el infortunio parece haber fijado su punto de mira este año en el barrio de Arriaga. Aunque lo sucedido ayer no es comparable al resto de incidentes, la desgraciada muerte accidental de la pequeña de 4 años en la calle Portal de Foronda supone el cuarto fallecimiento en extrañas circunstancias en esta zona a lo largo de 2013. Una trágica estadística que puede entenderse teniendo en cuenta que Arriaga es uno de los barrios más populosos de la capital alavesa, con alrededor de 28.400 habitantes.
La lista se inició el pasado mes de mayo con el macabro hallazgo de los cadáveres de un matrimonio en su domicilio de la calle Voluntaria Entrega. La Ertzaintza se personó en el piso y encontró signos de violencia en la muerte del marido, de 61 años, y la mujer, de 53. Los primeros indicios apuntaban ya en su momento a la violencia de género como motivo de su fallecimientos, pues junto al cuerpo del hombre había un cuchillo y los cadáveres llevaban ya varios días en estado de putrefacción. La investigación estableció en aquellas fechas que el hombre podría haber matado a su esposa para después suicidarse con el mismo arma homicida. El olor y el hecho de que los vecinos llevaran tiempo sin saber de ellos alertó al administrador de la comunidad, que llamó a la Policía pero tuvieron que ser los Bomberos los que abrieran la puerta para acceder al interior de la vivienda, donde hallaron los cadáveres de la pareja.
Tan sólo un par de semanas después de este posible caso de violencia machista, el barrio se topó de bruces con un nuevo caso de asesinato. Javier, un padre de 53 años con dos hijos, aparecía muerto la mañana del 22 de mayo en el garaje de su bloque con una soga al cuello. La investigación policial llevó a la detención del que era su aprendiz en el trabajo, un chico de 17 años que acabó ingresando en el centro de menores de Zumarraga. Motivado por un conflicto laboral con la víctima, el menor de origen portugués, que cumplió 18 años justo un mes después de cometer el asesinato, pasará los próximos diez años de internamiento en régimen cerrado y tres de libertad vigilada, además de no poder acercarse a la familia del fallecido en los próximos quince años. Todo tras el acuerdo alcanzado en su momento entre la Fiscalía, la acusación particular y la defensa. Ahora, a las tres muertes de estos vecinos de Arriaga se une la desgraciada muerte de una niña pequeño en un accidente fortuito en su domicilio. Desde luego, 2013 no será un año para recordar en este barrio de la capital alavesa, acuciado por la mala suerte este año que acaba.