en el Ayuntamiento de Vitoria hay funcionarios que a veces reciben una llamada del Gabinete de Alcaldía y deben dejar lo que están haciendo para dedicar su tiempo a otras cosas de mayor prioridad. No de mayor prioridad para el Ayuntamiento, de mayor prioridad para el Gabinete de Alcaldía. A dos meses de las elecciones, y con proyectos que se le deslizaron de las manos sin poder vender como propios, véase la posible ampliación del tranvía a Salburua, Javier Maroto buscaba algo que poner sobre la mesa electoral, y ese algo pasó con rapidez a ser una prioridad. Tal vez por eso, cuando el alcalde de Vitoria anunció un acuerdo con el Gobierno de Rajoy para reformar la estación de tren de Vitoria, la noticia pilló a contrapié a mucha gente, empezando por el Gobierno de Rajoy.
Tres días antes de que Maroto diera a conocer la reforma de la estación, el subdelegado del Gobierno en Álava, Antón Sáenz de Santamaría, aseguraba en una entrevista en Radio Vitoria que tener una estación de tren de Alta Velocidad en el centro de la ciudad era algo “anticuado desde el punto de visto técnico”, y que la futura estación de Vitoria estaba destinada a ubicarse “en las afueras”.
El subdelegado del Ejecutivo central anunciaba incluso una zona concreta como posibilidad, Arkaute, pero aseguraba que de cualquier forma, y como aún faltan “muchos años” para la llegada de la Alta Velocidad -se espera para 2019 o 2020- desde el Gobierno no tenían “ninguna prisa” en ponerse manos a la obra. Tres días después, el alcalde de Vitoria mostraba los diseños para “la transformación de la actual estación de tren de la calle Dato”, asegurando tener el compromiso del Ministerio de Fomento para desembolsar “cuarenta millones de euros” en su construcción, creando una nueva playa de vías, nuevos andenes, una pasarela peatonal y una cubierta.
Maroto viajó a Madrid para “ratificar con Fomento el compromiso para transformar la estación”. Tanto la ministra, Ana Pastor como su mano derecha, el secretario de Estado, Julio Gómez-Pomar, se encontraban ese día gestionando las consecuencias del trágico accidente aéreo en Los Alpes, así que la fotografía del acuerdo fue con el secretario general de infraestructuras, Manuel Niño, y el presidente de Adif, Gonzalo Ferre. Según explicó el Ayuntamiento justo después de la cita en una nota de prensa de cinco páginas , el acuerdo con Fomento es “firme”, pero “el documento oficial se formalizará más adelante”. La licitación de las obras será “a principios del año que viene”, y la estación estará acabada “en 2019”. El grupo municipal socialista pidió el miércoles una copia del documento del acuerdo sellado entre Maroto y Fomento, pero no obtuvo respuesta.
Ministerio de fomento Desde que el alcalde anunciara a bombo y platillo hace más de una semana su acuerdo de cuarenta millones con Fomento, Fomento no ha dicho ni palabra al respecto. Ni siquiera en la reunión pública del miércoles los dos representantes del Gobierno quisieron hacer declaraciones al respecto. Lo único que dijeron, o que se supone que dijeron según el Consistorio gasteiztarra, tras “comprometerse a invertir 143,3 millones de euros para que la alta velocidad llegue a Vitoria en 2019” fue que “el Ministerio de Fomento y Adif insistieron en que la propuesta del Gobierno Vasco no era viable porque dejaría a Vitoria con una estación pequeña”, en referencia a la iniciativa de Lakua de construir una nueva estación en la zona del puente de las Trianas. El silencio del Ministerio de Fomento en torno al proyecto presentado por Javier Maroto es cuanto menos, poco habitual. No hay ni rastro ni en la página web del Ministerio, ni en las redes sociales ni en ningún canal de comunicación oficial.
Ni siquiera se han hecho eco del proyecto o del encuentro del miércoles, ni ese día -entendible al ocurrir el accidente aéreo- ni desde entonces, aunque sí han tenido tiempo para publicitar otros acuerdos de infinitamente menor calado económico, como los acuerdos para el montaje de vía del tramo de vía Antequera-Loja, una inversión de 10,5 millones de euros en la electrificación y duplicación de la vía entre Río Duero y Valladolid, el proyecto de la instalación de un cambiador de ancho en el tramo entre Quintana del Puente y Burgos o la futura construcción del cambiador de ancho de La Teja en el Nudo de La Encina.
La clave electoral Lo que a nadie se le escapa de la promesa electoral de Maroto en relación a la nueva estación es que, a dos meses de las elecciones municipales y a ocho, a priori, de las nacionales, un acuerdo como el que el alcalde de Vitoria y el Ministerio de Fomento han llegado ahora es poco menos que un brindis al sol.
Sin acuerdos de ningún tipo con otras formaciones, sin partidas del Presupuesto bloqueadas, sin créditos de compromiso, sin acuerdo firmado de hecho -incluso ni tan siquiera con él- y con poco más que un diseño infográfico inicial realizado a contrarreloj por el propio Ayuntamiento, la reforma de cuarenta millones de euros sufragados por el Gobierno central es, cuanto menos, una propuesta frágil y complicada de salir adelante finalmente. Máxime cuando la posibilidad de que el Gobierno central cambie de manos tras los comicios de final de año es más que plausible. Y si no que se lo digan a los vitorianos que todavía, casi una década después, siguen creyendo que sus ojos verán el soterramiento.