Gasteiz. La OPE llamada a incrementar el personal funcionario en la plantilla de la empresa municipal de transportes vitoriana, Tuvisa, finalizó a finales de 2012 tras cuatro años de exámenes, y poco a poco quienes aprobaron se van incorporando a sus puestos. Este lunes medio centenar de esos chóferes saldrán a conducir por las calles de la ciudad, tras haber llevado a cabo el pertinente curso de formación.
De hecho, algunas de estas personas vienen directamente del desempleo, mientras que otras ya trabajaban en Tuvisa de forma interina. Otros, tras muchos años al volante, deben dejar la empresa en un momento difícil, al no haber pasado alguna de las pruebas. Sus contratos finalizaban con la cobertura de la plaza. "Es duro y difícil en las circunstancias actuales, pero ni entra más gente de la que hay ni sale más, simplemente se consolidan los puestos de trabajo", señaló ayer a DNA el miembro del comité de empresa de la sociedad municipal Miguel Aransay.
El Ayuntamiento puso en liza 141 plazas y 270 aspirantes aprobaron los exámenes, por lo que los primeros 141 obtuvieron plaza de funcionario y el resto pasó a formar parte de la bolsa de trabajo. En 2009 se inscribieron en la OPE alrededor de 900 personas, de las que finalmente se presentaron unas 600 a las pruebas, que aprobaron los citados 270.
En busca de un gerente Por otro lado, la empresa sigue en una situación de interinidad en su cúpula tras la destitución de su gerente durante los últimos veinte años, Javier Latorre. La presidencia de la sociedad ha recaído de forma temporal en el concejal del PNV Borja Belandia, mientras se convoca un concurso para decidir quién toma las riendas de Tuvisa.
La destitución de Latorre, que desobedecía de forma sistemática las instrucciones del consejo de administración, provocó incluso una crisis de gobierno en el Ayuntamiento de la capital alavesa. Según lo que establecen los estatutos de Tuvisa, la edil del PP Marian Castellanos debía haber cogido las riendas de la empresa de forma interina pero rechazó tal posibilidad, y por ello fue también destituida por los consejeros del resto de partidos en una crispada reunión. Finalmente, Castellanos acabó abandonando el gobierno municipal y Belandia fue ratificado por el propio PP como presidente temporal.
Ayer Miguel Aransay pidió a los responsables del Ayuntamiento que agilicen el proceso en la medida de lo posible para que los sindicatos tengan un interlocutor estable con el que "negociar y dialogar". El representante de los trabajadores afirmó ayer que "cuánto antes se haga mejor para todos".