gasteiz - Quien no ha visto en alguna ocasión a un abuelo tambalearse al cruzar una calle en obras, perder el equilibrio con el movimiento del autobús o dar un traspiés al subir una acera. La dificultad para andar, los tropezones y caídas, pero sobre todo, el miedo a darse de bruces contra el suelo son obstáculos que interfieren enormemente en la calidad de vida de las personas mayores, y en la percepción de su autocontrol. Factores todos ellos que en los últimos años se están teniendo en cuenta en materia de urbanismo, movilidad y accesibilidad a la hora de diseñar las calles y plazas de Vitoria para que el entorno físico y social de la ciudad sea más inclusivo y facilite un mayor grado de autonomía a las personas con dificultad para caminar.
El Ayuntamiento de Gasteiz va más allá, lleva décadas apostando firmemente por la mejora de las condiciones que impulsan el envejecimiento activo a través de diversas iniciativas. Una de ellas es precisamente el programa sociomotriz del que desde 2011 se benefician las personas de 60 y más años. Se trata de unos talleres de prevención de caídas que a partir del 5 de octubre regresan a los centros socioculturales de Gasteiz. Un programa que los mayores pueden completar con las clases de actividad física que se llevan a cabo en los siete parques de salud distribuidos por la ciudad: Ariznabarra, Arana, Zaramaga, Abetxuko, San Cristóbal, Coronación y El Pilar, explican los profesionales encargados del programa Beñat Garaio e Irati Armas.
La fragilidad asociada a las caídas puede tener muy diversas causas; la buena noticia es que se puede intervenir de forma preventiva en las personas mayores que sufren riesgo de caerse, en aquellas que se desplazan con inseguridad en su día a día o en otras que ya han sufrido caídas antes. A todos ellos es a quienes va dirigido este programa de prevención de caídas, porque “el simple miedo a caerse puede resultar tan incapacitante como la dificultad para andar”, señalan.
Desde sus inicios 572 personas se han beneficiado ya de estos talleres, pero “sabemos que son muchas más las personas mayores a las que les convendría participar. Y sabemos también que la inseguridad y las dificultades para deambular pueden ser motivos para acudir, pero también para no hacerlo; por ello es fundamental el apoyo y la sensibilización del entorno”, explica la edil de Políticas Sociales, Nerea Melgosa.
El itinerario del programa consiste en una primera entrevista en la que se explica al usuario la iniciativa, ajustando la utilidad del taller a la persona interesada. Una vez que, de forma voluntaria aceptan participar, los profesionales realizan una valoración de su capacidad funcional, de la marcha, del equilibrio y miden su índice de masa corporal. Después, con el objetivo de mejorar o mantener el máximo grado de capacidad funcional se diseña un plan de entrenamiento para la mejora de la condición física de la persona: fuerza, equilibrio y flexibilidad, en 30 sesiones de hora y cuarto, que se desarrollan en horario de mañana y tarde con una frecuencia de dos días a la semana. Este entrenamiento tiene lugar bien en las instalaciones de Simón Bolívar bien en el centro sociocultural de mayores Txagorritxu. Finalizado el entrenamiento se anima a la persona a dar continuidad a los ejercicios en su domicilio. En este punto, el Ayuntamiento ofrece, además, la posibilidad de realizar la valoración y asesoramiento para la mejora de las condiciones de su vivienda, enfocada también a la prevención de caídas en el domicilio. Además, de forma complementaria a los talleres se imparten unas charlas en las que se informa y conciencia a los mayores sobre la relevancia de la prevención y las medidas a adoptar para evitar caídas. Estas charlas tienen lugar en los centros socioculturales de mayores, centros cívicos, centros de salud, parroquias, asociaciones etcétera. Hasta la fecha ya han llegado a más de 1.700 personas.
La repercusión de esta experiencia puesta en marcha en Gasteiz ha llegado a congresos estatales e internacionales de Gerontología y Salud en los que se ha explicado en dos ocasiones, en 2012 y en 2014, y ha aparecido en varias publicaciones científicas. Sin embargo, lo más destacado ha sido la posibilidad de realizar un estudio longitudinal que aporta información exhaustiva, lo que anima a dar continuidad al trabajo realizado hasta el momento.
Y, aunque resulta complicado valorar hasta qué punto participar en el programa evita las caídas, los datos obtenidos de este estudio ponen de manifiesto que es un recurso de apoyo para el mantenimiento de las personas mayores en su domicilio, minimizando los riesgos de accidentes, de tal forma que, quienes participan, mejoran los hábitos en relación con su autocuidado, lo que les lleva a mejorar su estado físico. “En nuestra comunidad contamos con recursos y equipamientos de proximidad que pueden apoyar la actividad desarrollada en el programa de prevención de caídas y con un compromiso de amigabilidad del entorno que desarrolla iniciativas en la misma línea”, indica Melgosa. Por ello, “animamos a los mayores a que entren en contacto y se acerquen a esta iniciativa”, llama la concejala.