una nevada fuerte en una ciudad supone una crisis en toda regla cuya gestión puede elevar a los altares a un Ayuntamiento o hundirlo en el descrédito. Lo cierto es que en estos casos los gobernantes casi siempre tienen las de perder, puesto que por mucho esfuerzo que se dedique a limpiar las calles y garantizar el buen funcionamiento de escuelas, carreteras y centros sanitarios, el ser humano sólo puede combatir la fuerza de la Naturaleza con medidas paliativas, que pueden tener mayor o menor éxito en función de la furia con que se comporten los elementos. Las nevadas son, además, caldo de cultivo para la propaganda y la demagogia, en un sentido y en otro, y más a escasos meses de las elecciones.

No hay que olvidar que una buena nevada tocó de muerte al alcalde Patxi Lazcoz, y que otra dejó malherida a la concejala popular Marian Castellanos. Si a esto sumamos que hoy día las redes sociales permiten informar -y promocionarse- al minuto, tenemos que el de ayer fue un día de mucho trabajo en las calles y también frente al teclado por parte de un Gobierno municipal escarmentado en anteriores ocasiones tanto en carnes ajenas como propias. El Ayuntamiento informó puntualmente a través de Twitter y de su página web de todas las incidencias que se producían, del estado del transporte público, del parte meteorológico, de las calles que tenían prioridad a la hora de limpiar, de los trayectos recomendados para moverse en coche... E informó también de todos los medios desplegados, y de cómo se doblaron algunos turnos para limpiar la nieve que volvía a cubrir las vías recién repasadas por los operarios de limpieza. Publicó fotos y más fotos de las quitanieves, felicitó a los equipos de limpieza por su trabajo y dio la sensación de pasarse las 24 horas de la jornada de ayer pendiente de cada centímetro cuadrado de la capital alavesa, y ciertamente lo estuvo. Ayer era un día, y así lo entendió el PP, en el que había que darlo todo y hacer que así lo percibiera la ciudadanía. Sin embargo, no llegó a todo, entre otras cosas porque no paró de nevar en todo el día. No precipitó tanto como para que fuera la mayor nevada de la última década, como aseguraba el Ayuntamiento en las redes sociales, pero no estuvo mal.

Varios ejemplos ilustran la batalla por la conquista de la opinión pública librada en las redes sociales entre el equipo de gobierno, que desde Internet daba la sensación de estar dirigiendo una operación militar, con el concejal Alfredo Iturricha al frente del Estado Mayor, y algunos ciudadanos, que pese al deslumbrante color de la nieve veían las cosas un poco más negras que los regidores.

“Encomiable el esfuerzo de los operarios que doblarán turno para cubrir las salidas de los centros escolares. Mucho ánimo”, rezaba uno de los mensajes lanzados desde la cuenta @VG_elurranieve, que daba cuenta además de su despliegue. “Un equipo de 27 personas y 3 máquinas retiran la nieve desde las 6.30 y 7.00 de la mañana en Zabalgana”, “Ikastetxeen sarrerak garbitu ondoren autobuseko geltokiak garbitzen. (Argazkia: Juan Carlos I) #SalburuaElurrean”; “Máquinas trabajan en cuestas y pendientes. Limpiando rampa de Virgen Blanca”; “Los túneles de El Boulevard, abiertos”, y otros muchos mensajes de similar cariz. También por Twitter se agradecía “el apoyo de todos los grupos políticos y su colaboración en el Plan de Nevadas”, y se daba cuenta del esfuerzo ciudadano para limpiar la entrada a los comercios, o se reseñaba cómo muchos niños de la ciudad habían optado por el trineo como medio de transporte para ir al cole.

Al otro lado de la balanza estaban las quejas y opiniones del buzón ciudadano, donde algunos gasteiztarras descargaban su ira. “En Zabalgana, ni señal de barredoras u operarios. Nieve por todas las aceras”, decía un vecino. “Entiendo que las calles principales sean las primeras en limpiar, pero tenemos calles en Arkayate en las que ningún día se ha echado sal y el quitanieves ni asomar. Esta mañana los vecinos hemos tenido que sacar a dos personas atrapadas por la nieve”, se quejaba otro.

“Es vergonzoso que el segundo barrio en población de Vitoria (Zabalgana) sea tratado como un barrio de segunda. En situaciones extraordinarias como es esta nevada, el barrio parece que pertenece a otra ciudad o que sus vecinos no tienen los mismos derechos que el resto de los vitorianos”, se quejaban desde el poniente gasteiztarra.

“Maroto se vuelve a lucir”, decía un ciudadano, quien se preguntaba si “realmente es necesario poder ir con taconcitos por las calles del centro. ¿No sería mejor -apuntaba- repartir los recursos entre todos los barrios? Vas por el centro y parece que no ha nevado más que un poquito, pero te vas a los barrios y eso es otra cosa. La nieve se amontona por las aceras, nadie pasa a limpiar... Supongo que llegar a un punto intermedio no será muy difícil”. “Adjunto foto de cómo se encuentra la zona de Borinbizkarra. Desde el sábado pasado no hemos visto ni un quitanieves ni personal de limpieza”, protestaba otro.

incidencias En general, la nieve provocó los lógicos problemas que se producen en días como el de ayer. Operarios de Euskotran tuvieron que limpiar de nieve las agujas del tranvía, que sufrió retrasos de en torno a cinco minutos de media y sufrió una avería en Portal de Foronda a primera hora de la tarde, que obligó a suspender el servicio durante alrededor de una hora. En cuanto a los autobuses urbanos, la línea que presentó problemas más significativos fue la de Sansomendi, aunque también hubo retrasos importantes en la línea Borinbizkarra-Salburua.

Hubo además varios accidentes de chapa, y en momentos puntuales del día se cerraron calles como Oñati, en el polígono de Betoño; o el túnel de Tanis Agirrebengoa. Además, datáfonos y cajeros automáticos dejaron de funcionar, se suspendieron los exámenes prácticos de conducir, y los Bomberos se afanaron en eliminar carámbanos y acumulaciones de nieve de aleros y tejados.

Se registraron además los primeros desprendimientos, en algunos casos con muchos kilos de nieve de por medio, como los que cayeron del edificio de la Escuela de Artes y Oficios de la plaza del Conde de Peñaflorida. A los polígonos industriales de la ciudad se llegó con dificultades, pero se llegó.

Medios. En la capital alavesa trabajaron para despejar calzadas, aceras y accesos a colegios y centros de salud un total de 61 máquinas y 343 operarios. Las prioridades en cuanto a circulación fueron las cuestas y los túneles. Por los barrios se distribuyeron 33 sacas de sal, a lo que hay que añadir los dos puntos de acopio ubicados en los polígonos de Mendigorritxu y Zuazobidea. Los centros de acogida de la ciudad habilitaron además 37 plazas para personas sin hogar, y se suspendió la OTA.