el camino hacia la plena normalización del uso del euskera en Álava todavía es largo, demasiado largo, pero el crecimiento experimentado por la lengua a lo largo de las últimas tres décadas, sobre todo desde la aprobación de la Ley del Euskera de 1982, sólo puede calificarse como espectacular en el territorio. Claro que, superada esa barrera inicial del desconocimiento de la lengua, aún queda por delante la de su empleo diario, en casa, en la calle, en todos los ámbitos... Y, a tenor de todas las voces que trabajan en pro de la normalización del uso de la lengua, el tamaño de este último obstáculo también es muy importante.
Hoy, Día Internacional del Euskera, es un buen momento para echar la vista atrás para felicitarse por los progresos logrados en la provincia, donde a comienzos de los 80 apenas un 5% de la población dominaba el idioma, pero también para constatar que el trabajo por hacer todavía es mucho. “Se puede decir que estamos mejor que nunca. En Álava tenemos esta situación y también la esperanza de ir mejorando poco a poco. Ésa es la tendencia”, apunta a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA el responsable del servicio foral de Euskera, Jokin Larrañaga.
Este guipuzcoano de Azkoitia, que se instaló en Álava precisamente a comienzos de los años 80, cuando el euskera aún tenía un carácter residual superada la dictadura franquista, reconoce a día de hoy que “nunca hubiera imaginado” el crecimiento que, finalmente, ha tenido el empleo de la lengua en el territorio.
Según la última encuesta elaborada por el Instituto vasco de Estadística (Eustat), del año 2011, el 66,7% de los jóvenes alaveses de dos a 19 años son euskaltzales, el 25,6% “cuasi-euskaldunes” -según la terminología de este estudio- y sólo el 10,7% únicamente castellanoparlantes. En cuanto a la población global, el 23,9% de los alaveses eran euskaltzales hace tres años, el 26,1% cuasi-euskaldunes y el 50% restante, castellanoparlante. “Hay un conocimiento amplio, pero sacar el euskera a la calle sigue siendo difícil”, argumenta Larrañaga. También resulta complicado, según advierte el profesional, que su empleo se generalice en los domicilios alaveses, ya que actualmente son menos del 10% del total las familias en las que todos sus miembros dominan el idioma. “Eso pasa en las casas y también en las cuadrillas. Cuando una o dos personas no dominan la lengua, se habla en castellano y la realidad se impone. El reto está en crear momentos, situaciones y hábitos para usar el euskera con comodidad”, explica Larrañaga.
nuevo plan de euskera Precisamente, y en esa misma dirección, la Diputación alavesa en la que Larrañaga presta su labor acaba de presentar el Plan Estratégico de Euskera 2014-2017, un documento que pretende “avanzar hacia la normalización del euskera a nivel personal, social y oficial” y que se ha fijado varios objetivos y estrategias. Un plan que, al margen de avanzar en la implantación del euskera en el ámbito institucional, también incide en la euskaldunización de los adultos, con un trabajo coordinado con las cuadrillas y municipios del territorio y una oferta de cursos de aprendizaje específicos para el colectivo inmigrante o las federaciones deportivas.
Otro ámbito destacado de actuación del plan es la transmisión familiar y la enseñanza. Para ello, la Diputación alavesa proseguirá con sus programas de sensibilización dirigidos a las familias y se pondrán en marcha otros nuevos en colaboración con los servicios de euskera. Además, el ente foral incidirá en la formación y creación de bolsas de trabajo de monitores en euskera en las cuadrillas para las actividades extraescolares.
Larrañaga alaba también el papel histórico que han tenido las familias en la normalización del uso del euskera en el territorio, la de todas esas personas no euskaltzales que en su día decidieron matricular a sus hijos en ikastolas o en el modelo D. “No hicieron esa transmisión, pero facilitaron que sus hijos lo aprendieran. Álava es bilingüe gracias a muchas personas que no sabían euskera”, sintetiza el profesional.
Los últimos datos hechos públicos por el Gobierno Vasco, que también cuenta entre sus prioridades con la implantación de una Agenda Estratégica del Euskera, también dan fe del importante recorrido que la lengua vasca ha tenido en el ámbito global vasco. No en vano, en los últimos 30 años el euskera ha ganado 318.000 hablantes en toda la CAV, más de 10.000 al año, frente al descenso de 400.000 castellanohablantes monolingües. Unas cifras que evidencian un avance notable del bilingüismo y del conocimiento del euskera, pero que no han hecho caer en la relajación al Ejecutivo Vasco. Su doble objetivo, en concreto, pasa por incrementar su presencia social e institucional.
Esta Agenda expresa el compromiso del Gobierno Vasco de “promover una política lingüística sostenible, una política que garantice la continuidad en la revitalización del euskera y acorte distancias en el objetivo de conseguir un bilingüismo más equilibrado, pero que a su vez sea factible, ya que está basada en la voluntad y el consenso de la sociedad y tiene en cuenta la realidad sociolingüística de cada momento”. Este documento, vigente hasta el año 2016, plantea 13 líneas de trabajo que reúnen 34 iniciativas y 168 acciones concretas para “dar un impulso renovado a la promoción del euskera”. Para este año ha contado con un Presupuesto de 111,8 millones de euros, mientras que para 2015 y 2016 se prevén dotaciones similares. “El euskera se ha fortalecido mucho, pero menos de lo que quisiéramos. Ahora, el principal reto de nuestra generación y de las venideras consiste en garantizar la vitalidad del euskera, y continuar con su desarrollo”, aseguró durante la presentación de este documento el viceconsejero de Política Lingüística, Patxi Baztarrika.
Hoy en día, tres de cada cuatro jóvenes menores de 25 años son bilingües en la CAV, cuando hace 30 años apenas lo era uno de cada cinco. Otra cifra que anima a seguir trabajando en favor de la revitalización del euskera, para que oficialidad y realidad vayan por fin de la mano.