para la mayoría de los mortales, leer supone un excelente hábito para viajar a través de la historia, transportarse a lugares remotos y de fantasía, emocionarse hasta el llanto o aprender sobre infinidad de materias, pero también son muchas las personas que necesitan un empujón adicional para practicarlo con éxito. Es el caso de los hombres y mujeres que sufren algún tipo de discapacidad intelectual, a quienes la privación de la lectura no sólo les impide disfrutar de la riqueza de las letras sino también mejorar su integración en la sociedad y, en definitiva, su calidad de vida.

Consciente de esta realidad, la Asociación a favor de las Personas con Discapacidad Intelectual de Álava, Apdema, comenzó a implantar en junio de 2013 entre sus asociados un programa estable de lectura fácil, ésa que ofrece materiales elaborados con un cuidado especial para que sean accesibles a las personas con dificultades lectoras o de compresión. Un colectivo que, sin dejar al margen a quienes están bajo el paraguas de asociaciones como Apdema, puede alcanzar hasta el 30% de la población.

Un dato contundente que aporta el colectivo Lectura Fácil Euskadi, nacido en el año 2012 como centro de información y referencia en torno a esta materia, y que fue precisamente el que inició a Apdema en la aplicación práctica de esta filosofía. Ambas asociaciones firmaron un convenio de colaboración el día 30 de aquel mes de junio y, a partir de ahí, varios profesionales de Apdema se formaron en lectura fácil y la asociación llevó a cabo varios cursos sobre esta materia dirigidos también a familiares y voluntarios, en los que tomaron parte 20 personas.

El 6 de febrero de 2014 supuso el siguiente hito importante para Apdema en este campo, el día en que puso en marcha su primer club de lectura fácil para sus asociados. A éste le han seguido tres más, lo que ha convertido a Apdema en la primera entidad alavesa en crear un grupo activo y estable de estas características y trasladarlo además a espacios públicos como el centro cultural Montehermoso.

“La experiencia ha sido satisfactoria, aunque vamos poquito a poquito. Los grupos son reducidos, de entre 10 y 12 personas, para que su atención sea más directa. Además, son asociados que lo demandan y que tienen la capacidad de participar en la lectura”, especifica el director del servicio de Ocio de Apdema, Ricardo Gaisán. La implantación de esta filosofía como vía de integración y accesibilidad informativa ha calado en todos los ámbitos de la asociación, ya que son cerca de 50 las personas con discapacidad intelectual que han tomado parte hasta la fecha en estos clubs de lectura, que tienen vocación de continuidad.

El otro gran éxito logrado por Apdema a lo largo de estos 18 meses ha sido la edición del primer convenio laboral en lectura fácil, una iniciativa pionera a nivel estatal mediante la que ha logrado adaptar a un lenguaje mucho más comprensible el acuerdo de condiciones de trabajo del centro especial Indesa, dependiente de la Diputación, en el que trabajan numerosos usuarios de Apdema.

La labor de promoción de la lectura fácil desarrollada por Apdema ha sido ya aplaudido en numerosas ocasiones por el colectivo Lectura Fácil Euskadi. Según asegura su responsable, Blanca Mata, la asociación gasteiztarra “es un referente en su apuesta por la integración y empoderamiento de las personas con discapacidad intelectual”, mediante la creación de una comunidad de lectores “en tiempo récord” -en alusión a los clubs de lectura- y con la adaptación del convenio de Indesa a las necesidades de sus trabajadores. “La experiencia está cumpliendo los objetivos de que los usuarios se creen esa necesidad y adquieran una mayor normalización de sus vidas”, zanja por su parte Gaisán.