gasteiz - Jesús Larrañaga (Bergara, 1959) tomó las riendas de la gerencia del Hospital Universitario de Álava (HUA) el pasado 23 de febrero y, hasta la fecha, se ha visto inmerso en un proceso de “diálogo constante”, tanto interno como con el resto de estructuras que integran la red de Osakidetza en Álava. Pasos previos fundamentales para la constitución de esa Organización Sanitaria Integrada (OSI) con la atención primaria y Salud Mental hacia la que camina el territorio. Pero antes de llegar a ese escenario, el futuro del HUA se dibuja ya en sus dos sedes clásicas, Txagorritxu y Santiago, con un cronograma de actuaciones previstas para este mismo año y 2016. Cercano y de verbo fácil, Larrañaga acumula más de 20 años en puestos de gestión de Osakidetza, el último la gerencia de la OSI Alto Deba.

¿Comienza a hacerse ya a su nueva ocupación?

-Es un trabajo adaptativo y complejo, de mucha envergadura. Pero como tengo ganas y ánimo, poco a poco voy a ir buscando el conocimiento, aprendiendo y aportando lo que sé de mi experiencia. Ésta es una organización más grande respecto a las que he conocido, que está viviendo un proceso de integración y que pronto va a iniciar otro. Es un momento muy interesante para trabajar aquí. Una de las cuestiones fundamentales a trabajar va a ser la comunicación, tanto interna como externa. Hay que hablar con mucha gente, con diferentes entornos. Estoy en un proceso de diálogo constante. Ya me he presentado a los mandos intermedios, a la Junta de Personal y al comité de empresa, me he reunido con los diferentes servicios, paso unos días aquí (en Txagorritxu) y otros en Santiago... Ahora vamos a presentar el plan de gestión a los distintos servicios, a Comarca Araba y al Psiquiátrico, para que entiendan los cambios que se van a producir en las organizaciones.

¿Es éste el reto más importante de su carrera?

-Profesionalmente sí, porque es un sitio que tiene un importante presente y un importante futuro. Es un reto complejo, pero soy un apasionado de esto.

Antes de llegar aquí, ¿qué conocía de Txagorritxu y Santiago?

-Siempre han sido una referencia en excelencia dentro de Osakidetza. Y cuando han pasado a ser una sola sede, se les ha dado el carácter de mejorar su futuro. Si antes eran esa referencia, con el tiempo se pueden constituir en una organización puntera. Primero, porque se han hecho muchas cosas con la integración, porque vamos a otra integración con la primaria y porque el hospital tiene unas características muy importantes en los ámbitos de la investigación y la docencia. Eso también va a volcar las miradas aquí. Recientemente hemos celebrado la primera jornada de puertas abiertas para estudiantes, vinieron de distintas comunidades y mostraron un gran interés. Van a convivir con el crecimiento de una institución que va a tener un Instituto de Investigación como es Bioaraba. Quienes permanezcan aquí en su periodo de residencia, van a tener en este entorno y en esta cercanía todo lo que quieran para desarrollarse.

El plan del HUA ha experimentado muchos cambios, sobre todo en lo que toca a Santiago, pero aún existen voces en este hospital que cuestionan su futuro. ¿Qué les trasladaría a los escépticos?

-Santiago y Txagorritxu van a pasar por diferentes procesos de futuro y una parte de ese futuro está pasando ya por Santiago. Estoy hablando del nuevo Centro Oftalmológico, de la Cirugía Mayor Ambulatoria (CMA), de la Rehabilitación... Van a ser procesos encadenados y por eso creo que hay una apuesta firme por revalorizar Santiago. Son procesos que empiezan de forma tangible allí. Voy todas las semanas a Santiago y la gente ve una nueva construcción de hospital. Hemos hecho apuestas por distintos aspectos de cirugía, estará ese Centro Oftalmológico y se van a mantener los servicios que ya estaban asentados allí, como Psiquiatría y Urgencias, que además serán remodelados. Esa sensación que se me ha trasladado muchas veces de que Santiago es otra cosa yo no la veo. Con el plan director que ya se viene acometiendo eso queda palpablemente cuestionado. La mejor evidencia es que ya estamos en procesos de obras en Santiago y que hay una apuesta importante de crecimiento. Hablamos mucho de las dos sedes, pero las consultas externas han sido otro valor añadido, uno de los aspectos que más han apoyado la integración, un común denominador.

Las obras del nuevo Centro Oftalmológico comenzarán el próximo junio. ¿Qué vendrá después?

-Serán unos trabajos de mucha envergadura. Va a ser un centro muy potente, muy moderno. Empezamos con ello y el resto va a estar en un vaivén de plazos. Continuaremos con la CMA, la rehabilitación, que irá en la planta baja del pabellón de la calle Paz... Son procesos que van a ir encadenados y coordinados, pero prefiero no dar plazos concretos.

¿Y qué hay de Txagorritxu? Al entrar al hospital me ha llamado la atención ver el cartel de ‘Consultas Externas’ en el área ya liberada.

-A partir del año que viene se comenzará a trabajar en Txagorritxu, seguramente en el segundo cuatrimestre, cuando se acaben las obras en Santiago. Probablemente antes del verano de 2016. Tenemos que ir en fases y la primera está en Santiago. En las viejas consultas externas de Txagorritxu irán los hospitales de día médico y oncohematológico.

La obra de más envergadura recogida en el plan director del HUA, el bloque de servicios centrales de Txagorritxu, ya cuenta con un proyecto básico. ¿Hay algún plazo estimado para iniciar estas obras?

-Quizá el año que viene también, más adelante del segundo cuatrimestre. Ya tendremos más oportunidades de concretar.

¿Qué le ha trasladado el exgerente del HUA, Jesús Muñoz, al llegar a su nueva ocupación?

-Le conozco desde hace muchos años, porque trabajó conmigo en Bilbao y siempre he tenido una relación fluida. Sobre todo me trasladó las dificultades iniciales de este proceso y el itinerario favorable que tiene ahora. Los procesos ya van convergiendo. Me habló también de la gran profesionalidad de la gente que hay aquí, de cómo se ha ido adaptando en el tiempo. Quisiera aprovechar el momento para mandarle un abrazo.

Cuando se presentó el plan director del HUA, se habló de una inversión total estimada de 125 millones de euros y de un plazo de obras más allá de una década. ¿Cree que estas cifras son viables viendo la situación económica?

-Existe un compromiso claro de que haya una dotación económica para desarrollar el plan director. La gente sabe cómo van a ser los servicios y ha participado mucho hasta ahora. Esto ha servido para darle credibilidad al proyecto, pero también para sentir que lo que se está construyendo se parece a lo suyo. A partir de ahora queremos comunicar cómo va cada obra y eso también va a ayudar a ese tema adaptativo. Dotación comprometida, apoyo también, y eso le da una viabilidad de futuro al proyecto. Hay compromisos tangibles y firmes de cara al futuro. Lo que nos toca ahora es que las obras impacten lo menos posible en los profesionales y los ciudadanos. Son trabajos de mucha envergadura y largos en el tiempo, que requerirán mucha paciencia.

¿Volviendo a Bioaraba, la línea a seguir será mantener estructuras en ambas sedes y renunciar a un nuevo edificio?

-Lo importante es constituirlo como instituto, conseguir su acreditación. Y es el proceso que estamos iniciando. Seguimos manteniendo todas las relaciones con los grupos de interés y aliados que hay aquí y vamos a seguir propiciando los proyectos de investigación. Vamos a aprovechar que el instituto quede dentro de las paredes del HUA, y éste es otro de los procesos que estamos trabajando. Tenemos que conjugar y conjuntar las infraestructuras internas para hacer un desarrollo dimensionado a esas necesidades. Estamos barajando conjuntamente distintas posibilidades para ver ubicaciones, desarrollos y por supuesto resultar atractivos.