Amurrio - Vivir durante un mes entre guepardos, elefantes, hienas y demás animales salvajes le ha llevado a conocer muy de cerca el drama que vive el continente negro ante el peligro de extinción de varias especies. Apasionado de los viajes y de la fotografía, invita a conocer esta región entre Botswana y Zimbabwe y a tender la mano a las personas que luchan de verdad desde reservas y parques naturales para lograr destinos de turismo ecológico gestionados por nativos y opuesto al "negocio sucio de las reservas de caza".

¿Dónde ha estado y cuándo?

- He sido voluntario en un centro de reinserción de guepardos en Sudáfrica, el Cheetah Center -en inglés, Centro Guepardo-, regentado por la pionera en la recuperación de la vida salvaje Ann Van Dyck. No obstante, desde allí también me llevaron a ayudar a otras centrales próximas especializadas en monos, elefantes o rinocerontes. Y también a un centro de acogida de niños maltratados y abandonados que sobreviven a base de aportaciones privadas y familias de acogida, ya que las instituciones públicas no les ayudan en nada.

¿Cómo llegó allí?

- Ha sido la casualidad, ya que mi intención era visitar Kenia en un safari fotográfico. Íbamos a acudir fotógrafos amateurs y profesionales, pero se suspendió por falta de gente para completar el grupo y entonces me hablaron de los programas de voluntariado en Sudáfrica. Es otra forma de viajar muy gratificante.

Y ahora se ha convertido en su enlace en Euskadi.

- Les gustó cómo cocino y quieren que vuelva (risas). No, ahora en serio. Tras mi experiencia me he convertido para ellos en un coordinador de su labor en Euskadi y en toda la zona norte de España. Les organizo los grupos para la gente que tenga interés. Lo que sí les diría es que se informen primero. Hay mucho voluntariado serio y responsable, pero también mucho fraude que sólo busca mano de obra barata para cuidar animales salvajes que luego terminan en el matadero de las reservas de caza. Yo no tengo ningún problema en asesorarles, que me consulten a través de mi perfil de Facebook por favor, que no vayan a lo loco.

¿Cuál es la historia de Ann Van Dyck, la pionera del Cheetah Center?

- Heredó la granja de su familia en Sudáfrica, lo que equivale a decenas y decenas de hectáreas, que ha dedicado por completo a la recuperación del guepardo. Hoy, además, tienen perros salvajes, hienas y colabora con las comunidades locales de pastores para implantar la raza de perro pastor local anatolian shepard. Es tan potente que ahuyenta a los guepardos y, con ello, evita que los nativos los maten para proteger sus rebaños de ovejas, cabras o vacas, como pasa aquí con los mastines y los lobos. También colaboran con un sitio que se llama Santuario de Elefantes, animales problemáticos por no ser acogidos por sus manadas o estar heridos. Allí es costumbre tener elefantes de mascotas, pero luego crecen y los entregan a reservas de caza para que luego algún tonto blanquito forrado de pasta los mate. Este centro lucha para que no ocurra. Los adopta, incluso paga por ellos, y después los reinsertarta a la naturaleza.

¿Qué ha aprendido?

- Además de perfeccionar mi inglés, que África no es sólo una foto bonita. Detrás de las postales de sitios paradisíacos, hay un continente que necesita mucha ayuda. Tengo miedo de que mis sobrinos y sus hijos no lleguen a ver un rinoceronte en libertad. El drama es tremendo, nos estamos cepillando la vida salvaje a pasos agigantados. El último fin de semana hicimos una caminata por una reserva de rinocerontes blancos, de la que ni hice fotos ni voy a dar el nombre, porque no quiero dar pistas a los furtivos. Nos pidieron encarecidamente que no mostrásemos imágenes de allí. Están muy asustados. Al día desaparecen del orden de cinco rinocerontes en África, se están quedando sin ellos por culpa del insaciable mercado oriental y sus creencias en torno a los supuestos poderes mágico-curativos que otorga el cuerno de rinoceronte. No es la única especie en peligro. Utilizan patas de elefante para hacer taburetes, manos de gorila para ceniceros, el marfil de los colmillos? El mundo está completamente loco. Los leones se crían en granjas para luego matarlos en reservas de caza por 5.000 euros.

¿La labor del voluntariado tiene también componente educativo?

- Sí, todos estos centros educan a los nativos para que exploten sus propios recursos y que el blanco no haga negocio sucio a costa de destruir su hábitat y tesoros naturales.