ondategi - La localidad alavesa de Ondategi se convirtió ayer en una impresionante fiesta en el transcurso de la Exhibición del Caballo de Monte de las Estribaciones de Gorbea, organizada por el Ayuntamiento de Zigoitia con la colaboración de varias entidades, entre ellas DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA.
Desde primeras horas de la mañana, la explanada de Zaragua se fue llenando de animación. Primero con la llegada de los animales, una amplia representación de ovejas lachas y de otras razas, cabras y ganado vacuno y caballos, que quedaron instalados en los corrales portátiles previstos a la sombra y, cada uno de ellos, con una breve reseña con el nombre del propietario y localidad de procedencia. A ello se sumaba una amplia muestra de artesanos de la zona y de otras localidades, junto a otros espacios donde hubo juegos, danzas y exhibiciones.
Para hacer cómoda la visita, la localidad cerró sus calles al paso de vehículos, habilitando a la entrada de Ondategi amplios aparcamientos con acceso directo a la explanada. Los propios vecinos, ayudados por los Miñones y la Ertzaintza, regularon estos aparcamientos para que por un día el pueblo fuera peatonal. De esa forma, la feria recibía a los visitantes con los corrales del ganado ovino y caprino, un lugar en el que se paraban los críos para jugar con las ovejas y las cabras, alguna de las cuales arremetía contra quien trataba de tocar la cornamenta mientras los protagonistas de esas pillerías se reían.
Más abajo los ganaderos charlaban con la gente que se paraba a mirar los caballos y, sobre todo, a sacarles fotos por los curiosos gestos que protagonizaban o por sus intentos para tratar de salir de los corrales, ya que son animales que habitualmente están libres en el monte.
Alguno de los profesionales del sector comentaba en los corrillos que “la situación para los ganaderos es mala, porque la carne no se está vendiendo al precio que hay que vender. Y es que aquí no coge fuerza, no se come carne de caballo, o se come poco”. Para ellos, “es complicado lograr que los consumidores elijan la carne de caballo. Cogemos unos hábitos y estamos acostumbrados a comer carne de ternera más que esto y cuando se cogen esos hábitos cuesta mucho cambiarlos”.
En el extremo de la zona dedicada a los caballos estaba uno de los ganaderos con más solera, impulsor además de estas exhibiciones. Juan Manuel Mimensa relataba que el caballo de monte del Gorbea es un animal dedicado a la producción cárnica. “Es una especie rústica que procede de razas de aquí, como la pottoka, o de cruces con caballos navarros de raza Burguete o de otras que hemos ido importando de Europa, de aptitud más cárnica, de mayor peso”. Su denominación de monte está muy clara porque “pasa la mayor parte de su vida allí. Desde el 1 de abril hasta el 1 de enero están en el Gorbea. En el mes de octubre se les quitan los potros, pero las madres siguen en el monte”.
Al contrario de lo que ha ocurrido en otras zonas, de momento no han tenido ningún problema con los lobos o los perros salvajes. Mimensa confesaba que ya llevan varios años que no pasa a Gorbea ningún lobo, “desde hace 14 ó 15 años”.
En cuanto al consumo de este tipo de carne, el ganadero coincidía que no termina de cuajar entre los consumidores. “En nuestro país hay muy poca demanda, poca costumbre de carne de potro. Sin embargo, los grandes centros comerciales parece que van interesándose aunque habitualmente la adquieren ya envasada en Asturias. Aquí nosotros mandamos casi todo para Cataluña o para Italia”. Y es que aunque parezca curioso, lo cierto es que el caballo de monte se exporta, y muy bien, a tras zonas del mundo. “Yo engordo los potros y durante muchísimos años han bajado hasta la bota de Italia en camión y muchas veces los metíamos en barco desde Marsella. Este año hemos matado en Barcelona, pero muchísimos años los hemos mandado vivos, nos decían que eran para Libia porque allí los querían matar ellos”. Eran otros tiempos y “querían que llegara el animal vivo, cuando estaba el dictador. Ahora parece que han cambiado un poco”.
Los comercializadores de carne, terminaba Mimensa, se han topado con otro problema y es que “se ha complicado el llevarlos vivos porque han entrado en vigor medidas muy restrictivas para el transporte y ya no dejan que vaya en el camión tanto número de animales”.
En otra parte de la zona elegida para este acontecimiento se habilitó un espacio para una exhibición de deportes rurales, al que acudió Perurena II para levantar un peso de 225 kilos. Al lado había un recinto donde los grupos de danzas mostraron un variado repertorio, con algunas piezas protagonizadas por los más txikis de la localidad. El espacio central, ocupado por el impresionante roble, se destinó un año más a albergar el bar al que daba una agradable sombra.
En ese lugar se encontraba el alcalde, Mikel Las Heras, quien recordaba que “somos un pueblo eminentemente rural, ganadero y agrícola, y es importante para nosotros el demostrar esos aspectos de nuestra cultura y de nuestra economía, como es la ganadería. También es importante dar realce a los ganaderos que son al final los que han mantenido el Gorbea como está, que es un Parque Natural precisamente por el uso ganadero que le han dado al monte”. Asimismo destacaba que hay otra parte de la fiesta “que es para disfrutar, ver estos puestos de artesanía y de productos locales (queso, miel?) y para divertirnos un poco viendo los caballos de las hípicas, que para eso tenemos tres funcionando en este municipio”.
Las Heras miraba hacia atrás para recordar que la celebración ya tiene veinte ediciones. “A la gente lo primero que le llama la atención es el sitio, bajo este árbol, el roble de Zaragua, que sirve de cubierta para todo el bar que se ha montado”. Sin embargo no olvidaba que este lugar es también una referencia para la comarca y que “aquí tenemos mucho caballo, al igual que lo tienen otros ganaderos de Zuia, que también acuden a exponer aquí. Pero lo que hay en Zigoitia es fundamentalmente caballo que se complementa con algunas explotaciones de vacuno y de oveja lacha con la que se produce queso a través de tres productores”.
Exhibiciones En unos terrenos cercanos se habilitaron unos espacios para las demostraciones de lo que se puede hacer a caballo, aunque evidentemente no era con el caballo de monte. Equipos de equitación llegados de Pamplona y de la propia localidad compitieron en el juego del horseball, una especia de baloncesto a caballo, en el que el truco está en que la pelota debe pasar al menos tres veces por las manos de los compañeros de equipo, sin que caiga al suelo, ya que debe ser recogida sin bajarse de la montura, y encajarla en una portería redonda.
Sobre las dos de la tarde los cocineros de la Federación de Sociedades Gastronómicas de Álava, Boilur, comenzaron el reparto de las raciones del guiso que habían preparado a base de carne de potros, con patatas de Álava, con lo que se dio por finalizada la feria.