El 6 de octubre del pasado año, Abetxuko despertó triste por el fallecimiento de su líder vecinal de los últimos veinticinco años. Doce meses después, quienes durante dos décadas trabajaron codo con codo con ella se han liado la manta a la cabeza para montar una “gorda” en memoria de Paquita Sambartolomé. Tres semanas con más de sesenta actos en los que el barrio echa la vista atrás para tomar impulso.
Abetxuko siempre fue un pueblo de casta. En parte porque Paquita estaba metida en todos los fregados -explica Oskar- y en parte porque sus vecinos siempre han tenido claro que la unión hace la fuerza. La participación ciudadana ya era una realidad al otro lado del Zadorra cuando esta concienciación social aún no estaba en boca de los políticos. “Pero últimamente el barrio estaba dormido”. Así que a los tres o cuatro meses del fallecimiento de Paquita, en la asociación Uribe Nogales decidieron que había que hacer algo y a raíz de una pequeña idea ha surgido un “gran” proyecto que prologarán hasta mediados de mes. Y aunque el sábado será el gran día dedicado a Paquita, ayer, José Ángel Cuerda abrió la primera jornada de las sesiones de participación vecinal que se extenderán a la próxima semana. Nadie mejor que el exalcalde al que le unió una estrecha relación, también con sus tira y afloja, porque “Paquita era mucha Paquita” cuando de mejorar su barrio se trataba. Cuerda habló de urbanismo en los locales de la asociación, hoy la jornada se centra en la cultura y el deporte y mañana en las conquistas y derechos sociales. Todo ello enmarcado en lo vivido en Abetxuko los últimos veinticinco años, porque ese es el hilo conductor de este repaso a la memoria de un pueblo, y en memoria de una de sus hijas.
El sábado, el homenaje a Paquita girará en torno a la actuación de la coral Vicente García que ella puso en marcha y del libro y DVD que sus amigos están elaborando precisamente sobre los últimos 25 años de la historia de Abetxuko y que tienen previsto editar el próximo año. Algo más de dos décadas de movimiento vecinal en el que la figura de Paquita está “omnipresente”, desde la vieja reivindicación de la bolera hasta el logro de la guardería para el barrio. Directa o indirectamente trabajó en todos y cada uno de los proyectos que van a escribir las páginas de un libro llamado a ser seña de identidad de Abetxuko.
Una seña de identidad como hace 25 años lo fueron las fiestas de Mikelin que a principios de los 90 lograron congregar a miles de personas a orillas del Zadorra. “Te acuerdas de Miguel, te acuerdas de..., de Miguel el casero”. Con el trasfondo de la mítica canción de Potato, el barrio convirtió sus fiestas alternativas en un clásico difícil de olvidar para muchos vitorianos. Por allí pasó Rosendo, Barricada, Reincidentes... y hasta María del Monte. Pero también Carlos Mejía Godoy y la premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú. “Ahí hubo pelea con el Ayuntamiento porque querían que la conferencia la diera en Vitoria pero, al final, la dio en Abetxuko”, recuerda Oskar. Se debatió sobre insumisión, paro, amnistía, pobreza, euskera y cualquier tema candente en una sociedad muy reivindicativa por entonces. Ahora, las fiesta de Mikelin de Abetxuko, un clásico en Gasteiz, regresan para intercambiar ideas sobre feminismo, renta básica y experiencias de barrio vividas recientemente, como la de Gamonal en Burgos y otras de Vigo, Málaga, Salamanca o el mismo Casco Viejo de la capital alavesa. “Nos ha parecido un buen momento para retomar estos encuentros de carácter festivo, pero también social”.
ESPÍRITU RASTAFARI Un programa plagado de actos al que se pondrá el broche de oro el día 11 con un concierto al más puro estilo mikelin, sólo que en esta edición las grandes bandas serán del pueblo. Una noche reggae de la mano de los grupos Astearte, Critical Riddim, Zadors y Kannabis, que prometen darlo todo hasta las tres de la madrugada. “Se ve que en Abetxuko tenemos mucho espíritu rastafari”, bromea uno de los compañeros de Paquita, la líder vecinal a la que los concejales solían recibir de pie cuando accedía a la sala de Plenos del Ayuntamiento para sacarle chispas al turno popular, y a la que esquivaban cuando cacerola en mano se apostaba a la entrada de la Casa Consistorial para hacer ruido contra el catastrazo.
La histórica portavoz de Abetxuko siempre fue una especie de mamma italiana volcada en su barrio, orgullosa de su pueblo y en activo hasta el final. Un referente del movimiento vecinal gasteiztarra de quien primero fue monja venida de Valencia y después madre de cinco hijos. Una jovencita que al poco de llegar a Abetxuko comenzó a destacar por su enorme capacidad de servicio y un contagioso dinamismo, tal y como hace un año narraron a este periódico sus más allegados. Alegre, conversadora y con una gracia innata que pronto le llevó a hacerse con los parroquianos del lugar, sobre todo, a raíz de ser elegida portavoz de la asociación de vecinos Uribe-Nogales. Los vecinos recuerdan su empeño por transformar aquella ciudad sin ley en un barrio unido y con identidad de pueblo. Evidentemente, no todo fueron logros. También hubo sus más y sus menos. La llegada del tranvía a Abetxuko fue quizá uno de los momentos más delicados de esta unión vecinal, una espinita clavada en el corazón de una luchadora y entregada Paquita, puesto que el pueblo se dividió entre los partidarios y detractores de este nuevo medio de transporte con el que se quiso acercar ambas orillas del Zadorra.
25 años de Abetxuko. Un libro-CD con la historia reciente del barrio que los vecinos elaboran y esperan editar en 2015.
Sábado de homenaje. La jornada dedicada a Paquita Sambartolomé girará en torno al libro del que ella es protagonista indiscutible y un concierto con la coral Vicente García que ella impulsó.
Jornadas Mikelin. Abetxuko recupera durante dos semanas las jornadas de carácter social que hace más de dos décadas se convirtieron en un clásico del barrio, para hablar de feminismo, renta básica, conquistas y derechos sociales, urbanismo, experiencias de barrio en otras ciudades etc.
Broche final. Será el día 11 con un gran concierto reggae que subirá al escenario a cuatro grupos del barrio: Astearte, Kannabis, Critical Riddim y Zadors, en una noche que se presenta con aire rastafari.
Este vecino de Abetxuko y compañero de Paquita durante años explica cómo de una pequeña idea se ha ido gestando un programa de más de sesenta actos en recuerdo a la líder vecinal.
Así definen en Abetxuko el espíritu entregado, luchador y combativo de Paquita.