Vitoria- No hay muros con cuchillas ni vigilancia armada cerrando el paso. La frontera no es un océano insondable ni un travesía en el desierto. Y aun así, en ocasiones es más difícil escapar de la violencia machista que de la guerra y la miseria. Porque las barreras se hacen fuertes en su invisibilidad. Y pueden ser muchas. Raquíticas redes sociales y familiares, carencia de recursos económicos, la existencia de hijos, la normalización de las agresiones, la dependencia del amor, los estereotipos de género, el ideal de hogar... Y a veces también, pese a los esfuerzos tantas veces publicitados, la escasez o ineficacia de los recursos institucionales. Hay mujeres que continúan encerradas en su espiral de sufrimiento, sometimiento y pasividad porque no encuentran en aquéllos que les invitan a denunciar su drama la garantía de que no habrá peligro ni la fuerza para echar abajo los obstáculos. Por eso, cuando una administración admite la necesidad de hacer más y actúa es como si se abriera un agujero en la pared y pasara algo de luz. Un rayo de esperanza.
Y en ésas está el Consistorio de Vitoria. El primer edil gasteiztarra, Gorka Urtaran, anunció ayer su intención de fortalecer los servicios de atención a las mujeres maltratadas. Todas las estadísticas obligan. “En los primeros siete meses de 20135, respecto al mismo periodo del año anterior, ha habido un aumento del 12% de denuncias por agresiones machistas”, informó. Hace no mucho, antes del inicio de La Blanca, la edil de Igualdad, había dado un dato si cabe más estremecedor. En lo que iba de año, durante los días festivos las agresiones y los intentos de agresión sexual se habían disparado casi un 30 % en la franja de edad de entre 15 y 29 años. En los jóvenes. “Y la violencia de género mata. Es así. Mata. Por eso este Ayuntamiento no se puede quedar impasible. Esta lacra nos preocupa muchísimo y hay que tomar medidas”, insistió el alcalde de la ciudad.
La idea es poner en marcha un nuevo recurso de asistencia y acompañamiento para mujeres maltratadas, del que se informará detalladamente la próxima semana en una rueda de prensa. Además, se reforzarán los servicios que ya existen para atender a quienes han sufrido agresiones de género. Aunque en la actualidad “se llevan a cabo programas de sensibilización” y son muchos los colectivos que realizan “una gran labor”, todavía hay margen para más. Y, en ese sentido, Urtaran también está por la labor de redoblar esfuerzos en el trabajo que ya se realiza desde la institución de la mano de asociaciones con los agresores como protagonistas. Según explicó el primer edil, se trata de abordar dos líneas de actuación: por un lado, el control de las órdenes de alejamiento y demás condenas; por otro, el desarrollo de programas destinados a aquellos hombres que quieran canalizar su agresividad y no volver a encerrar a ninguna mujer en la cárcel de la violencia machista.