gasteiz - Bares y comercios salpican la ruta de Igor con DNA por el corazón de la ciudad. En la mayoría, los accesos están despejados. Dentro de los locales hosteleros, muchos cuentan con baño para personas discapacitadas, aunque sea compartido con el aseo femenino. Se diría que el ámbito privado muestra una concienciación que en demasiadas ocasiones le falta a la esfera pública, pero los integrantes de Eginaren Eginez tienen claro que no es tanto cuestión de respeto o de empatía a quienes sufren de movilidad reducida, “sino de normativa”. A su juicio, en general la empresa cumple porque existe un reglamento que le obliga so pena de multa. Y, por eso mismo, este colectivo se teme próximos obstáculos. Según cuenta, se han producido unos cambios para facilitar la generación de actividad en el sector servicios que hacen que la normativa sea “más permisiva”.

Un cartel de próxima apertura hace que Igor recuerde el nuevo escenario. “Lo que decidió el Gobierno central es eliminar las autorizaciones municipales previas a la apertura de un local y la instauración de un sistema de declaración de responsabilidad del comerciante. De lo que se trata es de sustituir el sistema de licencias previas por otro de auto licencia exprés con control a posteriori”, explica. Esa modificación es lo que les hace presagiar que podrían darse carencias en la accesibilidad, generadas durante las obras, que no se resolverán una vez que finalicen. A ese inconveniente para él y sus compañeros se suma el de los edificios que están exentos de cumplir el reglamento porque las reformas se hicieron antes de la aprobación de la norma de 1996. - J.S.