El lugar elegido por el arquitecto Julio Herrero para hacer las fotografías de la entrevista es el edificio de la Diputación de Álava, situado en pleno centro de Vitoria. Esta construcción ha sido el lugar de trabajo durante 40 años del ex jefe del Servicio de Arquitectura de la entidad foral. "Ha sido mi vida durante cuarenta años y por tanto está lleno de recuerdos", reconoce Herrero, que además de en Gasteiz ha vivido en otras ciudades, como Murcia, Albacete o Madrid .
"He trabajado como arquitecto desde que me gradué, en 1970". Julio Herrero recuerda sus inicios como duros. "Acabada la carrera en Madrid me coloqué en el estudio de un arquitecto trabajando por horas, mientras daba clase en la Escuela de Arquitectura como profesor auxiliar". Pasados unos años, Herrero ganó el concurso para ocupar un puesto en la Diputación de Álava ("provincia que no conocía mas que de referencias", según sus propias palabras) y aquí sigue, tras más de cuarenta años.
¿El transporte público cubre las necesidades de los ciudadanos en Vitoria, o el vehículo propio tiene su papel imprescindible en las familias? ¿Es usuario del tranvía, autobús urbano o bicicleta?
Como alguien dijo: no conozco a todos los ciudadanos de Vitoria para saber si están bien cubiertas sus necesidades. Pero insisto en que es una ciudad con un tamaño adecuado para que las necesidades de transporte se resuelvan con relativa facilidad para la gran mayoría. En cuanto a mis desplazamientos, suelo hacerlos a pie, ya que los jubilados tenemos la suerte de que el tiempo no suele ser el principal problema, además es saludable andar. Cuando no se dan estas circunstancias utilizo el transporte público, en especial el tranvía y en ocasiones la bicicleta.
El Ayuntamiento de Vitoria está ofreciendo a los ciudadanos la oportunidad de participar y opinar sobre el futuro desarrollo urbano de la ciudad. ¿Cree que hoy en día los políticos valoran más la opinión de la ciudadanía?
Creo que los ayuntamientos no tienen que ofrecer la posibilidad de participar en el ordenamiento como una gracia o un favor a sus ciudadanos. Éstos tienen el derecho, y diría que la obligación, de hacerlo. Por lo tanto, lo que el alcalde Maroto hace es lo usual en cualquier territorio democrático. Otra cosa es que todavía en este país disfrutamos de una democracia bastante imperfecta y la normalidad se ofrece como la excepción. Esperemos que esto cambie más pronto que tarde.
¿Qué aspectos destacaría de la ciudad de Vitoria o del territorio de Álava como un lugar ideal para vivir?
De Vitoria-Gasteiz su tamaño, sin duda. No diría tanto como ideal pero es una ciudad proporcionada y con una escala que facilita la vida en ella. La cercanía de la vivienda a los puestos de trabajo o al ocio. hacen posible unos desplazamientos fáciles para el transporte tanto público como a pie. El contacto con la naturaleza se hace de una forma directa y es un privilegio sin duda poder disfrutar de las zonas verdes periféricas e interiores de la ciudad. En cuanto a Álava destacaría su calidad medio ambiental, que con contadas excepciones es envidiable. También sus comunicaciones con el entorno y territorios adyacentes, que permiten vivir cerca del mar, la montaña, los centros de negocios, culturales, etc?
Son muchos los ciudadanos que muestran sus reticencias cuando se conoce un nuevo proyecto (estación de autobuses o qué hacer con el monumento de la Virgen Blanca). Los nuevos proyectos no siempre son bien acogidos. ¿Falla la comunicación entre las instituciones y la ciudadanía?
Generalmente hay falta de transparencia. El Ayuntamiento está trabajando en ello, según nos dicen, y es de esperar que se aumente el conocimiento de los temas para hacerlos más asequibles a los ciudadanos. Esto repercutirá en la crítica a tiempo, tan necesaria por otra parte, para evitar desatinos como los que se han producido en el pasado reciente, con actuaciones fuera de escala, de espacio y de tiempo.
Los recortes debido a la crisis retrasan algunas iniciativas. Pero, por ejemplo, el Ayuntamiento de Vitoria ha anunciado que renovará el alumbrado público en ocho barrios para reforzar la seguridad de las mujeres. En caso de crisis, ¿algunos colectivos son inevitablemente los más perjudicados?
Es evidente que las crisis afectan más a unos que a otros y esta afección se hace mayor en los más débiles. En los casos de agresiones de género, sin duda las mujeres llevan la peor parte, pero eso desgraciadamente no se arregla con cambiar las farolas. Además el motivo no es ése de protección, sino el económico para disminuir los costos con las nuevas lámparas de LEDs.
Una de las polémicas abiertas es la posibilidad del uso del 'fracking' en Álava para obtener gas. Son varias las manifestaciones multitudinarias que han expresado en la calle su rechazo. ¿Cree en el papel de las manifestaciones? ¿Salir a la calle puede tener repercusión en la puesta en marcha o en la paralización de algunos proyectos empresariales?
Creo en el derecho a que la opinión ciudadana se manifieste libremente y sin coacciones. Y también creo que ello influye sin duda en la toma de decisiones. Desgraciadamente vivimos unos tiempos en los que los intereses económicos parecen estar por encima de cualquier consideración, empezando por la medio ambiental. Los partidos políticos deberían encauzar estas manifestaciones ciudadanas para volver a tener la confianza de la que en la actualidad carecen. Sin embargo, el incumplimiento sistemático de las promesas electorales sin que ello suponga la caída de los gobernantes que las practican, me hace ser pesimista en cuanto al valor que se da a esas manifestaciones populares o ciudadanas.
En su opinión, ¿qué cree que ha supuesto para Vitoria recibir el título de Green Capital? ¿Los ciudadanos realmente somos conscientes del valor de ser una referencia medioambiental en Europa?
Realmente no lo sé. Sí es cierto que el turismo ha aumentado en los últimos tiempos y no cabe duda que el nombre de la ciudad ha empezado a sonar en Europa, y la Green Capital ha ayudado a ello. En el futuro veremos si esa tendencia se mantiene. En cuanto a ser una referencia medioambiental creo que nos debe de servir para mejorar los aspectos que todavía siguen pendientes en cuanto a sostenibilidad y gobierno abierto.
En el caso de los desahucios, la plataforma 'Stop Desahucios' ha evitado algunos desalojos con sus actuaciones en Álava. ¿El ciudadano es consciente de la fuerza de las protestas en la calle?
Creo que se está tomando conciencia de ello, aunque los resultados todavía son casi inexistentes. Stop Desahucios ha conseguido algunos éxitos parciales, pero hay que decir que la verdadera reforma que habría que hacer de las cláusulas hipotecarias para impedir que en el futuro se den casos como los actuales, o como los que se han dado en las acciones preferentes, está todavía muy lejos.