escena curiosa. Está claro que a nadie le amarga un dulce. Y, para muestra un botón. Sobre estas líneas aparece un vecino de la capital alavesa al que le agrada la cultura de hostelería de terrazas que se impone en Gasteiz cada vez que el verano marca sus normas. El protagonista de la imagen no es mucho de tomar cafés, pero los sobres de azúcar le pirran. Por eso trata de llevarse el sobrante a su nido, para degustarlo otro día. Foto: Josu Chávarri