Vitoria. La popularidad de plataformas de participación ciudadana como change.org o Avaaz ha crecido como la espuma a lo largo de los últimos tiempos gracias a la progresiva democratización del uso de Internet y en gran parte como consecuencia de un contexto social en el que las desigualdades se acrecientan. El ciudadano de a pie ha explotado contra la corrupción, la pobreza y otras injusticias, ya no se resigna a que su capacidad de decisión se limite a pasar por las urnas cada cierto tiempo, y eso ha concedido a estas comunidades un poder transformador hace poco inimaginable en clave de empoderamiento ciudadano. Es lo que se conoce como ciberactivismo. Causas globales, pero también circunscritas al ámbito más local, que han empujado a los poderes políticos a rectificar en más de una ocasión a golpe de firma digital.

Consciente de esta realidad, el gasteiztarra Raúl Mendiguren comenzó a madurar hace algo más de dos años una idea que hoy mismo saltará al papel, o mejor dicho a la pantalla. Se trata de Kolokvo, una nueva web de creación alavesa que, además de dar difusión a ruegos, problemáticas y denuncias de toda índole, tal y como hacen plataformas como las ya citadas, pretende consensuar esas reclamaciones mediante una fase previa de debate. Kolokvo, precisamente, significa coloquio en esperanto. “En un principio creé un equipo con otra persona porque ves que hay un vacío, porque en web como change.org sólo puedes crear iniciativas y apoyarlas en su totalidad. Las utilizan muchos usuarios, gustan, pero no te dan la posibilidad de interactuar. La idea era crear una plataforma más completa”, sintetiza Mendiguren.

No ha sido un camino sencillo, porque el promotor de Kolokvo encomendó en un principio el trabajo de desarrollar la web a una empresa externa de programación y la labor se demoró en el tiempo mucho más de lo deseable. Hasta que fichó a Iñigo Delgado, que ha sido el encargado de darle forma definitivamente. El equipo está formado ahora por cuatro personas más: la gestora de proyectos, Noelia Montes; el responsable de comunicación, David Monreal; la diseñadora web, María Romero; y otro desarrollador informático en prácticas, Mohamed Messoussi. Echar a andar ha sido más sencillo gracias a distintas líneas de ayudas institucionales al emprendizaje. “El proyecto ha dado muchas vueltas, pero ahora formamos un equipo muy redondo. Le hemos dado un impulso muy importante”, asegura Montes.

Estos últimos días han sido frenéticos en la base de operaciones de Kolokvo, ubicada en pleno barrio de Lakua, para que todo esté a punto de cara a la presentación pública de la plataforma, que tendrá lugar esta misma mañana (11.00 horas) en la sala polivalente del centro cívico Aldabe. Aunque nacida en Gasteiz, Kolokvo tiene una clara vocación de salir al mundo, algo que será posible gracias a la traducción de todos sus contenidos a las lenguas cooficiales del Estado y, más adelante, al inglés, el alemán, el francés, el portugués, el chino, el árabe e incluso el hindi. La geolocalización de las peticiones ayudará también en ese viaje de lo local a lo global.

Cuando salte a la Red de redes, y previo registro, cualquier internauta que lo desee podrá proponer una iniciativa, lo cual generará un debate posterior, una marea de ideas a las que los usuarios de Kolokvo podrán dar su voto positivo o negativo y en la que también podrán participar la persona o personas a las que vaya dirigida esa iniciativa, previo aviso por e-mail. Posteriormente, se creará una petición enriquecida tras esa discusión y, por último, se llegará a una conclusión, que requerirá de un número concreto de apoyos para que quien haya iniciado el manifiesto inicial lo lleve a la acción. Quien apoye con su firma una iniciativa deberá aportar su número de DNI, lo que minimizará las trampas y hará que los resultados sean muy escrupulosos, ajustados lo máximo posible a la realidad. “Es una red social que funciona parecido a Facebook. El proceso es muy sencillo”, avanza, por ejemplo, Monreal. Cada usuario podrá crear cuantos manifiestos desee, y de su valoración por parte del resto de usuarios dependerá la visibilidad que éstos tengan dentro de la plataforma. El equipo de Kolokvo tendrá como primer gran objetivo fidelizar al mayor número posible de usuarios para empezar a crecer.

Aunque esta versión abierta, orientada a la participación global y sin restricciones, será la primera en estar activa, la plataforma contará en un plazo todavía sin determinar, ya que falta por desarrollar el software, con una segunda herramienta llamada a ser la principal vía de financiación del proyecto, Mundos-Kolokvo. Una versión privada, dirigida a colectivos como instituciones, cooperativas, ONG, partidos políticos o sindicatos, que se sustenta en la doctrina de gobierno abierto y bebe también de la Ley de Transparencia y Buen Gobierno aprobada el pasado 10 diciembre por el Ejecutivo central, que acoge una moratoria de un año para comunidades autónomas y Ayuntamientos. “Pensábamos en los patrocinios y la publicidad, pero de momento es difícil. Por eso se crearon los Mundos-Kolokvo”, enfatiza el responsable de comunicación. En este caso, los ciberactivistas tendrán también la categoría de clientes para la plataforma.

Esta segunda herramienta tendrá también dos versiones, una privada en la que las asociaciones, colectivos o empresas que se sumen a ella podrán crear sus propuestas y debatirlas en red, algo así como un grupo de WhattsApp pero con muchas más posibilidades, y otra premium, donde ese cliente, ya sean las propias instituciones públicas, ONG o cooperativas podrán proponer Mundos-Kolokvo ajustados a sus necesidades, con servicio de mantenimiento, actualizaciones y con un diseño propio e integrado. Una herramienta de open action, que consiste en extender la participación ciudadana sobre la toma de decisiones estableciendo una comunicación horizontal entre todos los agentes implicados.

Si Kolokvo nace con una vocación global, Mundos lo hace desde la más absoluta concepción local. Una forma, por ejemplo, de evitar en lo posible la promulgación de leyes en disonancia con la ciudadanía, la toma de medidas de empresa que no satisfagan a sus trabajadores, la actuación unilateral de aparatos de partido o sindicatos a espaldas de sus militantes... O hacer posibles esas reuniones de una comunidad de vecinos a las que es imposible acudir por incompatibilidades horarias.

El equipo de Kolokvo ha mantenido ya varias reuniones de prospección para captar a futuros clientes, algunos de ellos ayuntamientos, y según reconoce Montes “los hay muy abiertos y otros que tienen mucho miedo”, pero queda claro que el camino abierto hacia su progresiva transparencia ya no tiene marcha atrás. Una vez finalizado el ejercicio anual, Kolokvo publicará su balance económico junto con los proyectos más seguidos y, en caso de existir beneficios, su 70% irá a los proyectos que los usuarios voten y de la forma que ellos decidan, lo que refuerza su carácter social.

años. ‘Kolokvo’ ha tardado bastante tiempo en gestarse, pero hoy será el día en que salte a la Red.

reversión. Si hay beneficios, esta cantidad irá destinada a proyectos votados por los usuarios.