vitoria. El busque y compare sirve de poco en Vitoria para sacarse el permiso de conducir al mejor precio. Las tarifas de la mayoría de autoescuelas resultan coincidentes al milímetro o extraordinariamente similares. Ha sido así mucho tiempo, y no sólo en Álava, salvo que ahora la sospecha sobre un posible acuerdo ilícito dentro del gremio ha dado pie a una investigación. La Autoridad Vasca de la Competencia ya está recogiendo pruebas tras un análisis previo que le hizo descubrir indicios de una presunta alianza económica entre dieciséis empresas gasteiztarras. Y esta fase, previa a la resolución, es crucial. Si se concluyese que hubo pacto, las compañías podrían verse obligadas a encarar sanciones de hasta el 10% de su volumen de facturación. Multas copiosas que escribirían la carta de defunción de más de una, dicen desde el sector, uno de los más vapuleados por la crisis.
El dedo índice de la Autoridad Vasca de la Competencia señala a las autoescuelas de Vitoria desde hace al menos cinco años. Un ciudadano avisó con una llamada telefónica de que, al buscar sitio donde sacarse el permiso de conducir B, todos los locales consultados le habían dado precios coincidentes. No era una realidad desconocida, pues tanto a pie de calle como en la prensa llevaba tiempo hablándose de la ausencia de diferencias entre tarifas, pero sí la primera denuncia formal que llegaba a este órgano dependiente del Departamento vasco de Hacienda. Recibida la queja, comenzó una investigación previa, destinada a descubrir si en ese grupo señalado por el particular se respetaban o no las reglas de juego en beneficio de los consumidores. "En esta primera fase se llevaron a cabo los análisis previos, sin notificarlos a nadie, y se concluyó que había indicios de prácticas contrarias a la competencia", explica la directora, Pilar Canedo.
Ahora, la Autoridad Vasca de la Competencia ha incoado los expedientes correspondientes a cada autoescuela, informando a todas las partes afectadas, para recopilar más pruebas y recoger los argumentos de los implicados. Este proceso llevará a una resolución, ya sea la de archivar el caso o la aplicación de una multa. La hay de varios tipos, pero por su significativo efecto disuasorio podría imponerse la que se lleva el 10% de la facturación de cada una de las empresas investigadas. El presidente de la Asociación alavesa de Autoescuelas y dueño de una de ellas, Pedro Dávila, alerta de que, de concluir que hubo pacto de tarifas y se impone ese castigo, "algunas acabarán cerrando porque no podrán sostenerse". La sanción sería la estocada final tras el bofetón de la crisis. Según explica este profesional, desde 2009 las matriculas han caído un 60%, así que la situación "es crítica".
El sector, no obstante, sigue defendiendo su inocencia. "Un acuerdo supone reunirse, sentarse, pactar... Y eso no ha sucedido, por mi parte no y por el resto seguro que tampoco", sostiene Dávila, quien no duda en justificar la coincidencia de tarifas. "Esta es una ciudad pequeña, donde la gente no tiene ningún problema de desplazarse a una u otra y donde lo que manda es el precio, por encima de la calidad de las instalaciones, los métodos de enseñanza... Así que si el vecino de al lado pone un precio tú intentas no quedarte ni muy arriba ni muy abajo", explica. Una tendencia que "sucede en todos los sectores y no sólo en el de las autoescuelas". En su negocio, por cierto, la matrícula cuesta 310 euros. Y las clases prácticas, 48 cada una.