas de actividad, se puso en evidencia que “avanzamos hacia una situación en la que el peligro para la supervivencia del sector es evidente. En este sentido, “el abandono de los sistemas y estructuras productivas tradicionales, que fueron calificados de anticuados, lleva a una actividad vitivinícola que se olvida de los principales valores que deben acompañar a la misma”.
El jurista también recogió como conclusión que “el objetivo único de la mejora de la competitividad por la reducción de costes de producción y la utilización inadecuada de los medios de producción, sin respetar el principio de sostenibilidad, produce el desmantelamiento del tejido social, sustituyendo las formas de vida vinculadas al territorio y generadoras de comunidades estables por un parque temático, en el que nos quieren convertir en objetos y no sujetos de nuestro propio desarrollo”.
Por esa razón, los productores y elaboradores de Rioja Alavesa recuerdan que “que el origen del vino es la uva y eso requiere una forma de producción sostenible, hecha con emoción y pasión, que garantice nuestra supervivencia, pero que no enajene nuestra riqueza a favor de titulares de actividades que no se vinculan con la comunidad asentada en nuestro territorio”.
Por estas razones, los participantes en este congreso señalan de manera abrumadora que “Rioja Alavesa no puede seguir integrada en una denominación que cubre con el mismo nombre productos de un valor tan distinto”, y matizan que “las subdenominaciones no son la solución: han existido anteriormente y no han solucionado nada”.
Por ello se llega a la conclusión que la comarca alavesa “necesita una intervención conjunta de los productores y responsables del sector, acompañados necesariamente por la Administración. De su labor conjunta se logrará avanzar por el camino de obtener una forma de organización que garantice una actividad vitivinícola vinculada al territorio, a la comunidad en él asentada, donde se apueste por la calidad, por los nombres que den identidad y reconocimiento al territorio, y al mismo tiempo que garanticen los medios de subsistencia de todos los implicados en el proceso de producción” y “donde los cosecheros deben de tener un papel también fundamental”.
El congreso, que había sido organizado por la Asociación de Bodegueros de Rioja Alavesa, Arabako Mahastien Adiskideak-Amigos del Viñedo Alavés y DIARIO NOTICIAS DE ÁLAVA, recogió también el sentir general de que “el vino y nuestros productos deben dejar hablar al lugar, ser expresión de nuestra forma de trabajar y amar el territorio en el que vivimos, del que somos usufructuarios”. En ese sentido, es preciso mantener una defensa de “nuestro paisaje, que es memoria e identidad individual y colectiva”.
Ha llegado la hora, se asegura en las conclusiones, de buscar nuevos instrumentos, que pasan “por una iniciativa social plural, vinculada a la Administración de nuestro territorio, municipal, foral y con el Gobierno Vasco. Se tienen los instrumentos jurídicos suficientes para hacerlo, que están dentro de la competencia de estas instituciones; solamente falta la voluntad política para caminar junto a esta comunidad que busca un espacio de desarrollo propio dentro de este mundo globalizado”.