vitoria - Las familias de Zabalgana afectadas por los distintos parches escolares del Gobierno Vasco acertaron al agruparse en una sola voz. La unión ha hecho el suficiente ruido como para descongestionar los sordos oídos institucionales. El potente trabajo interno del grupo y su campaña en los medios de comunicación facilitaron una ronda de reuniones con las fuerzas políticas del Parlamento autonómico que ha sido decisiva. Hoy, las asociaciones de madres y padres de Amezti-Txiki y Mariturri Galtzagorri, el colectivo Zabalturri y la agrupación vecinal Zabalgana Batuz comparecen en la comisión de Educación, invitados por los propios grupos, para explicar su problemática y plantear propuestas. El barrio representa el 20% de nacimientos de Vitoria, pero sólo cuenta con el 3% de las plazas escolares públicas. Un desequilibrio enorme que el Ejecutivo autonómico ha intentado contrarrestar con medidas que no han resuelto la situación pero sí han afectado a la calidad de la enseñanza.
El aumento del ratio de alumnos en algunas líneas de los dos colegios de Primaria -el definitivo de Zabalgana y el provisional de Mariturri- "han afectado de lleno" a la prestación de las clases, como consecuencia de incorporar más niños en espacios físicos que se habían construido para menos estudiantes. Y ni con ésas se ha cubierto toda la demanda, porque 400 txikis de entre dos y tres años han tenido que buscar plaza fuera del barrio o en centros concertados. Para colmo, el próximo año saldrán los primeros alumnos con destino al instituto y el edificio de Secundaria sigue siendo una simple promesa. El barrio se enfrenta, por tanto, a tres problemas distintos que requieren de soluciones conjuntas. De ahí que las familias de los niños que estudian en el barrio como las que se quedaron sin hueco se hayan agrupado con una lista de demandas compartida: construir un tercer centro de Primaria y dar forma ya al de Secundaria, aunque inicialmente sea con barracones para poder cumplir los apretados plazos.
Los padres y madres que no obtuvieron plaza tienen claro que no pueden ser obligados a matricular a sus hijos "en barrios adyacentes, negándosenos todo derecho a la conciliación familiar y entorpeciendo a los niños el arraigo socio-afectivo en el barrio donde residen y hacen su día a día". A día de hoy, las únicas opciones que ofrece el Gobierno Vasco para los alumnos de 2 años que no pudieron ingresar en los centros de Zabalgana y Mariturri pasa por trasladarlos al Miguel de Cervantes, en Ariznabarra, o mandarlos hasta Adurza y San Ignacio. Todas las propuestas están alejadas de sus hogares y, de aceptarlas, las familias se cerrarían para siempre la posibilidad de volver al barrio. No obstante, tanto estos afectados como las familias que tuvieron más suerte y tienen a los hijos estudiando en Zabalgana están convencidos de que la alternativa al exilio no pasa por seguir abriendo nuevas líneas en los colegios actuales, como plantea el Gobierno Vasco. El incremento de alumnos que ya se aplicó "ha perjudicado la calidad del servicio".
El colegio de Zabalgana, construido para albergar tres líneas, acoge desde hace tres años una cuarta en el curso de cuatro años. Un cambio aparentemente tímido pero que "ha desmoronado por completo" la estructura. "Los de Infantil tenían dos horas de ejercicios de psicomotricidad a la semana y ahora sólo hacen una. En Primaria nos han ocupado la gela de inglés. Los de quinto de Infantil han tenido que pasar al edificio de Primaria, con los mayores, donde infraestructuras básicas como los baños no están adaptados para niños pequeños. Y el comedor ya no da más de sí", ejemplifican los afectados. Además, los ratios de las aulas de 2 años se estiraron de 18 a 23 niños para tratar de cubrir la demanda. No se logró y, para colmo, ha hecho que sea "imposible" el acceso al ciclo de tres años, ya que "al tener el mismo ratio de alumnos no quedan huecos disponibles". Por eso, las familias se oponen a incluir una cuarta línea en todos los cursos. Serían 275 estudiantes más en el mismo recinto con los recursos actuales.
El panorama en el centro de Mariturri no es mucho mejor. Para empezar, sigue siendo provisional, ya que la obra del edificio definitivo acumula un retraso de más de un año. Por eso, para amortiguar sus consecuencias, desde Educación se está planteando la creación de una cuarta línea. Los afectados están seguros de que esta decisión "echaría por tierra la calidad educativa, ya que se añadirían 250 nuevos estudiantes sin modificar el diseño, con las mismas aulas, la misma biblioteca, el mismo patio, la misma sala de profesores...". El Gobierno Vasco también ha propuesto ampliar en el próximo curso las gelas de dos años de 18 a 23 txikis. En este caso, los padres y madres están dispuestos a aceptar la medida, conscientes de las necesidades de tantas otras familias sin plaza, pero siempre y cuando "se pongan dos tutores" por aula.
Los actuales parches y las promesas incumplidas no hacen más que acentuar el enfado de los tres colectivos. Han sido muchas las ocasiones en que, desde las instituciones, se han dado fechas para la puesta en marcha de los nuevos centros que después se han volatilizado. Y, mientras tanto, el número de nuevos niños ha seguido creciendo. En 2013, hubo en Zabalgana 563 nacimientos, 34 más que en 2012 y la cuarta parte ya de todos los alumbramientos registrados en Vitoria. "Así que con estos datos sólo se puede esperar un agravamiento del problema. ¿Hasta cuándo?", preguntan. Las familias sólo quieren "tener los mismos derechos que el resto de vitorianos". Una enseñanza pública sin salir del barrio y de calidad.
Un barrio sin humo. Con motivo de la celebración de 'La semana sin humo', el centro de salud de Zabalgana ha colocado en su entrada una mesa con folletos informativos sobre la adicción al tabaco y las formas de deshabituación, y someterá a cooximetrías a los fumadores que lo deseen para determinar el nivel de monóxido de carbono (CO) en el aire espirado. Además, este jueves por la tarde arranca un nuevo grupo de deshabituación tabáquica, abierto a nuevos vecinos que quieran dejar el cigarro.