gasteiz - Una trabajadora de la planta de reciclaje de envases de Jundiz resultó intoxicada el pasado martes en su puesto de trabajo y tuvo que ser evacuada en ambulancia de la instalación. Según ha podido saber este periódico, el malestar es patente entre el personal de la instalación, que gestionan FCC y Yárritu, pues según denuncian manipulan con sus manos cada día jeringuillas, animales muertos o productos químicos industriales, a pesar de lo cual la empresa se niega a abonarles un plus de peligrosidad.
A esta circunstancia se une la plaga de ratas que sufre la nave, que según fuentes consultadas no es puntual, sino que se remonta varios años atrás en el tiempo. A pesar de ello, Osalan dictaminó que se trataba de un hecho esporádico tras la inspección realizada después de que EH Bildu denunciara la presencia de los roedores.
Antes de la inspección, señalan las personas denunciantes a este medio, la empresa FCC contrató a una firma para poner veneno por la nave y añadió un turno de trabajo para tratar de rebajar el nivel de llenado en la zona donde descargan los camiones, y en la que se acumulan basuras de todo tipo.
Se da la circunstancia de que la plaga de ratas ha contribuido a aumentar la peligrosidad del trabajo de los operarios, puesto que sus excrementos se mezclan con los residuos que manipulan los trabajadores, más de la mitad de los cuales, denuncian las fuentes consultadas, son eventuales que en muchos casos no llegan a cobrar 1.000 euros mensuales. La UTE adjudicataria recibe 1,5 millones de euros anuales, durante una década, por explotar la instalación.
Curiosamente, la planta fue renovada hace poco más de un año. Se realizó una inversión de casi medio millón de euros para la adaptación y mejora de los equipamientos y maquinaria existente con el objetivo de lograr una mayor eficiencia en el tratamiento de los residuos, hasta el punto de que a corto plazo se hablaba de reciclar el 100% de los envases que entran. Se incorporó un proceso de tratamiento de la fracción rechazo, el material que hasta ahora no se podía reciclar, y se instalaron un nuevo sistema de aspiración de plástico film, prensas de subproductos plásticos y de metales, y separadores ópticos. Además, se colocaron placas solares para calentar el agua que se utiliza en la planta, tanto la del proceso de reciclaje como la sanitaria. A pesar de todo ello, los residuos de todo tipo se acumulan en el recinto.
pliegos por encargo La adjudicación de la planta de reciclaje de envases de Jundiz levantó polvareda en las Juntas Generales en 2013. La Diputación encargó la redacción del pliego de condiciones a la consultora Grupotec, pese a que lo habitual es que sean técnicos forales quienes se encarguen de estas labores. Grupotec, que factura más de 60 millones anuales, giró a la institución foral sendas minutas por valor de 9.000 euros, IVA aparte, por la redacción del pliego y por el estudio de la tecnología presentada por las licitadoras. La cuantía de ambas facturas permitió que se realizaran sin concurso previo. Más del 70% de los alrededor de 700 millones de euros que facturó Grupotec en la pasada década correspondieron a proyectos adjudicados a FCC.
Nadie tenía constancia en las Juntas de la existencia de estos pagos hasta que se celebró una visita a la planta y se realizaron preguntas al respecto, pues aunque con anterioridad PNV y PSE pidieron información detallada sobre la adjudicación, el gobierno foral de Javier de Andrés en ningún momento hizo mención a la subcontratación de la redacción del pliego de condiciones. Cada año entran en la planta de Jundiz alrededor de 5.000 toneladas de residuos.