parte de la clase política insiste en que la economía está remontando, pero la realidad es tozuda y se empeña en chafar, con datos reales, las ahora optimistas predicciones macroeconómicas. En Vitoria, como en otras tantas ciudades, cada vez hay más personas y familias que necesitan ayuda para salir adelante. No es una sensación, es una realidad.
Según los datos facilitados ayer por Cáritas Vitoria, en 2014 atendieron a 5.958 familias y personas, un 16% más que en 2013. Entre los ciudadanos que peor lo están pasando destaca el hecho de que más de la mitad, el 63% concretamente, son mujeres, evidenciando que en la capital alavesa la pobreza tiene actualmente rostro de mujer. Además el 58% de las personas que reciben ayuda de Cáritas es desempleada, y el 42,7% tiene responsabilidades familiares. El principal problema al que se enfrentan actualmente las familias gasteiztarras es por encima del resto “hacer frente a los gastos de mantenimiento de la vivienda”, afirma Cáritas. De hecho, el 72,3% de las ayudas económicas que repartió en 2014 estuvieron dirigidas a “posibilitar el mantenimiento de las viviendas”, exponen desde la organización en la que Ramón Ibeas ejerce de secretario general y Santos Gil de director.
En las más de 13.080 entrevistas que han realizado en sus oficinas durante el pasado año ha refrendado que las perspectivas de futuro para los más necesitados no son precisamente halagüeñas. “Las familias no encuentran un horizonte de mejora a medio plazo por la imposibilidad de acceder a un trabajo o las escasa oportunidades de formación orientada el empleo”, apuntan desde el organismo católico. En cuanto al perfil de las 3.175 familias atendidas -el resto son hombres y mujeres sin personas a su cargo- , 985 son españolas, siendo el resto de hasta setenta nacionalidades diferentes - 25 africanas, 18 americanas, 10 asiáticas y 16 de otros países europeos-.
Encontrar un empleo pasa ahora mismo por ser, obviamente, la gran preocupación que acecha a las personas que se encuentran en riesgo de exclusión social. “Las principales demandas que nos hicieron llegar en los despachos de acogida estuvieron relacionadas con la búsqueda de un trabajo”, subrayan desde Cáritas, que ofreció asesoramiento a más de mil personas para facilitarles tan ardua tarea. La formación académica y lingüística -873 personas aprendieron castellano en sus programas copó también gran parte de la siempre meritoria y muchas veces poco agradecida labor de Cáritas en Vitoria.