Vitoria - No fue el estreno apoteósico de tiempos pasados, cuando hordas de clientes revolvían en el mismo cajón, pero las buenas sensaciones acompañaron a gran parte del sector comercial de Vitoria ayer en el estreno de las rebajas. La mayoría de quienes abrieron sus puertas a descuentos de hasta un 50% encaró la jornada con un halo de esperanza y la intuición de que de aquí al 28 de febrero la respuesta ciudadana será algo mejor que en la pasada temporada. Un optimismo contenido que es difícil saber si responde a la imperiosa necesidad de creer que ya ha llegado la hora de que las vacas engorden o a indicios reales que justifican esas primeras impresiones, ya que desde que arrancó el otoño, entre la tozuda crisis y las caprichosas condiciones climáticas que lo acompañaron, no se había notado especial mejoría en las ventas.
Entrando en harina, sí que quedó de manifiesto que las expectativas son mejores en las grandes superficies que en el pequeño comercio. Probablemente, gracias a su evidente capacidad para competir con los descuentos más agresivos de la mano de sus todopoderosas franquicias. El Corte Inglés levantó las persianas con rebajas del 50% en unos cuantos de sus artículos, mientras que los minoristas tradicionales no pasaron en su mayoría del 30%. De ahí que muchísimos ciudadanos encaminaran sus pasos hacia el edificio que esta representativa firma tiene en el centro de la ciudad. “Confiamos en que sea una gran campaña con un aumento de ventas”, aseguró Carmelo Lezana, jefe de relaciones externas. Apenas habían pasado cuatro horas desde el inicio de la jornada y ya existía la previsión de que a lo largo del día acabarían atravesando las puertas automáticas la friolera de 35.000 personas. Para entonces, el ajetreo era especialmente alegre en la secciones de moda, tanto de señora como de caballero, aunque las zonas dedicadas a complementos, deportes y zapatería también estaban registrando buen ambiente.
La mayoría de clientes llegó con una lista de necesidades en la cabeza, un tope de gasto y la ruta predibujada, pero también hubo quienes prefirieron husmear a la espera de los descuentos finales para regalarse caprichos y unos cuantos pícaros que acudieron con algún que otro regalo traído por los Reyes Magos antes de que empezaran los chollos para hacer un canje beneficioso. En cualquier caso, en lo que todos coincidieron fue en su deseo de aprovechar este periodo dulce para comprar bueno, bonito y barato, como si las rebajas pudieran ser el bálsamo perfecto con el que encarar la empinada cuesta de enero y lo que todavía queda de este invierno. Una cura especialmente necesaria para el sector comercial de Vitoria, sobre todo para el de proximidad, ése que trata de competir con cercanía y calidad.
La encuesta realizada por Gasteiz On, la principal asociación del gremio en la ciudad, concluye que el 48% de los pequeños establecimientos confía en que las ventas mejorarán respecto a la temporada anterior, mientras que un 42% estima que el nivel será similar y sólo un 10% sigue viendo el vaso medio vacío y considera que esta campaña de rebajas será todavía peor. Si no son más los optimistas, y son unos cuantos, se debe a que el otoño y el invierno han acabado tan parecidos a la edición de 2013 que no les resultaría prudente echar demasiadas campanas al vuelo. “Entre la crisis y el veroño, dicen que ha sido una temporada rara”, señalan desde este colectivo, tras haber agrupado los resultados de los cuarenta miembros que participaron en el cuestionario.
Obviamente, depende de a quién se pregunte, un estudio con el mismo objetivo puede dar resultados algo distintos. El trabajo de campo que llevó a cabo la Federación de Comercio de Álava resulta algo más entusiasta, dentro de las circunstancias. Según su sondeo, los meses de octubre y noviembre se comportaron mejor y si diciembre no lo hizo fue porque, a diferencia del año anterior, esta vez no fue tan generalizada la aplicación de descuentos previos a las fechas navideñas, “lo que pone de manifiesto la leve mejoría que se está produciendo en el sector”. Así que ahora que arrancan los chollos, la sensación es que “esa leve mejoría continuará”.
Los descuentos que acaban de aplicarse serán, además, sólo el principio. Conforme vayan pasando estas semanas de enero, empezará a ser habitual ver carteles en los escaparates con rebajas de hasta un 70%. El objetivo es agotar la mercancía dispuesta para la ocasión. Según explica la Federación Alavesa de Comercio, los establecimientos han dejado para la campaña entre el 30% y 50% de sus existencias y confían en recolectar en estos dos meses desde el 15% hasta el 50% de sus ingresos anuales. Para lograrlo, será fundamental que los ciudadanos realicen un gasto medio de entre 40 y 80 euros. Es una cifra similar a la del año pasado y el gremio no espera menos esta vez, aunque parece que tampoco resultaría tan terrible que se tambaleara un poco la previsión. Al parecer, “ya no existe la alarmante necesidad de liquidez de 2014, debido entre otras factores a la mejora en la gestión, ya que se ha realizado una planificación más cautelosa de los gastos y las compras”.