Vitoria. Dicho y hecho. Javier Maroto está empeñado en limitar la apertura de locutorios en Gasteiz y hoy da el primer paso para restringir este tipo de establecimientos en el casco urbano. El PP lleva hoy a la comisión de Medio Ambiente el borrador de ordenanza redactado para que la oposición lo conozca y dé su opinión a favor o en contra. La razón de este ofensiva contra los negocios regentados en su mayoría por extranjeros no es otra -dice el alcalde- que atajar las denuncias procedentes de otros comerciantes y los incumplimientos varios que el propio Ayuntamiento ha detectado en las inspecciones realizadas: ruidos, venta de mercancías no autorizados, actividades ilícitas etc.
La nueva normativa que los locutorios tendrán que acatar es, por tanto, rigurosa, hasta el punto de que obliga al comerciante a tener el escaparate despejado de elementos que impidan ver lo que pasa dentro. En Vitoria hay registrados 47 locutorios. De ellos, 45 tienen expediente abierto y alrededor de una decena ha sido clausurado por irregularidades, según los datos del Ayuntamiento. Hasta la fecha, la apertura de más locutorios estaba únicamente vetada en el Casco Viejo. Para evitar que se extiendan por el resto de barrios, la principal herramienta a utilizar va a ser la prohibición de que haya dos establecimientos de este tipo en un radio de 600 metros, una distancia que en una ciudad que de Ibaiondo a El Batán no pasa de los tres kilómetros de largo se antoja decisiva a la hora de frenar su proliferación. Hay, además, otras medidas en la ordenanza que hoy se hará pública. Así, la superficie mínima para abrir un locutorio será de 60 metros cuadrados, se deberán reservar 20 para habilitarlos como zona de espera, y se regulará el aislamiento de los establecimientos. Las multas para quien incumpla esta ordenanza oscilarán entre los 750 y los 3.000 euros.
Una vez aprobado por el gabinete de Maroto, el texto se someterá ahora al trámite de enmiendas antes de su aprobación definitiva. En ese proceso de debate, Maroto se va a encontrar, como poco, con la oposición de EH Bildu, que ya se ha posicionado radicalmente en contra del espíritu de la nueva norma. "Por fin el alcalde habla claro y reconoce públicamente que el objetivo de la ordenanza es evitar la proliferación de este tipo de establecimientos, más allá de que se respeten las normas en cuanto al tipo de productos que se venden o de que las condiciones higiénico sanitarias de los locales sean mejores o peores. Al alcalde se le olvida decir que la mayoría de los 45 expedientes abiertos está ya guardado en un cajón y resuelto porque las deficiencias detectadas se solventaron correctamente", declara la edil Iratxe López de Aberasturi. Para la coalición, el freno a los locutorios esconde un claro trasfondo de xenofobia. Y es que, no es la primera vez que el gobierno de Maroto fija su atención en la comunidad inmigrante. Al inicio de la legislatura, se posicionó contra la construcción de nuevas mezquitas en la ciudad.