vitoria. La capacidad de respuesta está más que garantizada gracias a la implicación de todos los agentes y capas de la Administración vasca. Responsabilidad, colaboración y una decidida voluntad puestas al servicio de la ciudadanía en casos de cualquier emergencia, natural o no. Pero, como puntualiza prudente y sensato Pedro Anitua, cabeza visible de la Dirección de Atención de Emergencias y Meteorología (DAEM) del Gobierno Vasco, nada de eso sería posible sin la tecnología actual, que contribuye a mejorar los tiempos de respuesta e incluso anticiparse ante el posible desbordamiento de un río, por ejemplo.
Y es que, tal y como describe Iñigo Ansola, director de la Agencia Vasca del Agua (URA), la crecida de la lámina de agua de los cauces puede producirse en breve espacio de tiempo, "entre dos y tres horas desde el registro de la precipitación pico en la cabecera de la cuenca" debido a los pronunciados desniveles que deben afrontar y el reducido tamaño de las cuencas fluviales. Además está la ocupación intensiva de las zonas de los valles donde más fácil era construir....
Pese a estas limitaciones, la posibilidad de anticiparse a un desbordamiento se sitúa entre las 24 y las 48 horas debido a la importante y extensa red de estaciones meteorológicas, más de un centenar, distribuidas por la geografía vasca. "Es una de las mejores de Europa. En el Estado no hay ningún territorio que tenga nuestra densidad de red de seguimiento. Además, tenemos el radar de Kapildui que nos marca las zonas donde está lloviendo", describía Anitua.
A partir de ahí, todos los datos recopilados por las cabinas de Euskalmet, son enviados a los técnicos de la Agencia URA que, gracias a un puntero software de movilización de las cuencas ofrece un pronóstico sobre cuál es la previsión de subida de las aguas y el nivel de los cauces. "Esto, aproximadamente con 24-48 horas de antelación. De forma que si bien las inundaciones son imparables, sí podemos tomar medidas con tiempo antes para sacar a la gente de sus casas, retirar coches y tratar de salvar bienes materiales en la medida en que se pueda", resume el director de la DAEM.
Esas decisiones son adoptadas, si llegara el caso, entre aquellos organismos e instituciones presentes en la mesa de crisis. "Al final es una labor de coordinación entre todos, cada uno hace su parcela de forma organizada y por eso luego el éxito es global", zanja Anitua.