baños de ebro - Un buen número de vecinos de Baños de Ebro pasaron el pasado lunes una de las noches más dramáticas de su vida al encontrarse con las bodegas y parcelas anegadas de barro y al sentir el temor de que podía producirse una tercera tormenta que empeorase aún más la situación.
Era la tarde del lunes, cuando sobre las tres descargó una fuerte tormenta sobre Rioja Alavesa. Primero fue una lluvia torrencial y después se transformó en el temido granizo, la piedra, como lo llaman las gentes del campo. Samaniego, Villabuena de Álava, Leza y Baños de Ebro sufrieron la parte más dura de la naturaleza, con abundantes daños en los campos. En Villabuena, incluso, el susto se acrecentó con una impresionante crecida del río que atraviesa el casco antiguo.
Tras aquellos minutos de agua, a primeras horas de la tarde, comenzó la valoración de las inundaciones. A los campos no se podía entrar, pero en Baños de Ebro tampoco se podía hacer en varias casas de las que dan a la travesía, así que se avisó a los servicios de emergencia y a los Bomberos, que acudieron con sus equipos especializados en el bombeo de agua. Muchos vecinos también se presentaron en esa zona del pueblo para tratar de ayudar en la medida de sus capacidades.
Asimismo, la Ertzaintza y los Bomberos tuvieron que rescatar a cuatro personas de avanzada edad que se encontraban en su casa, inundada por una gran cantidad de barro, aunque no sufrían daños personales. El rescate se llevó a cabo minutos antes de las tres y media de la tarde en la calle Puente Río Ebro, después de que los ancianos pidieran ayuda, ya que les entraba agua en su casa desde la carretera y desde el río.
Mientras, en los campos se trataba de averiguar el estado. El alcalde de Baños de Ebro, Borja Monje, hacía una primera valoración de urgencia y relataba que había “numerosos parajes afectados por el granizo. Los daños son a varios niveles, desde zonas afectadas a muy afectadas”, y anticipaba que al día siguiente -por ayer-, se haría una valoración de la tormenta.
Sin embargo, la tranquilidad que se trataba de trasladar la rompió la naturaleza sobre las nueve de la noche. Según explicaban los vecinos, una nueva e impresionante tromba de agua y piedra volvió a caer por la zona, desde San Asensio y Cenicero y hasta Samaniego, con aforos de hasta 30 litros por metro cuadrado. Fue entonces cuando el río San Francisco, como los barrancos que bajan desde Sierra Cantabria, se llenaron de un barro tan espeso como el chocolate que, prácticamente, anegó la zona de la travesía desde la iglesia y hasta la salida del pueblo, en el cruce para entrar en el puente sobre el caudaloso río Ebro.
“Fue mucho agua en poco tiempo -explicaba a este diario el vecino Jesús Ángel Pascual-, y se ha acumulado además desde Villabuena y Samaniego, que han roto varias cavas. Aquí, en esta llanada ya en el pueblo, nuestras cavas no han dado más de sí y se ha inundado todo. Era imposible que tragaran porque cayeron 30 litros por metros cuadrado y durante 15 minutos. A todas estas casas de por aquí les ha pillado los sótanos y se han inundado completamente”. La misma narración la realizaba Borja Monje quien destacaba que la travesía, la calle, “se quedó intransitable”, con hasta 20 centímetros de barro en la calzada.
De inmediato regresaron los Bomberos, el servicio de carreteras y numerosos voluntarios, que pasaron toda la noche trabajando. Según esos mismos operarios, algunas personas tuvieron que entrar en los garajes y bodegas con trajes de neopreno. Al mediodía de ayer el cansancio y los nervios se hacían visibles mientras se continuaba el trabajo para limpiar el interior de las casas de la lechada de barro. Algunas personas achacaban la lengua de lodo a la costumbre de los agricultores de aprovechar sus cultivos hasta la misma cuneta de la carretera. “Eso deja al descubierto tierra labrada, sin hierba que la fije, y cualquier avalancha de agua se convierte en un río de lodo que lo arrasa todo”. Otra vecina, Julia Angulo, propietaria de una de las viviendas afectadas, relataba que habían pasado toda la noche trabajando, porque les había entrado agua y barro “hasta la rodilla y más arriba”.
Otros, sin embargo, no habían tenido esa mala suerte. Los que viven desde la plaza de la iglesia hacia Villabuena, sólo habían sido espectadores de las dos tormentas. “En mi casa sólo ha habido un poco de inundación, pero nada? El golpe fuerte ha sido en esta otra zona del pueblo”, señalaba otro vecino, Francisco, espectador de las labores de limpieza.
A las ocho de la mañana de ayer comenzó un verdadero despliegue de maquinaria pesada para ayudar a los Bomberos, que llevaban desde el día anterior trabajando en Baños. La Ertzaintza cortó el tráfico de entrada al pueblo, mientras que los equipos de mantenimiento de carreteras de la Diputación Foral se entregaban a la tarea de eliminar el barro del interior de las casas y de la calzada. Maquinaria más pequeña iba entrando en los sótanos y saliendo con las palas llenas de barro y basura, que depositaban en un camión para llevárselo a otro lugar.
Con el operativo en marcha, el alcalde y varios agricultores realizaron un recorrido por el término municipal para valorar los daños de las tormentas y, efectivamente, varias zonas, como Peña Aguda, Río Salado y otras tenían daños muy graves en los viñedos. “Hay muchas uvas abiertas y el riesgo de que se produzca botrytis es muy elevado”, comentaba Monje, que ya por la tarde preparaba un informe para tratar de lograr apoyos de las administraciones para paliar las grandes pérdidas que se esperan.
A eso hay que sumar los daños en los caminos rurales. “Estamos a 10 ó 15 días de las vendimias y estas tormentas han hecho mucho daño en los caminos. Afortunadamente no se ha desplazado ninguna ladera, pero las calzadas están agrietadas y necesitan algunas actuaciones urgentes”. El primer edil de Baños de Ebro explicaba que por la tarde estaría con el diputado general, Ramiro González, que acudió a la comarca para conocer los daños sufridos.
Y así fue. El jefe del gobierno foral se desplazó por la tarde para comprobar el estado de las viñas y los daños provocados por las tormentas en distintas localidades. Por su parte, el diputado foral de Agricultura, Eduardo Aguinaco, se desplazó a la zona tanto el lunes como el martes para conocer de primera mano los daños ocurridos en las vides. Tras constatar los mismos, el gestor jeltzale reconocía su importancia, aunque pidió cautela hasta reconocer todo el terreno y ver cómo evoluciona el campo.
32
El retén de Aguirrelanda realizó el pasado lunes 32 intervenciones por culpa de las intensas lluvias y la tormenta registradas en los últimos días, tanto en Vitoria-Gasteiz, como en muchas localidades desperdigadas por el conjunto del territorio histórico.
Caída de ramas. Los Bomberos retiraron ramas caídas o con peligro de caer en las calles Los Herrán, Reyes de Navarra, Portal de Foronda, Paseo de Cervantes, así como en localidades tan dispares como Laguardia, Villanañe y Salinas de Añana. En la primera de estas localidades un árbol se había caído sobre unos cables de telefonía y en la segunda sobre una línea de alta tensión.
Una cruz, al suelo. La cruz de hierro que corona la iglesia la iglesia de San Ildefonso se desprendió ayer y los bomberos acudieron para revisar la zona de la cubierta donde estaba colocada, acordonaron y cerraron la calle hasta la instalación de un pasaje de protección.