lA nueva ordenanza de bicicletas, de inminente aprobación, es clara con respecto a las vulneraciones de su literalidad por parte de los ciclistas vitorianos. Quien cometa una infracción se enfrenta, según la gravedad de la misma, a multas de en torno a 45 euros, si son leves, y los 100 euros que costará saltarse de forma grave la nueva ordenanza. En todo caso, ayer el alcalde vitoriano, Javier Maroto, aseguró acerca de la aplicación de la tabla de sanciones prevista que "la Policía Local debe informar y aclarar" a los usuarios de las bicicletas antes de sacar el talonario de multas.
Ya en junio se emprendió una campaña de información sobre qué se puede hacer y qué no con estos vehículos, que por ejemplo no deberán circular por aceras estrechas, deberán dar prioridad siempre al peatón en las zonas habilitadas para caminar, no podrán saltarse semáforos y tendrán que llevar timbre para poder circular por la ciudad con todas las de la ley.
De empezar a multar desde el primer día y sin previo aviso, el volumen de sanciones económicas golpearía de forma sensible a una forma de movilidad que en Gasteiz crece de forma exponencial, y eso que según Maroto poco a poco se van respetando las reglas. "Hay una percepción de que cada vez más ciclistas van por las zonas 30, y los que van por la acera lo hacen de una forma más ordenada", señaló ayer, cuando anunció que si todo va como está previsto la ordenanza se aprobará a finales de diciembre.
En los próximos días los grupos políticos tramitarán las alegaciones ciudadanas al texto, para llevarlo al último Pleno del mes. Una vez aprobado, la ordenanza entrará en vigor con el fin de año y, "a continuación", Maroto firmará el decreto que restringirá el paso de las bicis por las calles peatonales, un delicado asunto sobre el que decidirá "con un criterio de prudencia". Maroto se enfrenta a la vigilante espera de una oposición sensibilizada con la cuestión de la bicicleta y a unos usuarios de este vehículo que en muchos casos no entendieron un veto total a su paso por las calles peatonales. El gobierno, de acuerdo con el PNV, matizó que la prohibición no sería absoluta y que se decidiría mediante un decreto de Alcaldía precisamente para poder modificarla en función de las correcciones que sea preciso llevar a cabo.
Así pues, a principios de 2014 los gasteiztarras ya contarán con una normativa completa que deberán observar con rigor si no quieren enfrentarse a esas aclaraciones de los agentes y a la posibilidad de ser multados. El Consistorio tiene capacidad de regular sólo las sanciones leves, como por ejemplo circular por la acera allí donde no está permitido. Las graves las fija el Gobierno central y nunca son inferiores a los 100 euros. La mayoría de los incumplimientos de la normativa, tal y como comprobaron los agentes durante la campaña informativa de verano, se producen por circular por la acera, escuchar música con cascos o saltarse semáforos en rojo.