los municipios del Valle de Ayala siguen creyendo en su apuesta por compartir infraestructuras y servicios con municipios colindantes, bien porque pertenecen a la Cuadrilla de Ayala o bien por cercanía geográfica. Su idea es ser coherentes con la realidad actual en la que hay que compaginar las necesidades de los vecinos, la solidaridad territorial y la optimización de recursos. En ese sentido, muchos de estos pueblos ya reman juntos en materia de empleo, turismo y recogida de residuos. Además, en los últimos meses se están comenzando a dar los primeros pasos para compartir servicios e infraestructuras. De hecho, a lo largo de todo 2014 los residentes de Artziniega podrán hacer uso de las piscinas cubiertas de la vecina localidad vizcaína de Sodupe-Güeñes, pagando la misma cuota que abonan los empadronados gracias al convenio de colaboración alcanzado entre los dos ayuntamientos implicados.

Según el documento, el municipio vizcaíno permitirá que los vecinos de Artziniega, previa presentación del certificado de empadronamiento, utilicen su Kirolgune en las mismas condiciones de pago que sus habitantes. La medida afecta al abono anual y trimestral (salvo el trimestre de julio, agosto y septiembre) con todas sus variables (individual o familiar, entre otros). Como contrapartida, el Ayuntamiento de Artziniega se obliga al pago de la cantidad resultante de la diferencia entre lo abonado por sus vecinos y lo que realmente se debería abonar en concepto de no empadronados.

Para ello, Güeñes le presentará una relación nominal de los vecinos que se hayan acogido a la subvención de cara a que Artziniega le ingrese la cuantía que resulte en la forma y plazos que se determinen. Este convenio estará vigente desde el 1 de enero de 2014 hasta el 31 de diciembre de 2014, renovándose tácitamente por iguales periodos si no hubiera denuncia expresa por alguna de las partes con un mes de antelación a la fecha de su vencimiento.

No es el único caso. También el vecino Ayuntamiento de Ayala ha aprobado inicialmente una ordenanza para regular la concesión de ayudas a familias por la asistencia de los menores de edad a actividades musicales y de danza que no sean ofrecidas por el Consistorio ayalés pero sí por los que integran la Cuadrilla de Ayala o por los vecinos vizcaínos de Orduña, Orozko, Gordexola y Arrankudiaga.

Una de las características de la nueva norma es que la suma de las subvenciones que obtenga cada familia solicitante por cada menor a su cargo en todos los años de minoría de edad no podrá superar los 2.000 euros. El Consistorio ha abierto el periodo de alegaciones, que seguro que se dan. No en vano, ya se están comenzando a oír voces que tildan a esta norma de discriminatoria, ya que en ningún caso estarán incluidas las actividades deportivas.

Otro ejemplo de colaboración interinstitucional que está pendiente de concretar en Ayala es una iniciativa jeltzale que pasa por entablar conversaciones con el vecino Ayuntamiento de Artziniega con el fin de establecer un convenio para compartir el centro rural de atención diurna ubicado en la localidad de Respaldiza. Y es que este centro de día para personas mayores, abierto en 2009, tiene libres cuatro de sus diez plazas, mientras que en el de Artziniega -a escasos doce kilómetros- hay lista de espera.

Por su parte, el Ayuntamiento de Amurrio "sigue esperando respuesta" a las dos alternativas que lanzó el pasado mes de julio a los de Ayala y Orduña para que sus poblaciones puedan hacer uso del polideportivo Bañueta "con precios razonables, y estudiando posibles compensaciones o acuerdos". En la primera, los consistorios de Ayala y Orduña tendrían una rebaja del 25% de la diferencia entre empadronado y no empadronado y, en la segunda, la rebaja sería del 50% de esa diferencia, en ambos casos con una serie de condiciones tales como llegar a un mínimo de socios por localidad.

Y es que, según explicó la alcaldesa de Amurrio, Josune Irabien, "es cierto que Llodio y Amurrio tenemos servicios como polideportivo o escuela de música y danza, por citar alguno, que no tienen nuestros vecinos de comarca, pero también es una realidad que con las cuotas no se cubre el coste de mantenimiento de esas instalaciones, que son deficitarias y que, por lo tanto, las sufraga el Ayuntamiento con lo que aportan sus vecinos vía impuestos". En este sentido, Irabien cree que "cuando un ayuntamiento vecino se acerca a nosotros tiene que entender que hay gastos de mantenimiento asociados". Por ello, asegura que "es difícil comprender que alguien pida que un empadronado pague lo mismo que otro que no lo es, y esto que puede parecer una justificación muy simple ha de ser conocido, entendiendo que es necesario hacer un estudio económico previo, antes de alcanzar acuerdos, y sin perder de vista que cualquier ciudadano sea de donde sea tiene derecho a tener servicios de calidad. El tema es quién hace el esfuerzo y cómo se hace".