gasteiz - Casi seis años lleva la Diputación Foral de Álava dándole vueltas a la mejora de la carretera que une San Vicente de Arana y Santa Cruz de Campezo. De momento, sólo se ha llegado hasta la fase de declaración de impacto ambiental, con tal carga de cortapisas que los vecinos y usuarios de esa vía tardarán muchos años en ver mejorados los 8,5 kilómetros que tiene de recorrido.

Se trata de una vieja iniciativa que comenzó a dar sus primeros pasos en septiembre del año 2009, cuando se convocó la licitación para la redacción del proyecto de mejora de trazado y ampliación de la plataforma de la carretera A-2128, entre los puntos kilométricos 46,670 -final zona urbana San Vicente de Arana- al 48,750 y desde el 49,820 al 55,980, que se corresponde con la intersección con la A-132 en Santa Cruz de Campezo. Entre ambos intervalos hay un tramo que ya está realizado. El expediente se tramitó por el procedimiento de urgencia pero hasta enero del año siguiente no se adjudicó a la empresa Saitec, con domicilio Leioa (Bizkaia).

La empresa realizó el trabajo y lo entregó a la Diputación Foral con todas las características que se habían planteado como partida. Es decir, pequeñas variantes de trazado para eliminar las curvas más cerradas y mejorar así la vía tanto en planta, como en alzado, tratando de aprovechar la plataforma existente para conseguir una sección transversal y un perfil adecuado para velocidad de proyecto de 60 kilómetros por hora, con algunos tramos puntuales para una velocidad específica de 50. Se proponía también remodelar las actuales intersecciones y mejorar y reordenar los accesos existentes. Con el documento en la mano comenzó un largo proceso de informes previos a cualquier decisión y fue cuando comenzaron las dificultades, ya que se solicitaron informes a más de 20 instituciones, entidades y asociaciones, entre ellas, alguna del ámbito ecologista.

Tanto en el informe de 23 de diciembre de 2010, como en el de 12 de septiembre de 2011 se especifica que se trata de un espacio incluido en la Red Ecológica Europea Natura 2000 y que, además, se sitúa en el borde oeste del sector más oriental del Espacio Protegido de la Red Natura 2000 de la Zona de Especial Protección para la Aves (ZEPA) de las sierras meridionales de Álava. Así, en el ámbito de esta ZEPA, y en general en zonas próximas al ámbito afectable por el proyecto de la carretera, se tienen identificados nidos de varias especies de rapaces rupícolas y forestales catalogadas como amenazadas por el Catálogo Vasco de Especies Amenazadas. Éstas son el águila real, la culebrera europea, el águila calzada, el azor común, el búho real, el milano real y el halcón peregrino. Además, el vial afecta a zonas donde se llevan a cabo planes de vigilancia y control del águila perdicera, del visón europeo, de la nutria y de las aves necrófagas de interés comunitario como el buitre, el alimoche y el quebrantahuesos. A la alarma generada con la fauna se suma que la carretera conforma un corredor ecológico a través del arroyo Rosaria y que también se afectaría a la Vía Verde del antiguo Vasco-Navarro.

En este proceso también hubo exposición pública del proyecto y varias instituciones plantearon alegaciones. Así, el Ayuntamiento de Campezo acordó que se deberían incluir, en la intersección con la A-132 en Santa Cruz, medidas que permitan la circulación sostenible en este punto, tanto en el tránsito de dicha carretera como en el acceso a la A-2128. Entre esas medidas se proponían un semáforo, un paso de peatones, reductores de velocidad o un radar. Por su parte, el Servicio foral de Montes señaló que se debía procurar una minimización de afección sobre los montes catalogados y sobre el paisaje, considerando el valor paisajístico como un aspecto socioeconómico muy importante en todo el Valle de Arana. Se proponía que cualquier corta de arbolado necesaria para la ejecución de los trabajos deberá contar con la expresa autorización. También IHOBE advirtió de que hay parcelas en el ámbito de la carretera que han soportado históricamente usos industriales que han podido contaminar el suelo y que, por lo tanto, podrían suponer un riesgo para los usuarios y el medio.

La Dirección de Biodiversidad y Participación ambiental apuntó a afecciones directas a tres tipos de hábitats de interés comunitario y uno de interés comunitario prioritario. Como medidas correctoras se propuso la recuperación con especies vegetales propias de todos los ámbitos afectados y la compensación con actuaciones de restauración en otros ámbitos.

URA, por su parte, advirtió en cuanto a las aguas subterráneas que los terrenos afectados por las obras proyectadas poseen permeabilidades muy altas ligadas a materiales calcáreos y calcarenitas, presentando por tanto grandes áreas con vulnerabilidades muy altas.

A pesar de todo ello, en el Departamento de Medio Ambiente se ha dado luz verde a la declaración de impacto medioambiental, pero se han marcado más de un centenar de medidas y controles de seguridad y seguimiento, con lo que esta obra será una de las más vigiladas del territorio histórico, pero también tendrá un coste mayor ajeno a la obra en sí.

Cierre de la AP-1 En otro orden de cosas, la autopista AP-1 permanecerá cerrada a la altura de Eskoriatza por un desprendimiento hasta el próximo día 26, cuando se abrirá un carril por sentido. La Diputación guipuzcoana ha indicado que los trabajos para de estabilización comenzaron ayer y finalizarán el 15 de julio. Como consecuencia del deslizamiento producido en un talud ha sido necesario cerrar al tráfico la autopista en ambos sentidos de circulación desde el enlace de Eskoriatza hasta Luko. Las inspecciones realizadas por los técnicos han detectado movimientos en la masa de materiales deslizados.