vitoria - En la Junta Administrativa de Artomaña, perteneciente a Amurrio, no tienen por costumbre cada 23 de abril regalar a las damas una rosa roja ni que éstas correspondan a los varones con un libro, tal y como es costumbre en Cataluña. Sin embargo, también tienen a San Jorge por patrón y, quizás por aquello de que el caballero libró al pueblo del tirano bicharraco con forma de dragón que custodiaba el único manantial de agua, han decidido agasajarle este año con la inauguración de su histórico molino hidráulico harinero. “Lleva recuperado desde 2011, pero su inauguración se ha retrasado hasta ahora porque faltaban por llegar algunas piezas de la maquinaria, que se han tenido que hacer de forma artesanal. Pero ya se ha puesto en marcha y es una auténtica gozada verle moler”, explicó ayer a DNA el anterior presidente del concejo, Josu Ortuzar, durante cuyo mandato se puso en marcha la restauración de este histórico inmueble. Ha sido una intensa labor de recuperación que se ha abordado por fases, desde 2009 y en base a un proyecto redactado por Arke Arquitectos, que ha respetado tanto la imagen exterior como la tipología de un edificio que, de otro modo, se hubiera echado a perder, dado su serio estado de deterioro. De hecho, cuando llegó el equipo de restauradores era imposible acceder al interior del molino, porque el tejado estaba completamente hundido, y sólo vaciar el embalse de agua que lo alimenta llevó más de una semana, puesto que había acumulado más de un metro de fango que hubo que sacar a pala.

A esta fase le siguió la restauración de la maquinaria -de cubo de rodetes- y la del edificio en sí, para continuar con la impermeabilización de los muros de piedra, tanto del embalse como de la parte trasera del molino. Un tratamiento antihumedad que ha consistido en picar toda la superficie y cubrirla con un reboque especial de cal tratada químicamente que, para este pueblo, supondrá una garantía de larga vida para su molino. - A.O.