La nueva estación de autobuses de Vitoria recibirá a sus primeros viajeros a partir del 16 de marzo de 2015. Es la última fecha de apertura que ha dado el gobierno de Javier Maroto. Pero abrirá al público sin servicio de cafetería ni de restaurante ni de kiosko de periódicos, revistas o chucherías. Hasta ahora ninguna empresa ni particular se ha decidido a explotar estos negocios y eso que interesados ha habido más de una treintena. La incertidumbre parece ser el principal freno, al menos así se desprende de la respuesta que ayer el PP dio a los socialistas. La apuesta es arriesgada, ya que se trata de un espacio nuevo, que arranca de cero sin que se sepa muy bien la clientela que va a tener; aunque en principio, el movimiento de gente es continuo dentro de una estación de autobuses. Otra de las razones hay que buscarla en el desembolso económico inicial, ya que al canon anual que el adjudicatario tendrá que pagar al Ayuntamiento por explotar el bar, restaurante y la tienda, tiene que sumar el coste de las obras que necesita realizar para acondicionar las lonjas ahora vacías.
Así que, tras analizar todos estos impedimentos, el Ayuntamiento ha decidido sacar de nuevo a concurso la explotación de estos tres establecimientos rebajando la renta porque, de lo contrario, “tendremos un problema”, asegura la edil socialista Marian Gutiérrez, ya que Gasteiz tendrá una moderna y nueva estación de buses en la que no se podrá ni tomar un café. Así, si en el primer pliego de condiciones el Ayuntamiento pensaba ingresar 46.200 euros al año por el bar y restaurante y 6.120 por la tienda, ahora se conforma con 33.800 euros al año por todo el pack. E igual sucede con las máquinas de venta de bebidas, tabaco, comida etc. El canon a pagar a las arcas municipales baja de 180 a 116 euros por cada una de ellas. Otra de las ventajas que ofrece es la de posponer la apertura del restaurante hasta en siete años cuando antes tenía que abrir al cabo de unos meses. El gabinete de Maroto confía en que en esta segunda ocasión la explotación salga adelante. Sin embargo, si no es así y el concurso queda de nuevo desierto “nos vamos a encontrar con unos espacios enormes vacíos”, lamenta Gutiérrez. Y es que, el local de la planta baja, el destinado a cafetería ocupa 273,20 metros cuadrados de área acristalada que comunica con la primera planta donde iría el restaurante, un establecimiento de nada más y nada menos que 386,65 metros cuadrados, con posibilidad de terraza.
Además, junto a la cafetería de la planta baja quedaría sin uso otro espacio rectangular, también acristalado, de 101,85 metros cuadrados, ubicado junto a las dársenas para ser acondicionado como tienda de prensa, artículos de librería, papelería, souvenirs y artículos de regalo, snacks, dulces, panadería, latas de bebidas etcétera. La condición que el Ayuntamiento pone es que la cafetería abra de 8.00 a 22.00 horas de forma ininterrumpida y la tienda de 8.00 a 22.00 de lunes a viernes y en horario de mañana y tarde los fines de semana y festivos.
palacio europa El área comercial y de hostelería de la estación de autobuses no es, sin embargo, la única preocupación del Ayuntamiento. La explotación de la cafetería, el restaurante y el servicio de catering del renovado palacio de congresos también quedó desierta, así que el gobierno de Javier Maroto hará lo mismo que en Euskaltzaindia: rebajar el canon. “Precisamente una de las carencias del Europa era que no podías ni tomarte un café, un servicio que no puede faltar cuando llegan decenas de congresistas, y resulta que después de las obras de reforma y de la ampliación puede que tampoco haya”, lamenta Gutiérrez.