la llegada a la estación de la calle Los Herrán dictaba razones que hacían presagiar una jornada difícil. De hecho, a las 10.30 horas, el apeadero presentaba una actividad extraordinaria. El trajín de usuarios en el recinto en busca de información y un número inusualmente alto de autobuses estacionados en su sitio y fuera de él avisaban de circunstancias especiales. El chófer de la unidad de La Burundesa que llegaba puntual desde Agurain aprovechó un resquicio, sin llegar a la terminal, para parar y abrir las puertas para que bajase el pasaje. Apenas un instante después, el barullo en el interior de la estación era evidente. Los trabajadores del recinto no paraban de dar razones a los usuarios que se habían quedado en tierra. La nieve y el hielo desde Altube habían logrado que las líneas entre Vitoria y Bilbao y entre la capital vizcaína y la alavesa dejasen de funcionar. Así fue durante unas horas, tiempo en el que tampoco hubo comunicaciones por carretera entre Ayala y Gasteiz ni entre Pamplona y Bilbao. Todo un ceremonial de confusión entre varios centímetros de nieve. El temporal mandaba.

La situación padecida ayer afectó a la práctica totalidad del territorio histórico. Cada comarca sufrió de una manera los embates de un frente que tardará en olvidarse por estos lares. Al contrario de lo que suele ser habitual, a primera hora de la mañana la Llanada aguantó sin precipitaciones, aunque con unas heladas de impresión, circunstancia que se repitió en Rioja Alavesa. Vitoria, Añana y Ayala vieron nevar con profusión, como Zuia, donde el punto neurálgico de Altube constituyó el principal escollo de la jornada. Atravesar el puerto se convirtió en una cuestión imposible. Tal llegó a ser la situación que muchos trabajadores se quedaron en casa sin poder llegar a sus centros laborales en Vitoria o en Bilbao. Por ejemplo, profesores de Mendizabala no pudieron acceder al centro de enseñanza, para regocijo de buena parte de los estudiantes. También disfrutaron de un día de asueto la chavalería de la ikastola Etxaurren, en Ayala. En Laudio, los rectores de la ikastola también decidieron suspender las clases por la tarde. En el Parlamento Vasco la nieve dejó su impronta, ya que se tuvieron que ausentar un buen número de parlamentarios que no pudieron llegar a Gasteiz. De hecho, hubo que suspender una comisión de Medio Ambiente y Políticas Territoriales, y dos ruedas de prensa, una de la socialista Isabel Celaá y otra de la popular Arantza Quiroga, que se trasladó a San Sebastián. También se decidió postergar una junta de la Cuadrilla de Ayala. Aparte, las líneas de datos de muchas entidades dejaron de funcionar por problemas de las operadoras de telecomunicaciones. Las taquillas de La Unión o La Burundesa se quedaron sin servidor, imposibilitando la venta de billetes en ventanilla. Algunas sucursales de Caja Laboral padecieron problemas similares. Y en locales comerciales, muchos datáfonos no podían funcionar. Incluso el Valle Salado decidió cerrar al público sus visitas. Al menos, hasta el día 10. Y todo por el temporal.

En las carreteras hubo tiempo para mil y una incidencias y mil y una retenciones, sobre todo, a la salida de los polígonos industriales. El susto también se dio en la comarca de Ayala, en la que un autobús se quedó cruzado entre Amurrio y Orduña. No muy lejos de allí, los accesos a Llodio vivieron momentos de colapso que requirieron muchas dosis de paciencia. En Vitoria los autobuses urbanos tuvieron algunos retrasos a primera hora y la Policía intervino por algunas colisiones por alcance sin que se registraran heridos.

Ya por la tarde, las nevadas se generalizaron en el conjunto de la provincia dejando una situación complicada. Por momentos, en la capital, donde los servicios municipales habían logrado mantener la ciudad en un estado óptimo, las precipitaciones lograron cuajar a partir de las 17.00 horas con escenas en las que era muy difícil determinar por dónde pasaba la carretera y por dónde las aceras. Los árboles, los tejados y los coches empezaron a desdibujarse al mismo tiempo que se hacía complicado ver con nitidez más allá de varios metros. Por momentos, las precipitaciones arreciaron. Hubo problemas hasta para identificar los vehículos, sepultados todos ellos bajo una capa de varios centímetros de nieve.

Fue la prueba de fuego para el operativo del Plan de Nevadas del Ayuntamiento de Vitoria, en el que alrededor de 350 operarios lucharon a brazo partido contra la incidencia de las nevadas echando sal, sobre todo, en los accesos a los centros educativos y de salud para tratar de derretir el manto blanco que se adueñó de Vitoria. En determinadas calles, sobre todo, en el centro, lo lograron. Sin embargo, allá donde la ciudad se desparrama en distintos barrios, la situación se antojaba un poco más complicada. Cuestión de prioridades.

En el territorio, el operativo diseñado para tratar de paliar los efectos de los copos se tuvo que emplear a fondo con 22 quitanieves trabajando a destajo por la red de carreteras. Pese a ello, los 60 operarios que conforman el equipo dispuesto para el Programa Operativo de Vialidad Invernal llegaron a dictaminar el cierre de los puertos de Aiurdin, Altube, Azazeta, Vitoria, Herrera, Opakua y Orduña. También huvo problemas en las carreteras A-2128 entre Kontrasta y Santa Cruz de Campezo y la A-2522 entre Urquillo y Areta. Por allí sólo se podía pasar con cadenas, al igual que en los puertos de Barrerilla, Bernedo, Salinas y Zaldiaran.

Esta situación afectó, incluso, a la cultura. En su viaje hasta la capital alavesa, el grupo riojano La loka es tuya se desplazaba por la autopista entre Logroño y Gasteiz, donde tenían que dar una rueda de prensa con motivo de un próximo concierto. En plena conversación telefónica con el redactor de DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA responsable de cubrir la información, el vehículo en el que se desplazaban encontró una placa de hielo y se salió de la calzada. Gracias a Dios, no hubo que lamentar daños personales.

El parte de guerra se trasladó también a la capital alavesa, donde los servicios públicos de transportes se las vieron y desearon para cumplir con puntualidad su cometido. De hecho, un autobús de Tuvisa, el que cumple con la Línea 7 entre Borinbizkarra y Salburua, colapsó en la subida de la plaza de la Virgen Blanca. Quedó varado en medio de la plaza por el hielo y la acumulación de nieve. Requirió el esfuerzo de propios y extraños para tratar de reubicarlo en la calzada para sacarlo del embrollo. Acto seguido, las autoridades municipales decidieron cerrar al tráfico la plaza para evitar males mayores. Respecto al tranvía, las unidades del metro ligero acumularon retrasos, considerables puntualmente.