hace seis años, antes de que la crisis derramara napalm sobre la economía estatal, las carreteras alavesas recibían el paso de más de 30.000 toneladas de mercancías al año. Sólo en 2008 fueron 33.144 toneladas, según datos del Gobierno Vasco, pero desde entonces la gráfica no ha parado de descender. Cuatro años después, en 2012, la cifra se reducía a 18.685 toneladas. En 2013 fueron 18.239, más o menos los mismos números que se estiman -puede que un leve repunte- cuando se cierren los datos del año pasado, que en su primer trimestre culminó con 6.130 toneladas transportadas por las arterias de Álava. El volumen de carga que se mueve por las carreteras acostumbra a ejercer de fiable indicador económico, y ahora que el Gobierno del Partido Popular asegura que la crisis es cosa del pasado cabe preguntarse si pasan más camiones que antes por las carreteras de Álava, o si las firmas de transporte del territorio mueven por fin más productos. ¿Está recuperándose el sector en beneficio de la economía de la provincia? Según las asociaciones alavesas del transporte, la respuesta es clara: no.

“Que por Álava circulan ahora más camiones que antes es una sensación real, pero eso no está repercutiendo en la economía alavesa porque todos los camiones que se ven son de fuera. Transportan mercancía nacional pero lo hacen mediante lo que se llama cabotaje. Es decir, yo soy de un país pero cojo mi camión y me marcho a trabajar a otro”, argumenta Ernesto Salazar, gerente de la Asociación de Transportes de Álava. “Eso están haciéndolo mucho los transportistas de Portugal, que allí también sufren por la crisis y están cogiendo sus camiones y trabajando en España. Tienen otros costes salariales, cobran por kilómetro recorrido y pueden bajar más sus precios”, subraya Salazar. Plantados en medio de uno de los principales puntos de paso para el transporte de la Península, los profesionales alaveses del sector ven muchos camiones transportando mercancía por la provincia. La cuestión es que no son los suyos.

“Los profesionales de Álava vemos mucho tráfico en la carretera, pero para lo único que nos sirve es para ponernos los dientes largos. Es carga que va de Portugal a Francia, de España a Francia o de Francia a Portugal, pero nosotros ni la tocamos”, lamentan desde esta asociación. ¿Y qué tipo de mercancía circula por el territorio histórico? A tenor del último informe estadístico del Departamento vasco de Política Territorial, de las 18.239 toneladas anuales, casi una tercera parte son productos de automoción y maquinaria (5.266 toneladas), seguidos de los “minerales brutos y material de construcción” (4.209 toneladas). Productos agrícolas y animales vivos (1.957), alimentos (1.872) y productos petrolíferos (1.001) cierran la lista, dejando a un lado las casi 4.000 toneladas que no están englobadas en ningún apartado concreto. Con todo, el problema para los transportistas alaveses es que ahora mismo no hay carga que transportar sin que una gran empresa apueste por ti para ejercer de falso autónomo. “Hay menos trabajo, pero eso también tiene mucho que ver con la estructura de nuestro sector. En Álava el 90% de los trabajadores son autónomos. El 10% restante son grandes empresas que, además de controlar las plataformas logísticas, no quieren crecer en camiones propios, sino que lo hacen enganchando autónomos”, expone Ernesto Salazar.

“Aquí hay grandes empresas de transporte que tienen cincuenta camiones propios y 200 enganchados, autónomos fidelizados que al final pueden estar contentos porque tienen trabajo todos los días del año. No tienen problemas de cobro, ni de a ver a quién me da trabajo hoy, ni tienen que andar llamando todos los días a empresas a ver si les dan algo... A cambio, en lugar de cobrar un euro por kilómetro cobran 0,70 euros, y en vez de llevar a casa 1.900 euros como antes llevan 700”, inciden desde la Asociación de Transporte de la provincia. “Desde 2009 hemos perdido un 30% de asociados entre abandonos, jubilaciones y los que no han podido seguir adelante al cerrar las empresas para las que trabajaban. Los que continúan intentan adaptarse a lo que hay, pero lo que antes se podía considerar un negocio ahora es un sistema de subsistencia”, lamenta por su parte Iñaki López de Foronda, secretario general de la Agrupación Alavesa del Transporte.

número de camiones Los últimos datos de la Diputación Foral de Álava reflejan también un apreciable descenso del volumen de trailers y camiones que transitan por las arterias alavesas desde el inicio de la crisis. Actualmente, las zonas de la provincia por las que mayor número de vehículos pesados circulan son Crispijana, con 8.417 camiones, Jundiz, con un total de 8.175, Abetxuko (7.498) y Armiñón (7.295). Hace seis años, Crispijana sumaba al año 10.540, Jundiz, 9.214, Abetxuko 11.216 y el primer puesto lo ocupaba Yurre, por donde circulaban 11.803 vehículos pesados al año -ahora son 7.956-. La caída cuesta abajo y sin frenos del sector de la construcción ha motivado por encima de todo la reducción del volumen de mercancías que pasan por las carreteras alavesas. Si entre 2008 y 2009 este tipo de carga sumaba 22.338 toneladas, los dos últimos años la cifra se ha reducido a un total de 8.587 toneladas entre ambos. “Si sales ahora a la carretera verás más camiones, pero la gran mayoría extranjeros. Antes pasaba un camión de fuera por catorce de aquí, ahora es al revés. Este sector es un termómetro de la economía general. Si no se produce, no hay carga que transportar. Yo no veo que en Álava las cosas estén yendo a mejor, y tenemos ejemplos claros de empresas importantes que están en la cuerda floja”, recuerda López de Foronda.

Con un volumen de trabajo reducido a su máxima expresión y un sector gobernado por las grandes empresas, el futuro de los profesionales alaveses del transporte debería pasar, según augura Ernesto Salazar, por agruparse en sociedad o cooperativas para competir con los totems de la profesión. “La solución pasa por juntarse catorce trailers, cuatro camiones y tres vehículos de reparto, por ejemplo, y adaptarse en costes y organización. Hay que superar eso de ir uno solo por la carretera con su propio camión. Por ahora muchos autónomos alaveses se salvan porque en el País Vasco, a diferencia del resto del Estado, hay más empresas pequeñas que todavía recurren a ellos”, incide al respecto el gerente de la Asociación de Transportes de Álava.

Por si no tuvieran suficientes problemas con la falta de trabajo, y aunque ahora mismo puede que no sea la mayor de sus preocupaciones, muchos de los profesionales alaveses -también los del resto del Estado- van a tener que enfrentarse más pronto que tarde a otro problema que apunta Ernesto Salazar: un parque de vehículos demasiado envejecido. “En 2008 la media de edad de los trailers en España era de unos seis años. Ahora es de once. A muchos les toca renovar la máquina pero se encuentran con que no ganan lo suficiente y el banco no les va a financiar, porque los tienen perfectamente controlados. ¿Qué quieres, 120.000 euros para una cabeza tractora? Pero si tu cuenta baja 300 o 400 euros al mes”, ejemplifica Salazar. En lo que las asociaciones alaveses coinciden es que ahora mismo el único brote verde del que los transportistas pueden beneficiarse es el bajo precio del gasoil, que “ha pasado de estar rondando el 1,350 euros por litro a estar a un euro el litro”.

Y así, viendo las mercancías pasar por sus carreteras sin poder llevarse algo a la boca, los transportistas de Álava confían en que lleguen tiempos mejores, aunque volver a los índices previos a la crisis, con casi el doble de toneladas de carga transportadas por la provincia, es poco menso que imposible. “Lo que antes era un territorio controlado por los profesionales alaveses ahora ya no es así. Todo lo manejan las grandes empresas”, concluye Iñaki López de Foronda. A tenor de las duras circunstancias que atraviesan, lo más probable es que el camionero protagonista de la mítica canción de Loquillo, aquél que para ser feliz sólo quería un camión, esté ahora comiéndose la cabeza por no haber elegida otra profesión.

marca. Ese año por las carreteras alavesas circularon 33.144 toneladas.

toneladas. Apenas seis años después, en 2013, la cifra total se situó en 18.239 toneladas, según datos del Gobierno Vasco.