“El secreto del buen queso es tratar con mimo a las ovejas”

“Cuando no estaba en el camión estaba con las ovejas ayudando a mi mujer y a mi cuñado en el manejo del rebaño. Vendíamos la leche a la quesería Izarra, de la que fuimos socios hasta que cerró”, recuerda Martínez Elejalde que, junto a su mujer Lurdes, se las ha ingeniado para sacar adelante dos hijas, además de una prestigiosa explotación de ganado con un rebaño de 270 ovejas a la que se le sumó en 2001 una quesería propia adscrita a la Denominación de Origen Idiazabal y de Artzai Gazta bajo el nombre de Larrabe. Para lograrlo, ambos cónyuges no dudaron en acudir a la escuela de pastores para mejorar su formación. Un esfuerzo añadido que, a todas luces, mereció la pena, ya que en 2013 quedaron segundos y en 2014 ganadores en el prestigioso concurso de quesos de Gernika. Y eso sin olvidar que en el Artzain Eguna de Amurrio del año pasado su queso fue vencedor según el paladar popular, y tercero, en base al experto, por detrás de la quesería ayalesa Izoria y la de La Leze, de Ilarduia.

“El secreto es tratar con mucho mimo a las ovejas para que nos den buena leche”, explican los propietarios de Larrabe que, además, a día de hoy se mantienen como ganadores del concurso de mejores ovejas de control lechero de Ayala, tras lograr que su rebaño produjera la pasada temporada una media de 216 litros de leche por oveja.

De las laderas de la Sierra de Entzia también llegará mañana a Amurrio otra de las homenajeadas de la jornada: Carmen Pérez de Albéniz. Una mujer que con tan sólo diez años ya cruzaba con las ovejas el túnel de San Adrián para llevarlas en busca de pastos de Zalduondo a Zegama. Y es que Carmen, de 70 años, vivió sus primeros años a caballo entre Gipuzkoa y Álava, ya que en invierno las ovejas pastaban en su localidad natal de Gabiria y en primavera en los pastos alaveses de Opakua. “Conocí a mi marido, Miguel Jauregi, cuando vino a aprender castellano a Andoin, y nos trasladamos a Munain en el año 1970. Juntos formamos una familia que continuó con el manejo del ganado ovino como forma de vida, y comenzamos a elaborar quesos, siendo una de las primeras queserías en pertenecer a la Denominación de Origen de Idiazabal”, recuerda. Ésta, a día de hoy ha pasado las riendas de la explotación y quesería a su hijo primogénito, aunque “siempre estoy a su lado ayudándolo, porque no puedo imaginar otra forma de vida”, asegura.

Algo similar le ocurre al tercer homenajeado de este Día del Pastor: José Meabe Eguíluz, que llegará desde Gujuli. Su amor por el pastoreo no le viene de herencia familiar, sino que es la profesión que eligió allá por 1950 y con tan sólo tres años. “Estaba con mi padre de visita a un vecino, cuando coincidió que una oveja había tenido dos crías y no tenía leche para amamantar a las dos, por lo que me ofreció una. Ni lo dudé, elegí la hembra, para poder comenzar mi propio rebaño”, asegura. Desde entonces ha llegado a contar con más de 700 cabezas, ya que hoy día está jubilado y ha puesto la explotación a nombre de su mujer Rosa María Soraluce, que pronto pasará las riendas a la menor de sus dos hijas. Una joven que va a seguir con el oficio familiar y que ha heredado de su padre el rebaño, el amor por la tierra y su apego al ganado, que como dice Meabe, “desde que nací hasta que me muera estará siempre ligado al sector ovino”.

Además del homenaje a estos pastores, la fiesta de mañana en Amurrio albergará desde las 10.00 horas concursos de queso y ganado ovino, un mercado baserritarra y artesano paralelo, así como el campeonato de perros pastor que cerrará el programa a las seis de la tarde. En la cita tampoco faltarán demostraciones de elaboración de queso, ni degustación de este producto y de derivados de oveja como el ardiki y el gaztazaharra; así como exhibición de esquileo tradicional y neozelandés y exposiciones. - A. Oiarzabal / Foto: A.O.