GASTEIZ - El alcalde de Vitoria, Javier Maroto, está convencido de que obtendrá las 30.000 firmas necesarias para presentar una Iniciativa Legislativa Popular en el Parlamento Vasco que permita reformar la Renta de Garantía de Ingresos, y a esa tarea de marcaje al inmigrante se entregará hasta que lleguen las elecciones del próximo mes de mayo.

Desde que a principios del verano resurgiera como por arte de birlibirloque la indignación ciudadana ante los abusos que, asegura el alcalde, cometen los extranjeros en el cobro de ayudas sociales, el primer edil gasteiztarra ha tenido tiempo de sobra para testar la acogida que tienen sus arriesgadas opiniones. Cuatro meses después de poner la olla en el fuego, ese fantástico laboratorio sociológico que son las redes sociales le ha mostrado a Maroto que el guiso está lo suficientemente cocinado como para movilizar a la mayoría silenciosa que sustenta al PP y tratar de poner contra la espada y la pared al resto de partidos. “Que dejen de mirar para otro lado”, dijo ayer, tras reunirse con el lehendakari.

El alcalde presentará sus firmas y, ¿quién se atreverá, entonces, a negar la legitimidad de sus propuestas? Quienes compiten por los votos de mayo con el político popular tienen que asumir que si al menos 30.000 personas le dan la razón deberán sumarse a su discurso, de una u otra forma, y ahí siempre será el más políticamente incorrecto el que saldrá ganando.

A quienes se dirigen a otro tipo de electorado les deja un silogismo en el aire con el ánimo evidente de que no quepa otra que darle la razón al alcalde o al menos no quitársela. Si la oposición al fracking logra reunir 100.000 firmas contra la fractura hidráulica y eso le carga de razón, igualmente legítimo será el apoyo ciudadano que recabe su plan para reformar la Renta de Garantía de Ingresos. “El Parlamento Vasco le dio la espalda a Fracking Ez, seguro que ahora (con las firmas) nadie se niega al debate”, aseguró.

Consciente de que puede tener entre sus manos una jugada maestra (no exenta de cierto riesgo, por otro lado) ayer en Lehendakaritza el alcalde dijo que ya busca sede para recoger las firmas, que él es sólo “un ciudadano más”, que no sabe cómo va a financiar la campaña de recogida de firmas pero que ya encontrará la manera, y que a los teléfonos del Ayuntamiento ya llama gente de Gasteiz y de otros municipios deseosa de firmar.

Al lehendakari le dijo que, con ese aval ciudadano que está seguro de atesorar, no se sentará a negociar reformas de la RGI si no se aceptan al menos tres de sus siete propuestas. Que se quiten las ayudas a ilegales, delincuentes y personas que no han cotizado, a excepción de discapacitados, enfermos crónicos o titulares de pensiones no contributivas, básicamente viudas.

frases redondas Ayer Maroto advirtió de que censurará cualquier comportamiento violento contra los inmigrantes, y apuntó algunos matices más de ese tipo a su discurso (no muchos), pero las frases contundentes, estudiadas y llamadas a destacar, como demostraron los cortes radiofónicos y televisivos del día, buscaban la movilización de esa mayoría silenciosa que se siente parasitada por gente que “no quiere... o no puede trabajar”. “¿Por qué se habla de todo menos de esto?”, se preguntó el alcalde ante la negativa del resto de partidos a entrar en ese tipo de debates sobre el “abuso, que no fraude”, y a pesar de que gracias a Maroto a día de hoy en las calles de Gasteiz no se habla de otra cosa.

El primer edil llamó además a demostrar “la fuerza de quienes están hasta las narices”, recordó cómo la oposición municipal se levantó y le dio la espalda a él “y a todos los que piensan como yo”, y emplazó a los ciudadanos a librar “una batalla que será ganada por la calle”. Porque, “si es importante la fuerza de la calle para el fracking, por qué en este caso no”. En ese sentido, Maroto recordó que hoy día los partidos “hacen y dicen cosas que no decían antes gracias a la fuerza de la calle”, y por ello pidió respaldo ciudadano a su cruzada personal. “Yo no puedo hacer esto solo”, dijo el alcalde.

Sus argumentos, en todo caso, no convencieron al lehendakari Urkullu, que según el propio Maroto le pidió que no siga adelante con la ILP. Luego, desde Lehendakaritza se afirmó que si el alcalde “considera este asunto tan urgente e importante no tiene sentido demorar durante meses la presentación de las medidas correctoras que estime oportunas”. El hecho de que no lo haga, señalaron desde la sede del Gobierno Vasco, “es sospechoso, puede atender a un cálculo por el hecho de no tener garantizada una mayoría parlamentaria suficiente, o puede obedecer a un interés personal por prolongar este debate público durante meses”.

En la misma línea se pronunció el portavoz del PNV en el Ayuntamiento de la capital alavesa, Gorka Urtaran, preocupado por una ILP que “va a generalizar la crispación social que ya ha empezado”. Urtaran pidió a Maroto, un alcalde “frío, calculador y peligroso”, que recoja firmas para investigar la gestión de los locales de San Antonio, para desarrollar la Ley de Dependencia o para que “los vitorianos puedan expresar su hartazgo” por la política y por hechos como “los pagos en metálico de De Andrés”.

El alcalde llamó a ayer a la movilización mediante la firma de su ILP a los perjudicados por los “abusos” en el cobro de la RGI.

El alcalde estableció un paralelismo con el movimiento contra la fractura hidráulica para legitimar en la calle su apuesta por el marcaje a los inmigrantes.

Maroto expuso ayer su plan para presentar una ILP al lehendakari, Iñigo Urkullu. Desde la sede del Gobierno Vasco se considera que el alcalde gasteiztarra quiere llevar viva la cuestión a las elecciones municipales.

El portavoz municipal del PNV en Gasteiz censuró la apuesta del alcalde por el debate de la RGI.

Urtaran considera peligroso trasladar animadversión hacia los inmigrantes desde la política.

9%

El porcentaje de inmigrantes en la capital alavesa es del 9% sobre la población total.