Vitoria. El emprendimiento parece afianzarse como un bálsamo frente a la crisis, pero quienes son autónomos antes de que llegaran las vacas flacas advierten de las dificultades de trabajar por cuenta propia. Las pymes, pese a que conforman el 98% del tejido empresarial y crean el 80% del empleo del Estado, se sienten hostigadas por la Agencia Tributaria y la Seguridad Social, obligadas como están a pagar altas cuotas y soportar una agobiante presión fiscal. Esas trabas aplicadas desde la administración merman su competitividad y viabilidad, haciendo más difícil la recuperación económica. Una paradoja para la que parece que las instituciones no han buscado todavía una solución. "Es una pena que quienes contribuimos a levantar el país seamos maltratados mientras, a la vez, se nos considera los parias de esta tierra", critica López de Armentia, desde su carpintería metálica del polígono de Jundiz.

Todo autónomo vitoriano coincide en el lamento. Los pequeños empresarios saben que, cuando alguien piensa en ellos, se les viene a la cabeza la economía sumergida. Cierto es que algunos recurren a esta opción, ya sea porque el entorno económico no les deja seguir en otra dirección o por falta de ética, pero la realidad indica que el 71% del fraude que se comete en el Estado es atribuible a las grandes compañías y los altos patrimonios, que utilizan sofisticados entramados societarios para evadir impuestos. "Hay quienes nos imaginan como grandes empresas que ganan mucho y es verdad que en tiempos de bonanza hemos ganado dinero, pero somos currelas como los demás, metemos muchas horas y salen más baratas que las de un asalariado", subraya López de Armentia. Además, su negocio y el de sus compañeros autónomos es toda su vida. "Si cierras", explica, "te quedas en la calle sin nada".

La crisis, además, ha hecho que muchas de estas pequeñas empresas acumulen deudores que ponen en peligro su subsistencia. "Si un cliente no te paga, te hunde la vida, pero no hay mecanismos para que esto esté más regulado", aclara el joven, quien mira con envidia a los autónomos del norte de Europa. Él, para poder hacer frente a la crisis, ha tenido que pasar por el amargo trago de ajustar plantilla. Y eso que la clave de la generación de empleo está en los autónomos. Precisamente por este motivo, es habitual que los trabajadores del sector soliciten más apoyos económicos a la contratación. Si en ellos está la solución, qué menos que ofrecerles ayuda para poder salir del bache. Otra herramienta para mantener la fuerza ante las adversidades pasa por agruparse, ya sea a través de asociaciones locales como Gasteiz On o provinciales como los foros de la Cámara de Comercio de Álava.