Amurrio - Un vitoriano de 46 años ha sido condenado a 21 meses de cárcel por maltratar de forma habitual a sus dos hijos menores, que actualmente tienen 12 y 16 años, lo que ha generado en ellos un daño emocional. Según la sentencia dictada por el Juzgado de lo Penal número 2 de Vitoria, se considera probado que desde que el niño y la niña eran muy pequeños, el acusado les impuso “normas estrictas” y si las incumplían “reaccionaba de forma violenta y agresiva”. Durante años, en el domicilio familiar se producían “situaciones de tensión relacionadas principalmente con el momento en que los niños debían irse a la cama, la hora de las comidas y el tiempo que dedicaban a los deberes del colegio”, señala el fallo judicial.
Cuando los menores no cumplían sus expectativas, el padre les insultaba llamándoles “imbécil”, “inútil” o “idiota”, y les daba golpes en las nalgas, la cabeza, la cara y en los brazos, lo que les provocó temor hacia su padre. En otras ocasiones les pedía que extendiesen sus manos y les golpeaba con la suya a pesar de que los niños le decían que les hacía daño. También cuando el niño era pequeño le dio una bofetada que le hizo sangrar por la nariz cuando se puso a soplar las velas de la tarta en el cumpleaños de su primo y, en otra ocasión le dio azotes en la nalga hasta provocarle lesiones por no irse a la cama.
La sentencia recalca que, aunque en ámbitos externos a la familia, el acusado se mostraba como un padre atento y cuidadoso con sus hijos, en la intimidad desarrolló “un estilo educativo exigente, crítico y controlador”, con actuaciones de maltrato hacia los menores, lo que generó en ellos “un rechazo absoluto y un daño emocional”, como han constatado los forenses que los han evaluado. El padre negó en la vista que maltratara a sus hijos. Dijo que nunca sintió que le tuvieran miedo y únicamente reconoció que quizás les dio algún cachete, al tiempo que comentó que su mujer era muy permisiva, que era él quien tenía que reconducir la conducta de sus hijos y que, antes de separarse su mujer, ésta le advirtió de que si se divorciaba de él ya no vería más a sus hijos. La madre explicó en la vista que durante su matrimonio pensó que lo que hacía su marido no estaba bien pero que no fue consciente del maltrato hasta que se divorció, cuando sus hijos hablaron de malos tratos porque no querían acudir a las visitas con su padre.
La defensa del acusado llevó al juicio hasta nueve testigos que aseguraron que la relación entre el padre y los hijos era buena, aunque, según el juzgado, ello no impide que los hechos denunciados sean ciertos porque, según los peritos, es frecuente en estos casos que las víctimas no cuenten los episodios de violencia que sufren en casa.
Tras analizar las pruebas, el juzgado concluye que “las manifestaciones de los menores son ciertas” y que constituyen un delito de maltrato en el ámbito familiar con carácter habitual, aunque le impone la pena mínima, 21 meses, frente a los 2 años y 7 meses de cárcel que pedían el fiscal y la acusación particular. Además, prohíbe al padre aproximarse a menos de 200 metros de sus hijos y comunicarse con ellos durante 2 años y 9 meses. La sentencia ya ha sido recurrida por alguna de las partes.
accidente mortal Por otro lado, el conductor fallecido ayer en un accidente de tráfico en Legutiano es un varón de 33 años y vecino de Bergara, según informa el Departamento vasco de Seguridad. El suceso se registró a las nueve y cinco de la mañana en el punto kilométrico 112 de la AP-1 a su paso por la localidad de Legutiano, en sentido hacia Eibar. Por razones que aún se desconocen, un Citroën C4 se salió de la calzada y volcó fuera de la vía. Como consecuencia, el conductor y único ocupante falleció. Hasta el lugar se desplazaron efectivos de la Ertzaintza y sanitarios que, sin embargo, no pudieron hacer nada por salvar su vida. - Efe/E.P.