gasteiz - El próximo sábado por la tarde arrancará una nueva edición de la rifa de San Antón, tradición que se remonta en Vitoria al siglo XVIII y que consta de dos actos principales; la bendición de animales en el pórtico de la iglesia de San Pedro, y las rifas en sí, la tradicional en la Casa Consistorial y la rifa txiki de dos cerditos de chocolate en la plaza de España.
En el salón de Plenos del Ayuntamiento, dos representantes de la residencia San Prudencio, Blanca Espizua Amigo, de 94 años, y Pelayo Gómez de Segura Ruiz de Gordoa, de 76, serán las personas encargadas de extraer las bolas del sorteo, del que dará fe el notario Enrique Arana. Previamente, en el pórtico de la iglesia de San Pedro recibirá la bendición la cerda Esperanza, de más de 250 kilos, procedente de Arangiz.
Tras la tradicional rifa el Ayuntamiento ofrece a las personas invitadas el soconusco, otra de las señas de identidad de esta festividad. La palabra es de origen mexicano y consiste en chocolate, para el que se emplea cacao de calidad superior, acompañado de bizcochos de zapatilla, torta de manteca y bolados (merengue con limón al horno), que se disuelven en agua, y vino dulce.
Simultáneamente se celebrará en la plaza de España la rifa de San Antón txiki entre todos los centros escolares de la ciudad, una extensión infantil de la fiesta que cumple ya quince años. - DNA