el envejecimiento de la población y la progresiva precarización de sus condiciones de vida están poniendo en un serio aprieto al sistema de protección social. Visto por no pocas instituciones más como un gasto que como una inversión, sus pilares fundamentales tienden a resquebrajarse con la crisis económica como trasfondo: la Sanidad, la Educación y los servicios sociales se encuentran en horas bajas cuando, dadas las circunstancias, su potenciación debería ser el camino a seguir. Euskadi y Álava no han llegado a la grave situación de otras comunidades, pero su sistema, aunque cuente con un buen armazón, también se enfrenta a innumerables retos que conviene poner sobre la mesa.

En ello se encuentra precisamente la iniciativa Gizadiberri, un espacio que pretende impulsar un debate público, profundo, crítico y respetuoso sobre los temas de ámbito social y que ha sido impulsado por la fundación Orue. Gizadiberri pone concretamente en su punto de mira a los servicios sociales, un ámbito en el que las propuestas de este tipo brillan por su ausencia a diferencia, por ejemplo, de la Sanidad. "La misma fragilidad de los servicios sociales se traduce en esa falta de iniciativas que ha habido históricamente", asegura en este sentido Fernando Fantova, consultor social y viceconsejero de Asuntos Sociales durante la pasada legislatura, y que tomó parte en una de las tres jornadas de debate que hasta el momento ha organizado Gizadiberri, concretamente en Gasteiz. Las otras dos se desarrollaron en Bilbao y Donostia. Felix Arrieta, profesor de la Universidad de Deusto, ha sido el encargado de dinamizar estos pioneros encuentros, en los que ha ejercido de moderador. "Intentar cambiar las cosas no está en nuestra mano sino en la de las instituciones. Nuestra idea no es sustituir a nadie, sino generar criterio sobre estos temas, porque no sólo lo tienen la Administración o el tercer sector", asegura Arrieta. Lo que nadie pone en duda es que, según remarca el experto, "los servicios sociales no se deslocalizan y van a seguir creciendo".

La jornada celebrada en Vitoria el pasado martes 3 versó sobre las formas, los modelos y las alternativas de gestión de los servicios sociales, un encuentro que sirvió para enfrentar las opiniones tanto de representantes institucionales como de organizaciones sociales. Sobre el hecho de que, aunque los servicios sociales se configuran como un factor clave para la cohesión de un país y posibilitan la plena ciudadanía o la promoción de la justicia social, buena parte de la red que configuran es fruto del impulso de la iniciativa social, privada por definición. Las preguntas, con esta base, no tardaron en salir a la palestra: ¿qué supone privatizar un servicio?, ¿cuáles son los distintos modelos de gestión que se pueden encontrar para ello?, ¿cómo se articula el derecho de las personas destinatarias y sus familias a participar, incluso, en la elaboración y ejecución de los servicios dirigidos a ellas?

potenciar lo público Fantova tiene claro que las instituciones deben tener un peso creciente en este sector a la vista de los retos que tiene por delante: No tanto el ya citado envejecimiento, sino la limitación de las capacidades funcionales derivadas de él, y la pérdida de apoyos familiares en la atención una vez superada la división sexual ante el trabajo. "Hay muchas fórmulas diferentes, pero en los servicios sociales debe crecer el peso de la responsabilidad pública, aunque sea con fórmulas como la concertación con la iniciativa social", argumenta Fantova.

A juicio del experto, el cataclismo económico desatado hace ya seis largos años ha impedido el desarrollo completo del sistema de servicios sociales que venía fraguándose hasta configurar "el cuarto pilar" de la protección social. "Nos ha pillado con el pie cambiado cuando estábamos en el punto de lanzamiento", lamenta el experto, que de cara al futuro aboga por "superar" esa "visión antigua" que todavía existe de los servicios sociales, más destinados a una población sin recursos o en riesgo de exclusión. "Todo el mundo debe entender que pueden beneficiar a cualquiera en cualquier momento de su vida", especifica.

La universalidad -o no- de los servicios sociales fue, precisamente, el tema de debate durante la primera jornada organizada por Gizadiberri en Donostia. Los ponentes se cuestionaron si, tal y como especifica la Ley 12/2008 de Servicios Sociales de Euskadi, este sistema es realmente universal, un paraguas bajo el que también se acumulan las preguntas. ¿Cuáles son las condiciones exigibles para que una persona pueda tener derecho a los servicios sociales? ¿Cómo se interpreta el derecho subjetivo? ¿Cómo afectan los años de empadronamiento? ¿Los efectos son iguales en todos los territorios vascos?

A la vista de las conclusiones extraídas durante este encuentro, Felix Arrieta concluye que esa universalidad "no está lograda todavía", debido a las trabas administrativas que muchos potenciales usuarios se encuentran a la hora de acceder al sistema o a decisiones políticas como el copago. La segunda jornada de Gizadiberri, celebrada en Bilbao, centró el debate en cuál debe ser la función del proveedor de los servicios sociales, una discusión muy viva a lo largo de los últimos años. La dicotomía entre seguir desarrollando las prestaciones económicas o, en su defecto, apostar únicamente por los servicios directos, la posibilidad de apostar por las fórmulas intermedias o la Ley de Dependencia centraron, entre otros aspectos, las aportaciones a este debate.

Arrieta valora positivamente el resultado de las tres jornadas celebradas hasta el momento y anticipa que Gizadiberri continuará fomentando el debate a través de otros formatos, quizá ya después del verano. La organización de mesas redondas o worlds café son dos posibilidades que ya se encuentran en la agenda del experto. "No se discute lo suficiente sobre los temas de ámbito social y estas jornadas han salido adelante en torno a esa preocupación. Queremos hacer de ágora, de espacio de debate público y de encuentro entre diferentes para seguir poniendo más asuntos sobre la mesa", promete Arrieta. A la vista de esta declaración de intenciones, a Gizadiberri le queda mucha vida por delante.

Hasta ahora... Gizadiberri ha organizado hasta el momento tres espacios de debate en Donostia, Bilbao y Gasteiz, donde se han tratado, entre otros temas, la universalidad de los servicios sociales, la función del proveedor de estos servicios o sus modelos de gestión. Instituciones y tercer sector han podido confrontar y compartir sus opiniones.

Previsión. Felix Arrieta, dinamizador de estos encuentros, prevé que tras el verano se configurarán nuevos espacios de debate como las mesas redondas.