gasteiz. Pocos niños pudieron conciliar el sueño con facilidad esta pasada Nochebuena. Olentzero había iniciado su particular periplo por los domicilios alaveses y en cualquier momento podía aparecer por el salón de casa. Así que fue una noche larga, llena de ilusión, y que culminó con la entrega de miles de regalos y también algo de carbón, que más de uno se lo ha ganado. Antes de todo eso, miles de personas recibieron y vitorearon al carismático carbonero durante su tradicional desfile por las calles de Gasteiz, donde todavía recopiló los deseos de algunos rezagados. Ni la lluvia ni el viento lograron estropear el paseo. Foto: alex larretxi
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