Amurrio. Cada vez es mayor el número de personas que opta por la incineración cuando a un familiar o ser querido le llega el momento. Los panteones y sepulturas en tierra, por falta de espacio y aunque siguen existiendo, hace ya tiempo que se vieron sustituidos por la construcción de bloques de nichos, cual literas de varias alturas preparadas para el descanso eterno. Sin embargo, con la moda de la incineración ha surgido otra demanda: espacios donde depositar los restos incinerados, ya que la última voluntad del difunto de que se esparzan sus cenizas en cimas de montaña o las aguas de ríos y mares, también esta empezando a chocar con las legislaciones pertinentes en materia medioambiental.
Una solución ha llegado de la mano de lo que se ha bautizado con el nombre de columbario; es decir, espacios habilitados en los cementerios de pueblos y ciudades destinados a depositar urnas con cenizas, y de los que el Ayuntamiento de Amurrio se encuentra estos días construyendo 55 en su camposanto municipal de Larrabe, tras una inversión de algo más de 14.000 euros. "Se trata de un servicio del que no disponíamos y una actuación reiteradamente demandada por la población, dado el aumento plausible de su aceptación", explica la alcaldesa, Josune Irabien.
No es la única mejora de la que ha sido objeto el cementerio amurrioarra, ya que el Consistorio también ha destinado algo más de 36.000 euros a mejorar el camino de acceso, mediante trabajos de asfaltado. En concreto, la actuación se está centrando en el tramo de algo menos de mil metros que discurren entre el conocido como Barrio Txokano y el camposanto municipal, así como en otros 800 metros de la bajada hacia el cercano garbigune que "tiene muchos agujeros", señala Irabien. La necesidad era evidente, ya que el firme de esta carretera se encontraba "en pésimas condiciones, dificultando el paso para los vecinos de la zona, sin olvidar que es una de las entradas al municipio", subraya la regidora.
El mantenimiento, conservación y limpieza del cementerio de Amurrio está, desde verano de 2010, a cargo de la empresa Mario Corral, que se hizo con la gestión del servicio por 22.420 euros anuales, por tres años prorrogables hasta cinco. El contrato obliga al adjudicatario, asimismo, a realizar inhumaciones y exhumaciones, sin limitación de día y hora y a mantener abierto el recinto todos los días del año.
Mantenimiento La firma, también se encarga de la limpieza de los aseos, cunetas, aceras o sumideros y del mantenimiento de la urbanización, los jardines y zonas verdes de este recinto, que cuenta con más de 1.400 nichos. De hecho, la primera fase construida del recinto alberga 600 sepulturas que se identifican con nombres de santos relacionados con la localidad tales como San Mamés, San Prudencio, San Antón y San Roque. En 2003 se inauguró una fase de 109 nichos que, junto a otra de 112 construidos en 2008, se conoce con el nombre genérico de San José. Ambas se sumaron a los 1.188 que ya existían.
En esta misma materia, el Ayuntamiento otorgó hace poco más de un año una licencia de obra a la funeraria Larraz de Llodio, para que habilitara en el polígono Kalzadako un servicio de tanatorio. La instalación, aunque adolece de horno crematorio, sí ha otorgado a la población de Amurrio y municipios cercanos como Orduña, Artziniega y algunas localidades de Ayala, dos salas de velatorio y una de espera en las que despedir a sus seres queridos, sin necesidad de desplazarse hasta el tanatorio central de la citada firma en Llodio, que es el único existente en la comarca del Alto Nervión.
Funerales civiles El que sigue sin designarse es un local de titularidad municipal para que los vecinos y vecinas que lo deseen tengan la oportunidad de celebrar funerales civiles fuera de la iglesia. Se trata de una moción presentada por la izquierda abertzale en julio de 2010 que resultó respaldada por todos los grupos con representación municipal, y de la que también queda pendiente de redactar la correspondiente ordenanza reguladora de la utilización de ese lugar. Y es que los tiempos cambian, y las administraciones públicas se ven obligadas a atender las nuevas demandas y tendencias sociales.