vitoria - Empieza la Semana Santa. Tiempo de fe, pero también de reflexión. De la mano de Berakah, el programa de las parroquias del Casco Viejo de Vitoria que trabaja por los más desfavorecidos, ayer a las ocho de la tarde tuvo lugar el Vía Crucis del Mundo. Una tradición piadosa que se viene haciendo desde hace ocho años y en la que colectivos locales y representativos de otras nacionalidades acompañan a Jesús en su camino al Calvario, haciendo presentes las periferias existenciales de este mundo.

La imagen de varias personas cargando con una cruz de madera por las calles del Casco Viejo fue la estampa de las muchas penalidades que hombres y mujeres de esta sociedad están viviendo, lejos y cerca de nosotros. Un simbolismo que se hizo palpable a través de siete estaciones, que comenzaron en la parroquia de Santa María y terminaron en la capilla de los pasos de la iglesia de San Vicente. El recorrido se acompañó, además de música, un aspecto siempre importante para Berakah. Esta vez, la nota melódica la puso la cantautora Beatriz Grifoll, acompañada por Enrique Mejías.

Los colectivos inmigrantes que participaron en el Vía Crucis del Mundo fureon: Camerun, Mbock, Burkina Faso, Paraguay, Machupichu-Perú, Adiva de República Dominicana, Betong de Guinea, Mujeres de Ain Karem y la Nueva Residencia Hogar de Belén. A ellos se sumaron asociaciones locales como Fe y Justicia, Manos Unidas, Renovación Carismática, Cofradía Vera Cruz, Cofradía de la Virgen Blanca, Adoración Nocturna y Hospitalidad de Lourdes. - DNA