vitoria - Hay vitorianadas y vitorianadas. Las que se merecen respeto, como Celedón, y las que dan vergüenza, como el intento frustrado de conseguir la tortilla más grande del mundo. ¿Por qué no encajarlas en una misma entrevista? El que encarnara al aldeano de Zalduondo desde 1998 hasta el año 2000 ha respondido a la llamada de DNA para charlar sobre el fiasco del récord guinness y otras polémicas que han colocado a Gasteiz en el punto de mira estatal e incluso europeo, acerca de las obras más relevantes puestas en marcha, las elecciones que están por venir y el nombramiento de Alfonso Alonso como ministro de Sanidad. Para hablar, en definitiva, de todo un poco. Es un hombre que pisa la calle y conoce bien la ciudad que disolvió su anonimato al colocarle un paraguas y hacerle cruzar la Virgen Blanca los 4 de agosto. No obstante, reconoce que todavía se siente extrañado cuando los medios contactan con él. “Hay gente con más preparación cuya palabra seguro que tendría más valor”, apostilla, como consejo, antes de empezar.

El tema de máxima actualidad en Vitoria es, ahora mismo, una tortilla de 45.000 euros que no logró el récord guinness. ¿Qué tal lleva la digestión?

- Pesada. Una vez más, parece que hacemos el ridículo públicamente, para los de casa y para los de fuera. Como vitoriano y alavés, da vergüenza que ocurran cosas así, con esa falta de previsión, dándole tanto bombo para que luego sea un fiasco. Algunos valoran más la foto y el chupar cámara un día, y después ya veremos, si no sale bien da igual, ya volverán a salir en los medios y tratarán de quedar bien, que llegan las elecciones y hay que cuidar el negocio. Es un país de...

¿De pandereta?

Esto está muy dicho ya... Pero de risa, desde luego. Si hemos hecho el ridículo hasta en Europa, con artículos en periódicos británicos de renombre hablando de una ciudad avergonzada por haber hecho así las cosas.

¿Con usted no va eso de ‘que hablen mal de mí, pero que hablen’?

No, desde luego, mejor que no hablen de mí que que lo hagan mal. Pero parece que a ciertas personas sí que les va eso. Y como tienen unos cuantos detrás que les van a apoyar, les van a calentar la cabeza y les van a aplaudir, volverán en un tiempo a hacer otra cosa estrambótica.

Lograr el récord de la tortilla de patatas más grande del mundo era una de las acciones de la capitalidad gastronómica. ¿Cómo valora el reinado ahora que llega a su fin?

Yo sólo soy un paseante que se toma un vino aquí y un pintxo allá, así que no tengo criterio como para decir si ha servido de algo. La hostelería debe ser la que haga la valoración. Pero, como paseante y consumidor, no veo que haya dejado un poso. Un poso en cosas incluso básicas. Todavía sigo viendo bares en Vitoria donde los baños huelen fatal, que son impresentables y deberían estar precintados. Otro ejemplo es el pintxopote. Hay algunos que están muy bien. Otros, que son indignos. Sería mejor que en vez de un choperón dieran un chiquito. Yo prefiero poco pero rico.

También se ha hablado mucho de Vitoria, dentro y fuera, por la campaña de las ayudas sociales del alcalde. ¿Qué cree que pretende el PP: atajar abusos, impedir el acceso a inmigrantes, ganar votos...?

Principalmente, lo que quiere es despistar. Con algunas de las cosas que dice Maroto estoy de acuerdo, pero en general creo que no dice la verdad. A mí me encantaría oír a Maroto, al PP y a otros decir que en su partido hay mucho ladrón, que no va a devolver la tela ni va a ir a la cárcel. Los políticos deberían ser la referencia del ciudadano, un ejemplo, pero miran para otro lado. Yo estoy cabreadísimo con ellos y cuando los veo por la calle echándose unas risas me entran ganas de silbarles.

¿La casta, que diría Podemos?

Casta o no casta no sé, pero creo que la sociedad debe ponerles en su sitio y los jueces deben ejercer como deben ejercer y deben existir leyes para todas estas personas. Muchos han gorroneado del dinero público y parece que estamos dormidos. Lo de las ayudas sociales debería arreglarse, por supuesto que sí, pero Maroto y su partido tienen la llave para poner inspectores y dotar de medios a los jueces, crear una ley y no hacen nada. ¿Será que les viene bien? Pues seguramente, porque al final los que más chupan son los ricos, no los pobres, mejor que no esté todo bien regulado del todo.

¿Siente usted crispación en esta ciudad tradicionalmente integradora desde la polémica de la RGI?

Está claro que no se está jugando limpio. Quien defiende como defiende la RGI debería no cerrar los ojos y debería aceptar que no todo está bien, pero quien defiende lo contrario y dice que todo es un cachondeo debería aceptar que el cachondeo está principalmente en las grandes fortunas. Los jueces tienen leyes para los que roban gallinas, pero no para quienes realmente están robando.

¿Pero a usted algún político actual le convence?

En política debería haber una limpia. Una limpia radical. Y que entraran nuevos, inexpertos, por qué no, que empezaran de cero. Prefiero inexpertos, digan lo que digan, que ladrones profesionales.

Un político que tiene ya largo recorrido pero sí que estrena cargo es Alfonso Alonso. ¿Qué pensó cuando se enteró de que iba a ser el nuevo ministro de Sanidad?

Pues me dio un poco la risa. Pero bueno... Lo primero hay que felicitarle, porque el tío se lo ha currado, se ha arrimado a quien debía y ha dado el salto, que para alguien como él tiene que ser la leche. Vamos a darle cien días antes de opinar, y a ver qué pasa. Vamos a ver si va a proteger la sanidad pública o va a dejar que se siga deteriorando, si la va a privatizar o no, si se incrementarán las listas de espera para los pobres y aumentarán las oportunidades de los ricos.

¿Qué recuerdo guarda del Alfonso Alonso alcalde de Vitoria?

Le recuerdo de alcalde porque le puse dos veces el pañuelo. ¿Dos? Sí, creo que fueron dos veces. Y también por el día que le dije que dejaba de encarnar el personaje. Fue, si no el primero, de los muy primeros en enterarse, porque consideré que así debía ser. Por lo demás, es que no coincidimos políticamente en nada.

¿Y qué le dijo cuando presentó su renuncia?

¡No me dejaba! Ahí quería echar una partida política él y no le dejé. Yo le gané. A mí ya me conocía y se sentía a gusto, y la incertidumbre de quién podría venir creo que le inquietaba, a ver a quién iban a meter los blusas. Por eso, intentó persuadirme. Pero yo tenía la decisión muy tomada y no la iba a cambiar. Y menos aún me la iba a cambiar él.

Cambio de tercio, aunque también con controversia: la fachada vegetal del Europa. Ahora nos vamos a gastar otro medio millón de euros en terminar de cubrir el edificio con palos de madera.

Y se supone que es para ahorrar energía, ¿pero cuánta? ¿Y se ha justificado? Además, yo había entendido que la fachada verde iba a ser con el dinero que iba de Bruselas. Pero ahora ya el dinero lo ponemos todos, ¿no? En fin... Seguramente hay sitios mejores donde gastarse el dinero.

¿En qué se lo gastaría usted?

Pues mira, hay una cosa que siempre comento es la de los contenedores. Vitoria, capital verde y gastronómica... Y sales de un buen restaurante y te encuentras de frente unos contenedores grandes, sucios, con las ruedas rotas... Hay pueblicos de poca importancia que tienen contenedores soterrados, bocas de ésas que succionan la basura. Y es una cosa que me llama la atención de Vitoria, que los depósitos de desecho sigan al descubierto. No lo puedo entender. Me extraña que no se le dé importancia. Si hasta conocidos míos me lo dicen. Y no entiendo que nadie en la oposición lo proponga. ¿Que no es el momento, que es mucha inversión? Pues que se vaya haciendo poco a poco. Pero eso sí, luego sacamos un río donde no hay río...

No, no, al final en vez de río, lo que tenemos en la Avenida de Gasteiz es un estanque lineal.

El caso es hacer algo que llame la atención y dar que hablar.

También sigue dando que hablar la ubicación de la nueva estación de autobuses, que finalmente abrirá el 16 de marzo.

No me parece el sitio más adecuado. Pero estaba la parcela con el agujero con el BAI Center... A mí el otro sitio me parecía más razonable, una vez que se adaptó para que no afectara al parque, porque se evitaba que los autobuses pasaran por América Latina. Es que puede ser un cristo.

El propio concejal de Hacienda ha dicho que habrá 448 autobuses diarios. ¿Demasiados para ese punto viario de nuestra ciudad?

448... Suena a muchos, desde luego. Vaya lío. Pero es que hay tantas cosas para tirar de las orejas que podríamos seguir hablando y no terminar nunca. Incluso a la oposición habría que tirar de las orejas.

¿En qué regañaría a la oposición?

Yo no entiendo, con la que está cayendo, cómo todos estos políticos que no han tenido poder, no meten más caña. Y me refiero a dar caña con sentido. Que la entienda mi madre que tiene 98 años. Esto es así, así y así, y vosotros lo estáis haciendo, así y asao. Y explicarlo todo bien. Yo creo que están dormidos, y eso que están cerca las elecciones.

¿Cuáles son sus quinielas? ¿Revalidará cargo Javier Maroto?

Uy... No sé. Pero tampoco sé decirte a quién veo como alcalde o alcaldesa. Sí, quizá repita Maroto. No por méritos. Es que, realmente, se lo han puesto bastante fácil. Por otro lado, a casi todos los conocemos. Y la de EH Bildu es una incógnita.

¿Montes de Vitoria, Parque Natural? ¿Sí, no, depende...? El Ayuntamiento de Gasteiz no desiste, pero el Gobierno Vasco sólo quiere hablar de una Zona de Especial Conservación y la mayoría de pueblos respira por ahora con cierto alivio.

Yo siempre he creído que hay que dar valor a la opinión de los concejos, que se les escuche y que se razone con ellos. Con lo que se presentó hubo polémica y, por tanto, en vez de continuar por esa misma línea, los interesados en el Parque Natural tendrían que procurar un acercamiento teniendo en cuenta a los concejos, que son los que hacen uso de los montes, quienes viven en ellos. Será que pienso así por ser de pueblo.

La amenaza de varios pozos extracción de hidrocarburos pende sobre Álava. ¿’Fracking’ sí, ‘fracking’ no?

Fracking no, por supuesto. ¿Pero qué pasa, que quieren que seamos sus conejillos de indias para ocupar las primeras páginas? No, por favor.

Esta semana se ha celebrado el Día Internacional del Euskera. ¿Cómo ve su estado de salud? ¿Se apoya lo suficiente desde las instituciones? ¿Se puede hacer más para que sea una realidad a pie de calle?

Yo creo que se podría hacer más de lo que se hace. Pero no me refiero sólo a los políticos. Me refiero a todos nosotros. Y en el día a día. Como el Día de los Enamorados o el Día de la Madre. No hay que esperar a que lleguen esas fechas para decirle a la pareja lo mucho que la quieres o para darle un abrazo a tu madre. Son cosas que hay que practicar diariamente. Y creo que, en ese sentido, todavía tenemos mucho que avanzar.