Amurrio - “¡Echadle caldo al porrón, no vaya a ser que nos emborrachemos, y de paso entonamos el cuerpo!”. Esta fue una de las frases más repetidas, sobre todo por las señoras, en la ya tradicional fiesta de San Silvestre que organiza el último día del año, desde hace quince años, la Asociación de vecinos Santa Marina de Olarri del barrio San Roke de Amurrio, en la ermita del patrón que da nombre al lugar. Se trata de un evento con el que los organizadores intentan dar vida al barrio con la recuperación de actos tradicionales que el pasado miércoles pocos se quisieron perder. De hecho, pese a que las campas de este entorno natural amanecieron cubiertas de un gélido manto blanco a consecuencia de la helada nocturna, que poco invitaba a salir de la cama para subir al monte, fueron más de un centenar las personas que se acercaron a cumplir con la tradición.

Su objetivo, rememorar un acto popular que se celebraba hace más de tres décadas y que consistía en que una familia del barrio repartía el día de San Silvestre -en un porrón de dos litros- un garrafón de 16 litros de vino blanco de Montilla entre los asistentes a la misa que se celebraba el 31 de diciembre en la ermita de San Roke, y de la que anterior a 1545 era titular San Silvestre. De esta forma, el programa comenzó el último día del año a las 12.00 horas con una misa, a cuyo término tuvo lugar la entrega del premio de folklore “Isidro Arteta” al cocinero local, Pedro Manuel Otegui Mendia “por su dedicación y aportación a la cultura de nuestro pueblo”, según rezaba la placa con la que fue homenajeado.

Veterano No en vano, hablar de Otegui -amurrioarra de la quinta del 55 y más conocido como Pedro el del Alto López- es hablar de celebraciones, comidas populares, txokos? actividades siempre relacionadas con el comer. Y es que, en Amurrio, quien no haya disfrutado de alguno de sus guisos “es que no es de la zona”, porque Pedro siempre está colaborando de forma altruista en todas las salsas, ya sea asando corderos y cochinillos por San Antón, o elaborando caldo por Olentzero, por citar alguna.

El propio acto recibe el nombre de Isidro Arteta en homenaje a un vecino de San Roke, fallecido en 1999, que fue un gran impulsor del barrio y mostró un enorme interés por el folklore euskaldun. De hecho, a sus 60 años de edad se matriculó en un curso para aprender a tocar la trikitixa. Además, el barrio le debe la construcción de la fuente del parque de San Roke, entre otras cosas.

Nuevo récord Al término de este evento se abrió al público una exposición de fotografías, con la que los vecinos del lugar recordaron tiempos pasados, antiguos viajes y celebraciones. Todo al tiempo que disfrutaban de un aperitivo gratuito que consistió en pinchos de txintxorta, caldo caliente y una degustación de vino en porrones como antaño. El tentempié sirvió de precalentamiento a los valientes niños, niñas, jóvenes, mujeres y hombres que se inscribieron al XV Concurso de resistencia bebiendo en porrón, cuyo récord era de 80 segundos. Y así era, pero el joven Álex lo elevó hasta los dos minutos y cuatro segundos, mientras que en mujeres Estíbaliz aguantó hasta los 44 segundos. En categoría infantil, la niña Iraia, superó el minuto.

Este concurso lo ganaba como cada año la persona que más tiempo resistía bebiendo de un porrón lleno de agua. Todos los participantes utilizaban el mismo recipiente y la única regla a cumplir era que el brazo esté completamente estirado para que el líquido baje con más fuerza o presión, y así dificultar el trago. Este simpático San Silvestre concluyó con la entrega de premios y la no menos tradicional rifa de un jamón.