Nada más y nada menos que 126 kilómetros por hora. Ése el registro que quedó grabado en el radar fijo habilitado en la calle Bulevar de Salburua hace escasos días, un vial acotado para circular a 30 y a 50 kilómetros por hora. Todo un alarde de irresponsabilidad que, por desgracia, no ha llegado sólo. De hecho, el radar móvil de la Guardia Urbana logró fotografiar, también la pasada semana, a otro Fitipaldi a 123 kilómetros por hora en la calle Jacinto Benavente, dentro del casco urbano. Ambos conductores engrosan ya el triste listado de protagonistas a los que el volante parece nublar el raciocinio y multiplicar la necedad. Desgraciadamente, junto a ellos también se dan otras actitudes cuestionables. No en vano, desde el Ayuntamiento de la capital alavesa se ha ordenado al único coche radar de la Policía Municipal gasteiztarra -el ya conocido Ford Focus de color gris- permanecer parado durante alrededor de 10 días -hasta ayer, periodo en el que se retrató a los aprendices de Vettel- en las instalaciones policiales, impidiendo así la acción de una de las medidas que mejor funcionan para luchar contra quienes se creen dueños de la carretera.

Pero lo peor no es eso, sino el origen del mandato, surgido tras una rueda de prensa del alcalde, Javier Maroto, que no dudó en censurar a un agente del citado cuerpo que, de servicio vigilando que los turismos no sobrepasasen la velocidad máxima permitida en Zabalgana, situó el coche habilitado como radar móvil fuera del recuadro pintado y señalado a tal efecto con grandes letras en los viales. Tal circunstancia enseguida llegó a las redes sociales, que canalizaron el descontento de cientos de gasteiztarras y un discurso que señalaba explícitamente el presunto afán recaudatorio del Consistorio. Tuits y reseñas explicaban la existencia de un vehículo camuflado preparado para sorprender a los conductores y para hacer el agosto con la imposición de multas por velocidad excesiva. Incluso circula en Internet un vídeo en YouTube en el que un conductor grabó al agente. El primer edil quiso parar la gran bola de nieve en la Red y abroncó al policía ante los medios cuando aquél sólo cumplía con su trabajo.

La situación ha llegado a crear crispación en el seno de la Guardia Urbana. En el cuerpo se han elevado muchas voces que no entienden cómo es posible que una orden del director municipal de Seguridad Ciudadana, Jesús María Muro, deje sin servicio la citada herramienta para evitar desgastar al Gobierno municipal del PP. De hecho, fuentes de la Policía Local consultadas por este diario rechazan que sea ilegal situar el radar móvil fuera de los recuadros pintados en la capital, "siempre que esté bien aparcado". Al respecto, también reconocen que la labor del radar móvil es fundamental para coaccionar a aquellos conductores sin respeto por su vida y, lo que es peor, por la de los demás.

Sobre el particular, cabe recordar que, precisamente, en el escenario de una de las instantáneas de los Fitipaldis, en Bulevar de Salburua, hace unos meses fallecieron dos ancianos atropellados por un coche.

En cualquier caso, en el cuerpo también se empiezan a oír voces que acusan de indefensión al Gobierno del PP. En concreto, desde el sindicato ErNE ya se ha solicitado al Ejecutivo que actúe de oficio contra el autor del vídeo o contra quienes lo difundan. La central considera que las imágenes vulneran los derechos de un agente de servicio.