vitoria. La construcción de la nueva estación de autobuses sigue tan a rajatabla el calendario establecido que nadie duda ya de que el edificio esté listo para verano de 2014. Otra cuestión es que pueda inaugurarse entonces. Para una vez que se cumplen los plazos de una obra en Gasteiz, el trabajo de despacho amenaza con retrasar la puesta en marcha de la infraestructura. A falta de poco más de seis meses para que finalice la cuenta atrás, el Gabinete de Javier Maroto continúa sin definir el modelo de gestión de la terminal ni sabe cómo explotará el parking. Y todo el mundo es consciente de que esos trámites llevan su tiempo. Por eso, los grupos de la oposición urgieron ayer al PP a adoptar cuanto antes una decisión y, con la misma dilación, a incorporar muchas demandas vecinales destinadas a mejorar la seguridad y calmar el tráfico de la zona.
El concejal responsable de Urbanismo, Miguel Garnica, insistió en que "la estación estará lista para el verano de 2014", pero en el aire quedó la duda de si se refería sólo al edificio o a su actividad. Hoy en día, las afirmaciones políticas suelen tener doblez. Y la realidad es que queda poco tiempo para una cuestión tan farragosa como la de poner en marcha la explotación de la terminal y su parking. Las dársenas, el quiosco, las taquillas, la cafetería y el restaurante han de salir a concurso en conjunto o por separado, y para eso hay que decidir primero el modelo de gestión. Un informe de 2011 aconsejaba construir la estación con dinero público y adjudicar posteriormente la explotación, descartando que una misma empresa construyese la terminal y luego se encargase de su funcionamiento. Dos años después, los técnicos continúan estudiando qué hacer. El edil se limitó a señalar, tras las preguntas de la oposición, que "se valora la gestión indirecta". Nada nuevo bajo el sol.
Aprovechando que todavía no se ha tomado una decisión concreta, el PNV subrayó la necesidad de optar por el alquiler para que el Ayuntamiento de Vitoria pueda deducirse el IVA. Eso sí, el arrendamiento debería de hacerse conforme a los precios del mercado y no como sucede ahora en Los Herrán. Las arcas municipales sólo reciben de los gestores de la vieja terminal 600 euros al año. Un modelo con un coste ridículo que, de replicarse en la nueva infraestructura, "obligaría al Consistorio a pagar tres millones de euros más". Garnica negó la posibilidad y recriminó a los nacionalistas que "buscan hacer titulares", pero el portavoz del grupo jeltzale, Gorka Urtaran, reiteró la alarma valiéndose de un informe del interventor municipal que había solicitado su formación.
Qué pasará con la gestión del aparcamiento es la otra gran incógnita de la explotación del espacio. El equipo de gobierno aún no ha iniciado los trámites pero, eso sí, ha decidido que "una parte importante" de las más de 300 plazas del estacionamiento subterráneo se venda a los vecinos ante la falta de garajes detectada en la zona y el resto sea para rotación. El PNV y el PSE, contrarios a la ubicación de la terminal en Euskaltzaindia y, por tanto, los más críticos con el proyecto, arrinconaron una y otra vez al concejal de Urbanismo. Su objetivo era saber cuántas concretamente se reservarán a los residentes y cuándo se empezarán a vender, si antes de que empiece a funcionar la terminal o después, que parece lo más probable, pero Garnica no respondió. El concejal popular siempre devuelve las preguntas incómodas a sus interlocutores con la técnica del reproche personal. "No aportan nada en positivo", "sólo miran al pasado" y otras afirmaciones similares.
accesos polémicos El PNV y PSE siempre han considerado que el pacto de populares y abertzales para construir la estación en Euskaltzaindia respondía a un cambio de cromos -acabar con el proyecto del BAI Center poniendo en su agujero la terminal a cambio de la disolución de la Arich-, por lo que siempre han mirado el proyecto de forma crítica. Ayer, volvieron a insistir sobre los accesos, muy especialmente los socialistas, deseosos de que Garnica dijera al fin que los autocares pasarán por la complicada rotonda de América Latina. Una vez más, el edil de Urbanismo evitó mencionar este punto y señaló que "la entrada y salida de los buses será por Donostia desde y hacia el bulevar de Euskal Herria". Tras hacer otras muchas preguntas que no obtuvieron respuesta, el concejal del PSE Juan Carlos Alonso acabó su discurso alertando de que esta zona destinada a senda urbana va a convertirse "en un colector de tráfico pesado". Del mismo modo opinó Urtaran quien, a la vista de la comisión, recriminó la "improvisación y falta de rigor" del PP a lo largo de todo el proyecto.