gasteiz - Los proyectos pueden convertirse en realidad. Alberto Urrutia Montejo, alumno de la Escuela Universitaria de Ingeniería de Vitoria-Gasteiz, ha visto cómo su diseño de un chasis para un car-cross se ha aplicado a la construcción de un vehículo de competición. Éste es un monoplaza con motor trasero, similar a un kart, pero más potente y diseñado para rodar por terrenos sin asfaltar. La creación con sello alavés correrá por los circuitos del Campeonato de España de Autocross. El peculiar bólido ha sido construido por Asier Parro, quien ha aplicado una flamante carrocería de color rojo para completar el chasis pergeñado por Urrutia.

El proyecto elaborado por este estudiante de Ingeniería Mecánica junto al profesor Gonzalo Carlos Gonzalo consistía en el análisis y la construcción de un chasis tubular. Éste tiene una estructura similar a la de los juguetes Meccano, pero hecha con grandes tubos de acero. Por norma, el diseño del chasis ha de proteger al conductor en caso de vuelco o accidente. Este “esqueleto” concebido por Urrutia se beneficia de una gran relación entre la resistencia y peso del vehículo. La ligereza es la gran virtud de los car-cross, y eso que utilizan motores de motocicleta de una gran potencia, con una cilindrada máxima de 600 centímetros cúbicos. Con estas características, estos vehículos ofrecen un rendimiento muy alto para su bajo coste de fabricación. Las dimensiones máximas de los car-cross son de 2,6 metros de largo por 1,6 de ancho y 1,4 de alto, según el reglamento de la Real Federación Española de Automovilismo (RFEDA).

En cualquier caso, la defensa en el Campus del proyecto Análisis estructural de un chasis car-cross no ha sido la única prueba que ha tenido que pasar Alberto Urrutia. El departamento técnico de la RFEDA tiene un estricto examen de homologación de los vehículos que quieren competir en el Campeonato de España. Entre las especificaciones fijadas, están el tipo de tubos de acero que ha de llevar el chasis, así como el estudio de resistencia de materiales para demostrar que dicha estructura aguanta distintas fuerzas sin romperse ni deformarse. Tras proceder a su homologación en la RFEDA, el bólido ha recibido el nombre Power Race Vehicle, PRV, en honor a la futura empresa PRV Racing que competirá en la categoría car-cross, división IV, del Campeonato de España de Autocross. Los constructores Parro y Urrutia tienen la intención de una futura comercialización de su coche, cuyo rendimiento se comprobará en competición.