Restan menos de dos meses para que la nueva estación de autobuses de la plaza Euskaltzaindia abra sus puertas y la gerencia va atando los últimos cabos para que los autobuses puedan acceder al recinto a partir del 16 de marzo. El edificio está terminado y listo para acoger a vehículos y pasajeros, pero hay que organizarse, y en ese sentido el gerente de la estación, Javier Latorre, ha mantenido una reunión con las principales compañías para perfilar los detalles de su instalación en el recinto.

En el citado encuentro se debatió en torno a la ubicación de las compañías en las 25 dársenas de que dispone la estación, una discusión sobre cuyos contenidos hay dos versiones dispares. Según ha podido saber este diario, algunas compañías se quejaron ante Latorre de que en las dos últimas dársenas del recinto, las más cercanas a la calle Donostia, no caben dos autobuses de los modelos más alargados, pues al estar los andenes dispuestos en forma de V, los últimos pueden quedar atrapados.

Desde el equipo de gobierno gasteiztarra se afirma, por contra, que las compañías están en plena puja por los mejores sitios y que, efectivamente, nadie quiere ubicarse en las dos últimas dársenas, aunque por otra razón; son las más lejanas del edificio de la estación. Aunque todos los andenes de la nueva infraestructura están cubiertos y a no más de cien metros del edificio donde están el hall, la cafetería o el puesto de prensa, cada andén tiene sus propias características; más lejanos o cercanos, más centrados o arrinconados con respecto a la recepción. Por ello, afirman desde el Ayuntamiento, las empresas han entrado en la puja y cada una quiere el mejor sitio.

Según el PP, todas las dársenas tienen la misma medida y los mismos radios de giro para los autobuses, y en todas pueden entrar perfectamente vehículos de 15 metros de longitud, los más largos para el transporte interurbano. DIARIO NOTICIAS DE ÁLAVA ha contactado con las empresas más importantes del sector, que o bien aseguran no haber tomado parte en la reunión o se niegan, como es el caso de Alsa, a facilitar un contacto con alguien que pueda confirmar la existencia de una queja de la que este diario ha tenido constancia por otros cauces.

Por otro lado, en los últimos días el Ayuntamiento ha realizado pruebas en la estación con autobuses de Tuvisa para comprobar el nivel de ruido que sale fuera de la infraestructura, con resultados satisfactorios, según el gobierno municipal.

Quedan otras cosas por hacer antes de poner en marcha la estación y dejar atrás dos décadas de provisionalidad en la calle Los Herrán. Por ejemplo, adjudicar los servicios que habrá en su interior. A la primera salida a concurso del bar, del restaurante y del kiosco de prensa no se presentó ninguna empresa, debido al elevado canon que pedía el Ayuntamiento para explotar estos servicios, de 46.200 euros al año por el bar y restaurante, y de 6.120 por la tienda, y al que había que sumar las obras de acondicionamiento de las correspondientes lonjas.

Así pues, el Consistorio tuvo que sacar un nuevo pliego de condiciones con una renta más reducida, de 33.800 euros por todo el paquete. En el caso de las máquinas de vending ha ocurrido lo mismo. Inicialmente el Ayuntamiento pedía 180 euros por cada máquina y en el nuevo pliego la cantidad se ha reducido a a 116. Además, se permite retrasar la apertura del restaurante hasta siete años. En la fallida licitación del pasado otoño el municipio forzaba al adjudicatario a abrir en tan sólo unos meses. Todas estas adjudicaciones están aún pendientes de ser materializadas.

Si se sabe ya quién se encargará de la seguridad en el recinto por la noche, puesto que en horario diurno será la propia Policía Local vitoriana la que haga la ronda. La firma Ombuds se encargará de estas tareas por 60.812 euros al año durante al menos un año.

Por otro lado, la estación de autobuses de Vitoria contará con una particularidad con respecto a otras del entorno. En lugar de sacar a concurso también la gestión del recinto, el PP decidió, con el apoyo de EH Bildu, optar por la gestión directa, con el argumento de poder ahorrar tres millones en concepto de IVA, y que contó con el rechazo frontal de PNV y PSE. Ambas formaciones alegan que el impuesto no se podrá desgravar si no se actualizan las tarifas, y aseguran además que el informe encargado por los populares para justificar su decisión manipula las estimaciones de ingresos y gastos para decantar la decisión final en favor de la gestión directa.

La gestión directa de la nueva estación supondrá la creación de más de una decena de puestos de trabajo, pero por otro lado los cinco empleados de la empresa que hasta ahora se encarga de que la estación de Los Herrán funcione como un reloj temen quedarse en la calle. El grupo municipal de EH Bildu aseguró en su día que plantearía una propuesta para evitar que estas personas vayan al paro, pero aún no hay novedad al respecto.

La nueva estación, por otro lado, permitirá trabajar holgadamente a la compañías. Se prevé que por las dársenas de Euskaltzaindia pasen 448 autobuses diarios de once compañías diferentes, empresas que prestarán servicio a 8.000 personas en cada jornada. Bajo el edificio, cuyo coste ha sido asumido en su mayor parte por el Gobierno Vasco y la Diputación, podrán aparcar más de 300 vehículos.