Amurrio - El Consorcio de Aguas de Ayala (CAKU) ha solicitado una reunión “urgente” con el diputado general de Álava, Javier de Andrés, a fin de que el ente foral se implique en la adquisición de los terrenos necesarios para llevar a cabo la construcción de las Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales (EDAR) de Markixana y Basaurbe, y sus correspondientes colectores, y avanzar así en el proyecto de saneamiento de la cuenca del Alto Nervión, puesto que lleva coleando desde que en diciembre de 1994 fue declarado obra de interés general.
El objetivo es que la Diputación alavesa cofinancie la compra junto a URA (Agencia Vasca del Agua), que ya ha dispuesto en el anteproyecto de presupuestos del 2015 la cantidad de 1,2 millones para este cometido, ya que los ayuntamientos afectados por la instalación de las EDAR, Ayala y Llodio, no tienen recursos ni competencias para hacerlo.
“Dicha adquisición es prioritaria ya que el Gobierno central ha manifestado que ha dispuesto en su presupuesto del próximo ejercicio una partida para la construcción de ambas infraestructuras”, apunta Juanjo Yarritu, presidente del CAKU, que también avala la urgencia en que se trata de proyectos que “están en fase de exposición pública, y se espera que en breve sean aprobados definitivamente”.
En este sentido, solicitan que sea el Servicio de Expropiaciones de la propia Diputación el encargado de la tramitación de dicha adquisición. Al tiempo, han acordado organizar una visita a las instalaciones comarcales del CAKU, “tanto para miembros del Consorcio como para otros representantes políticos que sean competentes y estén interesados”, remachan.
El importante retraso que se va acumulando en este asunto y las consecuencias que de ello se pueden derivar está siendo, en los últimos años, uno de los principales quebraderos de cabeza del CAKU. De hecho, las depuradoras de Markijana y Basaurbe deberían estar en funcionamiento en 2015 para eludir sanciones europeas, pero antes de un lustro será imposible que estén operativas. Ahora mismo se está incumpliendo la directiva comunitaria que obliga a los núcleos de población de más de 20.000 habitantes a tratar debidamente sus vertidos a los ríos. Algo que podría traer consigo multas al Reino de España que, después, podrían trasladarse en forma de sanciones a las entidades locales y comarcales.
En la actualidad, cerca de 35.000 habitantes de Amurrio, Llodio, Ayala y el vizcaíno municipio de Orozko vierten sus aguas residuales en el Nervión o sus afluentes, con una única medida para amortiguar su impacto: las arcaicas fosas sépticas comunitarias. Lo más grave es que hay diseñado desde hace ya más de tres décadas un plan de saneamiento para la comarca del Alto Nervión pero, a día de hoy, tan sólo se ha logrado construir la estación depuradora prevista para Orduña. Las ubicaciones de las otras dos infraestructuras están fijadas desde hace casi una década, en el terreno ayalés de Markijana para depurar las aguas residuales de Amurrio y Ayala, y en el laudioarra de Basaurbe para hacer lo propio con las de Llodio y Orozko. Sin embargo, los terrenos están aún sin adquirir y todavía no está cerrada toda la financiación que se estima supondrá una inversión superior a los 72 millones de euros, entre la compra o expropiación de solares, las obras de construcción de las plantas de tratamiento de aguas residuales y sus correspondientes colectores. Y es que a nadie se le escapa que, además de por su envergadura, la dificultad de gestión de este proyecto y buena culpa de su retraso radica en la necesidad de coordinación de diversas administraciones.